eight | again ✿

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Las luces de distintos colores titileaban sin parar en aquel oscuro y ruidoso lugar.

Mientras que la mayoría continuaban saltando y riendo en la pista, algunos otros pocos lograron notar lo que sucedía a un costado de esta.

Dos chicos aferrándose el uno al otro besándose sin ninguna importancia de lo que sucedía fuera de su burbuja.

Finn y yo.

Comenzó como un pequeño juego para molestar a Dave pero las cosas comenzaron a escalar poco a poco.

En el momento ni siquiera fui capaz de cerciorarme si nuestro "plan" había funcionado, no tuve tiempo de voltear a ver sus reacciones puesto que estaba más ocupado tratando de no perderle el paso a los labios de Finn. Fue un sentimiento inexplicable.

Si ver aquel beso no tuvo ningún efecto en Dave pues honestamente no puedo decir lo mismo de mi.

Hasta que finalmente tuve la decencia de separarme considerablemente de Finn y deshacer aquel momento, volví a la realidad sintiendo su respiración acelerada chocando con la mía a poca distancia.

Me sonreía con complicidad, de alguna manera pícara que a primera instancia no capté pero no le tomé mucha importancia puesto que casi al instante le devolví el gesto y volví a saltar y a divertirme con la misma euforia que antes.

Tal vez solo necesitaba ese pequeño empujoncito de iniciativa para comenzar a disfrutar aquella noche que al principio considere aburrida.

Como siempre Finn me seguía a todas mis locuras al igual que yo a él, las canciones a volumen alto resonaban y los chicos a nuestro alrededor parecían estar igual de entusiasmados que nosotros.

En algún punto de aquel revuelo sentí como poco a poco adquirí un nivel mayor de confianza en mi y fue ahí cuando finalmente me animé a voltear a ver hacia donde hace algunos momentos estaba Dave y pude notar como evidentemente las facciones de su rostro ya no eran las mismas de hace un rato.

Ya no me sonreía con burla, ahora tan solo se mantenía estático, serio e incluso me atrevo a decir que un poco a la defensiva con el chico que estaba puesto que se notaba como éste lo buscaba y él no le prestaba tanta atención como momentos atrás.

Volví a sonreír con cierta victoria volviéndome a dirigir hacia Finn tomándolo por los hombros y volviendo a captar su atención.

—¡Funcionó...!—. Le dije sacudiéndolo un poco y alzando la voz para que pudiese escucharme.

Él tan solo asintió y me miró con cierta obviedad.

—Era obvio que funcionaria, el idiota cree que somos novios. Tal vez eso le dolió más...—. Y ambos reímos mutuamente sin decir nada más.

Pero por alguna razón mi mente se había puesto a pensar arduamente. Apenas caí en completa cuenta de que una vez más había besado a Finn y una vez más lo disfruté con todas mis fuerzas.

Por supuesto que disfrutaba de tener la grata compañía de Finn pues él era mi mejor amigo y la persona que más me entendía en el mundo pero, ¿a caso estaba mal el haber disfrutado culposamente de la compañía carnal que hace poco me brindó?

Apreté los labios y dirigí mi mirada hacia el suelo observando cómo mis pies se movían de un lado al otro al ritmo de la música.

¿Era algo muy descabellado tener ciertos gustos culposos por Finn?

Tal vez debería de avergonzarme por ahora sentir aquello siendo que había sido yo quien al principio de todo se puso paranoico recalcando a cada segundo que lo que hicimos jamás se repetiría.

Pero hoy nos volvimos a besar y con eso bastó para volver a traer recuerdos a mi mente.

Me atreví a verlo teniendo la certeza de que mis mejillas estaban totalmente encendidas a pesar de que por la oscuridad y las luces cambiando de forma drástica cada dos segundos no se notaba tanto.

Y lo miré con detenimiento sintiendo como si de un momento a otro las cosas pasaran en cámara lenta o algo así. Él bailaba causando que sus infinitos rizos despeinados y revueltos rebotaran en su frente con insistencia, su sonrisa traviesa siempre estaba presente en su peculiar rostro y sin mencionar que su lengua no se inmutaba en remojarse los labios involuntariamente cada cierto tiempo. Sentí como poco a poco el mismo cosquilleo que sentí la primera vez que tuve tensión con él se comenzó a hacer presente de nuevo en mi interior.

Y aparentemente él notó mi insistente mirada por lo que al instante dejó de bailar y se dirigió enteramente hacia mí con cierta cara de preocupación.

—Jack, ¿estás bien?—. Me preguntó poniendo una mano en mi hombro.

Pero yo no le respondí, o al menos no con palabras textuales ya que con miles de sensaciones explosivas en mi interior ahora fui yo el que tomó la inesperada iniciativa de lanzarme a besarlo con cierta necesidad.

Y tal vez solo se trataba del ambiente tan extasiado en el que estábamos, tal vez mi mente solo trataba de hacerme una mala jugada con respecto a mis deseos, tal vez solo era una necesidad momentánea que desató el habernos vuelto a besar hoy después de la primera vez hace casi un mes.

O tal vez tan solo debería dejarme de rodeos y aceptar de una buena vez que en aquella noche le tenía ganas.

Tal vez debía aceptar que desde ese día en su habitación la tensión entre nosotros siempre estaría presente ante cualquier situación por mucho que lo evitemos.

Evidentemente Finn jamás tuvo ninguna intención de terminar con aquello, es más, puedo apostar a que él también siente y piensa lo mismo que yo en esos momentos.

Mis manos abrazaban su cuello con desespero mientras que sus brazos no tenían ningún inconveniente a la hora de posarse en mi espalda. Era una sensación totalmente indescriptible.

Pero por alguna razón necesitaba más de él.

En ese momento deseaba tenerlo cerca, que todo tipo de distancia entre nosotros dos desapareciera.

Me atrevo a decir que era como droga ya que por mucho que quieras evitarla caes de nuevo una  otra vez.

En esos instantes Finn Wolfhard era mi droga, la más adictiva y la que mejor sensación te traía a la hora de probarla.

—¿Quieres que le pida al encargado de la música que ponga Rock me?—. Me dijo por sobre mis labios con cierta diversión y picardía.

—¿Te parece que en estos momentos necesito ayuda de One Direction?—. Le respondí de vuelta escuchando una leve risita de su parte.

De pronto sentí como una de sus manos aprovechó para colarse de forma un tanto infraganti por debajo de mi playera blanca acariciándome la espalda con suavidad causándome un instantáneo suspiro lleno de delirio.

Pero en ese momento me calló cuando sin ningún aviso volvió a capturar mis labios en un beso un poco más corto que el anterior para así volver a hacerme otra simple y concisa pregunta.

¿Vamos a los baños?

Y mi pulso comenzó a ir a mil por hora tras escuchar la manera en la que me susurró al oído su pregunta.

¿Cómo es posible que él y yo nos complementemos tan bien en absolutamente todos los aspectos?

rock me | fack ✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora