twelve | maybe i love u ✿

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Narra Finn.

Los días en Venice realmente habían sido un poco monótonos, habíamos ido a la playa casi todos los días puesto que esa era la mayor atracción turística que había en aquel lugar.

Y de hecho eso era justo lo que estábamos haciendo en ese momento. Jamás fui un gran fan de la playa pero adoraba molestar a Jack salpicándome agua de vez en cuando.

Su nariz siempre se arrugaba y al instante me volteaba a ver un poco mal para después lanzarse a correr detrás de mí tratando de alcanzarme y cobrarse la travesura tirándome el doble de agua.

Afortunadamente las cosas entre Jack y yo iban bastante bien, pareciera que todo eso que de forma inesperada sucedió entre ambos había servido para unirnos más de alguna u otra forma.

Eran la una de la tarde y absolutamente cada rincón de la playa principal de Venice estaba ocupado. Estaba sentado en la arena mientras abrazaba mis piernas con pereza, a pocos metros venía Jack hacia mi dirección con dos latas de red bull en cada mano.

Disfrutaba mucho del panorama de su cara bajo la luz del sol en plena hora dorada, el ligero viento movía su cabello rizado y sus mejillas resplandecían el doble de lo usual. También se notaba de forma clara como su piel ya estaba comenzando a tostarse sutilmente gracias a aquellas pequeñas vacaciones.

Todo iba bien después de todo.

Se sentó a mi lado y me brindó una de las latas. Me limpié la arena de mis manos en las bermudas negras que llevaba puestas y acepté la bebida abriéndola al instante dándole un buen trago.

—Y bien, ¿qué más se podrá hacer aquí?—. Me preguntó de pronto mientras también abría su lata dejándome escuchar el clásico sonido de la anilla rompiéndose. —Si lo piensas un poco la playa no es tan divertida como todos creen, solo es agua y arena por todos lados. Por no mencionar los cuarenta grados de sol que siempre hacen.

Me reí casi por instinto ya que las quejas de Jack ante todo siempre eran bastante peculiares y graciosas.

—Se supone que yo soy el que detesta el sol pero en esta ocasión tú te haz estado quejando más sobre eso...—. Volví a reír. —Además, viéndolo por otro lado si me gusta la playa por qué así puedo tenerte conmigo sin playera y en pantalones cortos todo el día sin darle explicaciones a alguien.

El al instante rió mientras negaba con suavidad.

—Estas desquiciado, Finn...—. Su cabeza se recargó en mi hombro sin ninguna vergüenza y el suave sonido de su risa seguía inundando mis oídos.

Sentí claramente como su cabello húmedo chocó en mi piel desnuda del hombro causando que esta se me erizara al instante.

Su brazo se aferró al mío y constantemente bebía pequeños tragos de aquella bebida energética que sostenía con su mano libre.

Y me sentí bien, pasar tiempo con Jack era de las mejores sensaciones que podía describir. Él es sin dudas el amigo que todos necesitan.

Oye Finn...—. Escuché como me llamó de pronto después de un rato de solo estar callados mirando a nuestro al rededor.

—¿Qué pasa?

—Está cosa me está dando mucha energía...—. Exclamó poniéndome a la vista su lata de Red Bull mientras unas risitas se le escapaban de la boca. Y logró contagiarme sus sonrisas involuntarias puesto que casi seguidamente comencé a reírme con él de su pequeña ocurrencia.

Pero casi al instante mi risa paró en seco puesto que sentí de pronto como la mano de Jack que me sujetaba del brazo había dejado de hacerlo para poder posicionarse descaradamente en mi entrepierna.

rock me | fack ✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora