Capítulo 2

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Gun despertó muy temprano para preparar el desayuno de su Papii y el suyo. Había llegado un viernes al departamento de su amigo, con el objetivo de pasar todo el fin de semana con su compañía como en los viejos tiempos. La simple idea de estar juntos llenaba el pecho del pequeño de calidez y felicidad que sólo podía sentir con Off.

Tomó alrededor de una hora hacer un gran desayuno, frutas picadas y bañadas con un poco de yogurt y avena para ayudar con la digestión, unas verduras hervidas porque se preocupa de que Off también consuma vegetales, un par de huevos estrellados con la yema medio-cocida como le gustan, tocino frito porque sabe que a Jumpol le gusta la carne, y dos vasos de agua. Atthaphan fue preparado por la señora Dararat para cocinar, recibió un curso intensivo donde cocinaba todas las comidas favoritas de Jumpol, además de aquellos que debía comer por salud. Vivir juntos, cocinar para él y que él lavara los trastes, hacer la limpieza, pasar tiempo juntos, saber que al volver hay una persona especial esperando por ti tal vez sea el único que piensa eso, pero ¿acaso no parecen un matrimonio feliz? Sólo la idea hace sonrojar al menor y la felicidad se vuelve aún mayor.

Segundos después de terminar el desayuno, se escuchó a la puerta de la habitación de Off abrirse. Caminó lentamente al baño mientras bostezaba y se estiraba. Gun solo miró a distancia como llegó al baño y cerró la puerta detrás de él, esa felicidad que sentía no podría ser quitada por nada. Poco después, salió el hombre ya con la cara, boca y manos lavadas, listo para desayunar. Agradeció a su amigo por la comida y empezaron a comer juntos.

—Gracias Gun— dijo el mayor mientras se limpiaba la boca después de gastar todo lo que le habían servido— estuvo delicioso, ¿qué haría sin ti?

—Seguro morirte de hambre o desnutrición — bromeó el menor— dame tu plato, recogeré todo y lo lavaré, puedes ir a la sala.

Sin decir nada más, agarró sus platos, vasos y cubiertos para llevarlos al fregadero, pero fue detenido por una gran mano.

—No tienes que hacerlo— la gran sonrisa de Off puso nervioso a Gun, a quien sostenía para detenerlo — yo lo lavaré, es lo mínimo que puedo hacer.

—Yo puedo hacerlo, le prometí a tu madre cuidarte—.

—Ya hiciste suficiente con la comida, déjame ocuparme de los trastes— insistió.

—Pero

—Nada de pero— Jumpol se levantó para sostenerlo de los hombros, el menor asentó el plato en la mesa y fue llevado hasta la sala, le obligaron a sentarse y recibió de recompensa una sonrisa de Off por ser obediente— yo lavaré los trastes, si me sigues consintiendo me volveré un inútil dependiente de ti. Tanto, que ya no podría vivir sin ti.

—Esa es una buena idea— murmuró el pequeño.

—¿Qué dices? — preguntó Off, pues no alcanzó a escucharlo.

—Nada, solo me preguntaba si también lavarás los del almuerzo— sonrió.

—Aow, Gun sobre eso— el menor lo observó, era como si quisiera decir algo que no debía— no es nada, te lo diré después de lavar trastes. Mientras tanto, puedes ver la televisión, si no encuentras algo que te guste puedes entrar a Netflix o a Line Tv, yo me encargo de lo demás.

El menor hizo un pequeño puchero por el evidente cambio en la conversación, sin embargo, su molestia no duró mucho al ver como su amigo lava los trastes felizmente, luego tomó el control de la televisión para mirar alguna película o algo que lo entretuviese. Al final se detuvo en un canal de películas que trasmitía «Dear Dakanda», una de sus películas favoritas. Después de lavar, Off fue a la sala a ver a su amigo, no sin traer consigo Snack Jack y bebidas Oishi para gustar.

El amor es ciego, pero los vecinos no son sordosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora