34 | el regalo.

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Jordyn.

Ya nuestros días en la playa habían terminado.

Ya era hora de volver y para ser honesta no quería hacerlo, quería quedarme aquí mucho tiempo más, relajarme y estar con mis amigos muy alejados de la ciudad. Y que mejor lugar que aquí.

Y no era la única, todos en realidad querían quedarse más días aquí pero no nos quedó más remedio que hacer las maletas, limpiar todo y volver. Y así lo hicimos.

Terminé de guardar todas mis cosas, ayudé a limpiar y a asegurar ventanas. Los chicos prepararon los autos, subimos todo a ellos y Hailee al final se aseguró de cerrar bien las puertas principales de la casa para al final todos tener que marcharnos.

—Espero que nunca te vendan mi amor.—dice Jack hacia la casa cuando todos salimos y un enorme cartel de "se vende" colgaba en ella.—
Así podré venir otra vez a visitarte y a no tener que extrañarte.

Niego con mi cabeza divertida mientras todos los demás lo observan siendo igual de dramático.

—Ya ridículo.—le dice Daniel tomándolo del hombro para que ya entre al auto.

Yo me quedó de pie con mis bolsos en cada mano, no teniendo la menor idea de que hacer. Necesito la ayuda urgente de alguien ya que no sé siquiera si regresar con Corbyn. Y la necesitó ya porque Corbyn ya me está observando.

—Hey.—aparece Hailee gracias a Dios.—
¿Quieres irte ahora con nosotros?—habla sonriente asegurándose de que Corbyn escuché.—Tengo un excelente mix de One Direction, Bruno Mars, Blackbear, Khalid, Justin Bieber y Ed Sheeran esperándonos para cantar en todo el camino.

Esa es por completo mi salvación además de que no puedo decir que no si música como esa esta lista para mi.

—¿Qué?—llega Corbyn haciendo que mi pulso se acelerará al instante.—Ella puede regresar igual que como llegó conmigo.—intercambio miradas con Hailee y Corbyn se da cuenta de eso para después observarme unos breves segundos en silencio para así hablar.—¿O quieres regresar con ellos?

Me quedó completamente callada ante su pregunta no teniendo la menor idea de que hacer, pues es tanta la presión y recordar que casi nos íbamos a besar no ayudaba en nada.

Y estaba a punto de decirle que volvería con ellos cuando Hailee se adelanta en hablar.

—No, está bien.—dice haciendo que la observara al instante.—Que sea igual que como llegamos, además estoy segura de que no querrás ver como nos tratamos Daniel y yo cuando no hay nadie.

Hago una mueca de desagrado al instante y se aleja regalándonos una sonrisa para después subir al auto de Daniel.

Corbyn me vuelve a observar y toma mis cosas regalandome una pequeña sonrisa para dar media vuelta y meterlas en los asientos traseros del auto.

A mi no me quedó de otra y me dirijo de igual forma hacia el auto, abro la puerta del copiloto y entro. Segundos después Corbyn también lo hace y así vemos como todos comienzan a salir del área en donde está la casa.

Por fortuna la radio se encendió cuando el auto hizo lo mismo, no dejándonos en silencio que estaba segura que iba a ser muy incómodo. Corbyn bajo un poco el volumen y nuevamente volvió a detenerse cuando Daniel lo hizo, ya que hemos llegado a las puertas de entrada y salida de la playa.

Hailee es la que intercambia palabras al igual que en esta mañana cuando fuimos a comprar el pastel para que nos dejaran salir y también para que nos dejarán entrar. Y así las enormes rejas se abren para nosotros.

Observó el mar y el hermoso lugar que es aquí y lo veo alejarse todo cuando Corbyn pone en marcha el auto, yendo hacia la ciudad.

Realmente disfruté los días que estuvimos aquí que de verdad los voy a extrañar.

secret↳corbyn besson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora