14

1.5K 85 22
                                    

                Me alejé del Charles, aún estaba con la cabeza sobre su pecho. Él aún no despertaba, por lo que le pellizqué el brazo sutilmente para que despertara. El Charles se removió y abrió sus ojos, me miró preocupado, asustado.

—¿Qué pasó? —me preguntó con tanta preocupación que quise llorar, pero mi mirada estaba enfocada en el Erick, el Charles siguió mi mirada.

—Pasó que estay con mi esposa en la cama—espetó el Erick.

—Erick...—dije. Él me miró con odio, nunca antes me había dado una mirada como esa.

—Sipo porque vó el esposo ejemplar, no estaba cuando te necesitaba—dijo el Charles sentándose en la cama—quizás qué hueá andabai haciendo que era más importante que tu esposa a la cual asaltaron y pegaron...

—Cállate hueón—espetó el Erick. El Charles se paró de la cama y se puso frente al Erick, se acercó tanto a él que sus pechos chocaban. A pesar de que el Charles era mucho más pequeño que el Erick intimidaba.

—Já, te conviene que me calle porque es obvio que andabai...—en cosa de segundos el Erick levantó su puño y lo dirigió directamente a la cara del Charles, éste no alcanzó a reaccionar, por lo que el combo le dio de lleno en el rostro, se desestabilizó y cayó a la cama.

—¡Erick! —exclamé. Mientras me movía rápidamente en la cama para quedar al lado del Charles. Puse mi mano en su rostro—Charles ¿estás bien? —pregunté. Observándolo atentamente, tenía un poco de sangre en el labio. Sentí un fuerte agarre en mi brazo, era el Erick. Lo miré, sus ojos estaban nublados por la rabia, nunca antes me había tomado así.

—No lo toques—dijo remarcando fuerte cada palabra. Me apartó de manera brusca del Charles. Me dolía donde me estaba apretando el brazo.

—Erick me duele—dije.

—Responde Sofía, ¿Qué hacías en la cama con ese hueón? ¿Me estay cagando? —dijo el Erick. Aún me seguía apretando el brazo. Lo miré. Ay no sabía que decirle, si al fin y al cabo era verdad, lo estaba cagando con el Charles, pero no podía decirle eso estaba demasiado enojado, nunca lo había visto así, tenía miedo de su reacción.

—Te dijo que la soltaras—dijo el Charles, quien ya estaba de pie otra vez, y quien le dio un combo al Erick haciendo que me soltara.

Antes de que el Erick le pegara al Charles otra vez me paré entremedio de los dos.

—¡Basta! —exclamé. Los dos respiraban agitados y si yo no estuviera parada entremedio de los dos se estarían atacando. La testosterona fluía en el aire, era como si hubiesen sacado a su macho alfa interior a la superficie—Charles vete.

—¿Qué? —me miró sorprendido—Pero...

—Solo vete—le di una mirada. Él suspiró.

—Está bien—dijo. Agarró sus zapatillas del piso, y pasó por el lado del Erick, al cual le puse una mano en el pecho para que no le hiciera nada al Charles. El Charles me dio una última mirada y salió por la puerta. Cuando lo hizo, me senté en la cama aliviada de que el Erick y el Charles no se hubiesen agarrado a combos.

—¿Me vas a responder que hacía él aquí? —exigió el Erick. Levanté mi mirada. Tomé una respiración profunda.

—Yo le pedí que se quedara porque no podía dormir por miedo, se supone que mi esposo querido el que iba a estar conmigo en las buenas y en las malas iba a estar cuidándome después de que me asaltaran y pasara el susto de mi vida...—mi voz se quebró y una lágrima traicionera se deslizara por mi mejilla—pero no, vaya a saber uno donde estaba mi esposo cuando todo esto pasó, mi esposo el que tanto amo, me dejó tirada en un restaurant en una ciudad desconocida y peligrosa y no le importó lo que me pasara en el camino de vuelta al hotel—un sollozo se apoderó de mi cuerpo. Me dolía que él no estuviera ni ahí conmigo, probablemente había estado encamado con su amante mientras todo esto me pasaba, lo odio, lo odio—resultó ser que un tipo que apenas y había visto unas cuantas veces se preocupó más por mí que mi esposo...—los ojos del Erick ya no tenían furia en ellos, sino que me miraban con ternura y con amor—bajé mi mirada, era peor ver esos ojos, él no me amaba lo suficiente, si lo hiciera no me engañaría. Las lágrimas se deslizaban como un torrente por mis ojos. ¡Maldita sensibilidad!

—Princesa yo...—se arrodilló frente a mí y tomó mis manos entre las suyas—perdón por no contestar el teléfono, yo... Perdón por no estar contigo.

—Ya no importa Erick—las lágrimas aún caían por mis mejillas. Él levantó sus manos y las limpió. Comenzó a acariciar mi mejilla con una de sus manos.

—Claro que importa princesa, solo me enojé, fui un estúpido, yo te amo, eres el amor de mi vida y no quiero que nada te pase...—aparté su mano de mi mejilla. Era todo una mentira, una vil mentira.

—Basta Erick, no quiero escucharte, solo vete y déjame sola.

—Pero princesa...

—No, Erick, vete—dije elevando mi voz.

—Deja que te acompañe, no quiero que estés sola, no estás bien...—negué con la cabeza. No, no lo quería cerca, solo quería llorar en paz.

—¡No, Erick, déjame en paz! —él suspiró ruidosamente.

—Está bien princesa, duerme bien—dijo. Se puso de pie, luego se inclinó y me dio un beso en la frente—no olvides que te amo y cualquier cosa solo llámame...—asentí con la cabeza. Luego lo sentí salir de la habitación y cerrar la puerta. Cuando lo hizo me tiré en la cama, agarré un cojín y lo abracé mientras dejé que las lágrimas dejaran mi cuerpo...

Lloré hasta quedarme dormida, desperté cuando los rayos de sol entraron a mi habitación y me despertaron. Lo primero que hice cuando desperté fue ir al baño porque estaba que me hacía pis, cuando lo hube hecho me miré al espejo, era un desastre, tenía los ojos hinchados y ojeras bajo mis ojos. Las ojeras las podía cubrir con un poco de maquillaje, pero no podía hacer nada con mis ojos.

Fui a buscar ropa para vestirme. Cuando la hube seleccionado, me bañé. Hoy tenía que trabajo, ya que era la kinesióloga de la selección. Me maquillé lo mejor posible para ocultar mi horrible aspecto y salí de mi habitación. Apenas lo hice me encontré con el Charles fuera de mi pieza.

—¿Estás bien bebecita? —preguntó el Charles apenas me vio, me estaba observando atentamente como buscando algún daño en mí.

—Lo estoy, gracias—dije dándole una sonrisa, que no se sintió falsa en absoluto, me gustaba que se preocupara por mí.

—No dormí nada, estaba tan preocupado por ti pensé que el Erick no sé podía hacerte algo, estaba tan enojado...

—Tranquilo, no me hizo nada, estoy bien, en serio...—él sonrió de oreja a oreja, su sonrisa era tan linda, tan tierna, no sonreía muy a menudo, pero de algo estaba segura, y es que me encantaba su sonrisa.

—Que bueno bebecita—dijo, luego acunó mi rostro entre sus manos y me besó. No sé qué me pasaba pero apenas sus labios tocaron los míos un leve cosquilleo comenzó en mi estómago... Mierda. ¿Será que me estoy enamorando de este hombre? No, no eso no puede ser, yo amo al Erick, se supone que el Charles solo es la venganza por su engaño... pero entonces ¿por qué ese imbécil cosquilleo en mi estómago? Ay señor, ayúdame. 

********************************

Holi, espero que estén todas bien que no les haya pasado nada estos días tan cuáticos :( 

También espero que disfruten el capítulo y que disculpen la demora. Son las mejores por seguirme leyendo a pesar de que ahora actualizo como nunca :( 

Les mando muchos besitos y fuerzas a todas para estos días :)

Fran 

Culpables || Charles Aránguiz || Erick PulgarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora