Días del pasado [Creek] [AU] (Pausada)

10 •~ Con el pie Izquierdo ~•

Me encontraba entre las fronteras de mi reino natal Kiev y el reino que me acogió Elp.

Clyde no estuvo de acuerdo que estuviera aquí, pero Cartman era el líder de esta operación y fue el quién organizó las tropas.

Para mantener a Clyde calmado, el culón mando a Token a mi grupo, convirtiéndolo en el líder de la escuadrilla.

El viaje hacia las fronteras no fue tan largo como se imaginan, pues como la torre solitaria se encontraba en el centro de los cuatro reinos, uno podía partir de esta y encontrarse rápidamente con las fronteras de estos reinos.

Cada vez que nos acercábamos a mi Reino natal, los recuerdos comenzaban a envolverme, la nostalgia se estaba apoderando poco a poco de mí, podía sentir el sudor como si fuera un río debajo de mis guantes de cuero. "Debo enfrentar esto, para seguir adelante"era lo que me decía mentalmente.

Era un reencuentro que no quiera, pero era necesario para enfrentar lo que me esperaba más adelante.

Desperté y lo primero que sentí fue algo húmedo en mi frente.

No recordaba nada de lo que había pasado, pero algo tenía claro, esta no era mi casa.

Mire alrededor y observe a Tweek estaba de un lado durmiendo sobre la cama, al parecer estaba cuidando de mí.

Todavía mi mente no procesaba que había pasado, pero algo era seguro, él lucía como un ángel.

—Él — Dije en un hilo de voz.

—¡Mierda! — Me levanté sorprendido, ahora los recuerdos llegaron a mí rápidamente.

—¿Craig? — Me llamo con duda, No lo escuche.

Me desmayé cuando estábamos en el baño, me quería morir de la vergüenza, de seguro deben de pensar que soy un pervertido, en ese momento me encontraba en una lucha mental, sin percatarme de mí alrededor.

—¡Craig! — Me llamo con más fuerza, tampoco lo escuche.

Solo sentí sus brazos a mí alrededor, aquello fue lo que me sacó de aquel estado de retraimiento.

— ¡Esta--ba preocu...pado! — Decía en llanto, mientras me abrazaba, sentí como estaba temblando —escondió su cara en mi hombro, logrando que sus lágrimas pasaran a través de mi ropa. Él estaba preocupado.

—Lo siento— Fue lo que alcance a decir y lo abrace con fuerza.

Esto hizo que reaccionara.

— Des-de... ayer no te levantaba —Había subido su cara para contarme lo que había pasado, mientras seguíamos en ese abrazo —Fu-e mi... culpa, so--y yo el que debe de disculparse.

No entendía lo que me quería decir.

—Tenías una fiebre muy alta, te resfriaste porque te moje cuando me caí— ahora se estaba escapando del abrazo— CREÍ QUE TE HABÍAS QUEDADO CIEGO, O SORDO O PEOR, AMBOS ¡Oh! JESÚS ES MUCHA PRESIÓN—decía histérico, ahora se estaba jalando el cabello — TE HABLABA PERO NO ME RESPONDÍAS—gritaba

Le estaba dando uno de sus ataques de nerviosismo.

Solo se me ocurrió levantarme y agarrar sus manos, para acercar mi cara a la suya.

—¡Mírame! — Le dije —Estoy bien gracias a ti —abaje su mano, para luego darle un pequeño beso—me atendiste muy bien, vez —le sonreí.

—¡CRAIG!— Gritó sonrojado.

Mientras todo esto ocurría, la puerta de atrás se estaba cerrando con mucho cuidado.

La noche había llegado, estábamos a oscuras, y la única fuente de luz, era los pocos rayos de la luna que se colaban por el denso bosque.

Habíamos caminado todo el día, Token decidió que era hora de tomar un descanso.

— Christophe, explora un poco los alrededores, si consigues algo extraño vienés de inmediato.

—Entendido —fue lo que respondió antes de irse

—No descansaremos mucho, después de que regrese Christophe, harás la próxima guardia Craig—Me ordenó Token, pero no le respondí

—Has estado muy callado— Me dijo Token

— Eres irritante — Le respondí, para luego tirarme en el piso.

Duramos unos veinte minutos, en un silencio incómodo, me imagino que Token sabía perfectamente el porqué, pero igual no le iba a decir nada.

—¡Chicos!— Era Christophe — ¡Vengan encontré algo!

—¿Qué es?—Preguntó Token

— Ya verán— Nos dijo — Síganme con mucho cuidado, no hagan ruido.

Casi al llegar, Christophe se volvió más cauteloso, logrando que nosotros también nos volviéramos más discretos.

—¡Miren!

A una distancia llamativa, logramos ver un pequeño grupo compuesto de dos personas, la poca luz que lograba hacer aquella fogata dejaba en claro su tonalidad de piel y ropajes que no eran lugareños de Kiev.

—¿Esos son? —La pregunta la hizo David

—Eso creo — Respondió Token en un tono muy bajo

un saludo!