secret↳corbyn besson.

05 | raro.

Jordyn.

Cuando llego a la escuela y me dirijo hacia mi casillero, lo primero que encuentro es a mi mejor amiga, mirándome pícara haciendo que yo rodará mis ojos mientras negaba con mi cabeza ya que tampoco es para tanto, pero a Hailee le encanta siempre dramatizar el asunto.

—¿Y bien?—me pregunta con bastante emoción.

—¿Y bien que?—le digo haciéndome la desentendida.

Lo único que hice fue que Hailee resoplara y me mirara seria, esperando a que le contara mi tarde con Corbyn el día de ayer pero es que no sucedió absolutamente nada fuera de lo común, si hubiera pasado algo, desde ayer se lo hubiera dicho.

—Hailee, no sucedió nada.—le digo mientras abría mi casillero.—Lo único que hicimos fue comenzar a hacer el proyecto que nos encargaron, nada más.

—Ay por favor.—chilla incrédula.—Algo debió de haber ocurrido.

—Si, algo ocurrió.—le digo una vez tome mis libros haciendo que ella me mirara al instante con una sonrisa bastante emocionada.—Fue que él recibió una llamada, y supe que era ella por como le hablaba. Y para cuándo terminó, se disculpó diciéndome que ya tenía que irse que porque tenía que recoger a su novia.

La sonrisa de Hailee desapareció poco a poco, ahora no teniendo ninguna mirada agradable, yo le regale una mirada seria y continúé buscando unos lápices en mi casillero, mientras la castaña se apoyaba en el casillero de al lado, con mirada molesta.

—Odio a esa tipa, siempre arruinando el momento.—murmura todavía teniendo su mala cara haciendo que la mirara confundida ya que Christina no arruinó ningún momento, solo estábamos haciendo el proyecto, nada más.

—Ya vámonos y quita esa cara.—le pido tomando su brazo para arrastrarla hacia nuestra primera clase.

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En el almuerzo, casi había olvidado que tenía que ir al segundo gimnasio de la escuela para comenzar con la actividad extracurricular, en mi caso tenis. Si no fuera por Hailee quien me había dicho que tenía que irse al aula doce para comenzar con su aprendizaje del francés después del almuerzo, yo no me acuerdo de nada por lo que salí corriendo al gimnasio, en donde por fortuna, no habían comenzado.

—Señorita Anderson.—me saluda la profesora Park haciendo que sonriera en su dirección.—Me da mucho gusto que se haya inscrito en el deporte de tenis.

—Fue la única actividad que me llamo la atención.—le confieso con una pequeña sonrisa.

—¿Es su primera vez practicando el deporte?

—No.—le contestó de inmediato.—Ya he jugado antes aunque tampoco soy una experta.

Las demás personas comienzan a llegar, entre ellos hombres, lo cual me sorprendió pero me parecía más cool, por lo que la profesora o más bien ahora también entrenadora, me dijo que me formará con los demás para escuchar lo que tenía que decir y así lo hice.

—No les quitaré mucho tiempo para que así puedan disfrutar del descanso.—aviso haciendo que todos guardaran silencio y comenzaramos a escucharla con atención.—Comenzaremos el día de hoy con pequeños partidos solo para ver cuánto potencial tiene cada uno de ustedes respecto al deporte. Será por equipos de dos contra dos, en la última clase en la cancha de basketball que está en el campo, así que no se preocupen por la clase que tengan a la última de la jornada, tienen el permiso de poder saltarla y ya hablarán con sus respectivos profesores de que podrán hacer para hacer sus trabajos, proyectos, tareas o todo lo que tienen que hacer si se saltarán la clase.