10 | tiempo juntos.

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Jordyn.

Fue bastante divertido el tiempo en el que estábamos jugando, ya que pensé que Corbyn lograría dominarlo tan siquiera un poco, hasta él mismo se sorprendió al no poder golpear bien la pelota y es que la mayoría de las veces ni siquiera la golpeaba.

—Tienes que pegarle con fuerza.—le explicó mientras lanzó la pelota al aire y le pegó con la raqueta.—¿Vez?—le señaló cuando la pelota pasa por encima de la red.—Aquí no hay técnica, solo golpearla.

—Eso dices tú pero si es complicado para los que no hemos jugado nunca antes.—dice excusándose a sí mismo.

—El tenis no es complicado.—le digo entre incrédula y divertida.—Vamos, inténtalo de nuevo, ya verás que de verdad es pan comido.—utilizo sus palabras.

Estuve por un poco más de una hora y media enseñándole a Corbyn a jugar, y en realidad no fue tan malo como pensé, ya que cuando comenzamos a jugar entre él y yo, él ya sabía qué hacer. Fue divertido, además él se entretenía, y me hacía feliz verlo sonreír y emocionarse cuando me regresaba la pelota, también le mostré las técnicas que la entrenadora me enseñó a mi.

Me hacía reír con sus tonterias, pasando un muy buen rato entre nosotros, y yo no me quedaba atrás, de vez en cuando se me escapaba decirle una broma haciéndolo reír, haciendo que me sintiera bastante bien al respecto, y más cuando jugábamos, nos divertimos un montón.

—¿No juegas ningún deporte?—le preguntó cuando dejamos todas las cosas en su lugar.

—Futbol americano.—me responde limpiándose el sudor de la frente.—Antes lo entrenaba y estaba pensando en entrar al equipo de la escuela por las actividades extracurriculares pero al final me decidí por astronomía.

Asiento lentamente teniéndolo claro, por lo que juntos salimos de la cancha. Había un puesto de aguas y todo tipo de bebidas en el parque, por lo que Corbyn no tardó nada en decirme que fuéramos a comprar un agua, así que acepté.

—Buenas tardes.—le dice Corbyn a la mujer que es la encargada del puesto.—¿Me puede dar dos botellas de agua, por favor?

Ahí fue cuando recordé que he dejado todas mis cosas en su auto.

—Deje mi dinero en tu auto.—le digo al instante.—No, que solo sea una.—le digo a la mujer.

—No, no, no.—dice Corbyn al instante, negando en mi dirección para después mirar a la mujer que atiende.—Que sean las dos, por favor.

Estuve a punto de replicar pero Corbyn entrego el dinero, pagando las dos aguas, entregandoselas al instante.

—Gracias.—dijo Corbyn para después ambos comenzar a dirigirnos hacia su auto, no sin antes, entregarme el agua con una pequeña sonrisa, pero yo pensé que le daría el dinero de lo que le costó.—Ni se te ocurra pagamela ¿oíste?—me señala con su índice, de manera seria haciendo que lo mirará al instante.

¿Que lee mentes o que?

—Bien.—le digo dándole un sorbo al agua.—Gracias.

—De nada.

Entramos al auto y Corbyn comenzó a conducir.

—Diablos, ya casi no tengo gasolina.—murmura para después mirarme.

Observó la parte superior de en donde se encuentra el volante, efectivamente la pequeña manija indica que se está quedando sin gasolina por lo que miró por la ventana en el lugar en donde nos encontramos, reconociendolo al instante y pensando en lo suertudo que Corbyn es.

—Por la siguiente calle hay una gasolinera.—le indicó.

Dentro de poco llegamos al lugar, en donde esperamos a que sea nuestro turno en donde Corbyn me habló de como se había divertido jugando tenis, hasta que finalmente el tipo nos atendió.

secret↳corbyn besson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora