sober / namseok

siete

"¿por qué deberías decirle?" seokjin lo miraba con una ceja enarcada, su mano derecha sosteniendo una taza de café caliente a medio camino de su boca, como si hubiera olvidado que estaba por beber. "el idiota te hizo lo mismo," razonó. "¡se lo merece!"

namjoon se encogió de hombros. "también lo pensé." llevó un trozo de tocino a su boca, hablando entre mordidas. "pero es algo demasiado grande, no puedo guardármelo."

el azabache rodó los ojos, como si namjoon hablara incoherencias. tal vez lo hacía. "no tienes porqué guardártelo." acercó la taza a sus labios, probando el humeante líquido. "puedes contármelo todo a mí." le dedico una sonrisa, enseñando sus blancos dientes.

"no me ayudas."

seokjin soltó un suspiro, dejando su taza en la mesa.  "no trato de hacerlo." puso sus codos en la mesa, sosteniendo su cabeza en sus manos, pensando en algo ajeno al moreno. "trato de hacerte ver lo estúpido que suenas." estiró su brazo y arrebató una tostada del plato de nam. "si yo fuera tú–"

"seokjin," habló el menor, su semblante serio. "si estuviéramos en lugares diferentes, ¿le dirías a jeongguk lo que pasa?"

el mayor permaneció en silencio. namjoon pudo ver como su mano derecha se convertía en un puño. seokjin tragó, su marcada manzana de adán creando un verdadero espectáculo en su cuello. "no." asintió, como convenciéndose de su respuesta. "no lo haría."

[...]

había olvidado lo feliz que lo hacía caminar por las calles de seúl en plena tarde, cuando todos se encontraban fuera, ya sea tomándose su tiempo o caminando apresurados. mientras se encontraba lejos, estuvo apunto de olvidar lo refrescante que era pasar una tarde caminado a lo largo del río han.

a pesar de todo, estaba feliz de estar en casa.

miró la hora y permaneció pensativo por un momento. ¿sería demasiado temprano para beber algo? en su cabeza, podía escuchar la voz de seokjin decirle que nunca era demasiado temprano para una cerveza fría.

"mejor compro un café." murmuró para si mismo y rodó los ojos.

[...]

"¿seguro que no quieres venir?" volteó a ver a nam una vez más, asegurándose de que el moreno estaría bien por su cuenta. lo vio negar con la cabeza y suspiró rendido. "bien, volveré en la noche, cierra la puerta si sales."

namjoon hizo un sonido de afirmación desde su asiento en el comedor, y observó con aburrimiento como seokjin salía del apartamento.

aveces el mayor deseaba poder arrastrar al moreno por las calles de la ciudad hasta encontrar algo que le levantara el ánimo. estaría dispuesto hacer lo que fuera para ver a nam sonreír por más de un par de segundos. para verlo feliz, no solo satisfecho por el momento.

mientras caminaba hacia la cafetería, miraba sus zapatos y pensaba en el menor; en cuanto le importaba a pesar del poco tiempo que llevaban siendo amigos.

y fue por eso que no lo notó cuando al extender su mano para abrir la puerta, tomó otra mano por error.

retrocedió con un salto, listo para disculparse, cuando sus ojos recorrieron aquel rostro tan familiar. el lunar debajo del labio, la cicatriz en su mejilla y la nariz de botón. reconocería sus facciones en cualquier lugar, bajo cualquier circunstancia, y estaba seguro que el revoltijo en el estómago que siguió luego de la realización, seguiría allí sin importar cuantas veces se encontraran. 

"hyung" una sola palabra era necesaria para estrujar el corazón de seokjin hasta el punto de no poder respirar. el chico halo su mano, soltando la de jin, quien la había estado sosteniendo tal como lo haría con un trozo de cristal.

"j-jeongguk," su voz salió diminuta, como si de un momento a otro hubiera olvidado cómo hablar. "hey."

jeon jeongguk, el chico al que había amado, que aún amaba, con todo su corazón, yacía frente a él, incapaz de verlo a los ojos.

[...]

hoseok tenía la conciencia cargada, los ojos nublados y el corazón adolorido. ¿qué le sucedía? esa era una buena pregunta. una que ni él mismo podía responder.

cerró su laptop y se puso de pie. de pronto sentía la urgente necesidad de gritar y correr por todo el departamento hasta caer muerto al suelo. jung hoseok, ¿que mierda te ocurre?

era tarde, hace mucho que debería haberse dormido. incluso yoongi, quien podía pasar horas frente al televisor antes de decidir qué sentía sueño, se encontraba arropado y soñando plácidamente. ¿qué hacía él allí torturando a su pobre mente? era obvio que no obtendría respuesta a todas sus preguntas. preguntas que terminaban resumiéndose en una sola: ¿qué era lo que sentía? ¿y por quién?

no esperaba sentirse así al ver a namjoon luego de todo lo sucedido. ¿esperaba sentirse culpable? si. ¿cómo un idiota? absolutamente. pero, ¿confundido? jamás.

tal parecía que el universo se estaba preparando para darle a jung lo que se merecía, y todo estaba comenzando a juntarse para estallarle en la cara.

[...]
esto es corto, feo y esta tarde lO SE Y LO SIENTO TANTO
no conozco la palabra consistencia