22

1.6K 72 13
                                    

Fui en busca de mi Charles Mariano, lo encontré sentado junto al Eduardo, estaba todo magullado y enrabiado, al verme su carita cambió y me dio su mirada tierna de siempre. Tomó mi mano entre las suyas. Mi piel hormigueó con el contacto y sentí un cosquilleo en mi estómago. Mierda, creo que en verdad estaba enamorada de él ¿y cómo no lo iba a estar? Si era todo lo que el Erick no era conmigo, era tierno, se preocupaba por mí, me cuidaba... me había salvado de ese hueón del Arturo.

-Bebecita ¿estás bien? -preguntó. Asentí con mi cabeza y mis ojos se llenaron de lágrima al ver sus heridas. Tenía la cara golpeada, tenía heridas en las manos y no sé en qué otras partes. Él se puso de pie y me estrechó entre sus brazos. Escondí mi rostro en el hueco de su cuello mientras las lágrimas caían desde mis ojos y los sollozos se apoderaban de mi cuerpo. ¡Maldición! Odio llorar. El Charles puso su mano suavemente sobre mi pelo para acariciarme, lo que me hacía llorar más. ¡Sofía basta compórtate como una mujer grande! -Ya, tranquilita si ya pasó... Ese hueón no va a atreverse a tocarte otra vez...

-Yo...-saqué mi cara de su cuello y lo miré. Levanté mi mano a su rostro y lo toqué con suavidad-Gracias Charlie en serio.

-Sof, cualquiera hubiese hecho lo que hice...

-No me refiero a eso... gracias por siempre estar ahí para mí, por preocuparte por mí más que incluso mi propio esposo... gracias por estas semanas, si no hubiese sido por ti yo no sé qué hubiese hecho...

-Bebecita no tienes por qué agradecerme...-él suspiró-yo sé que te prometí no enamorarme, pero te mentí, me enamoré de ti, lo que te dije el otro día era verdad, le eché la culpa al alcohol pero no era así, era lo que en verdad sentía-un maldito nudo se instaló en mi garganta y una opresión apareció en mi pecho, quería llorar otra vez, es que no lo podía creer-y sí te ignoré todos estos días pero es que pensé que habías vuelto con el Erick y dolía...

-Charles Mariano, bebecito, yo... sé que soy una estúpida por seguir intentándolo con el Erick a pesar de que me engañó y de que no se preocupa por mí, pero ahora con esta mierda que me pasó me di cuenta que en verdad él no vale la pena y de que me enamoré de ti sin siquiera darme cuenta, a pesar de que no debería, porque tú estás casado también y tienes hijos que sufrirían si tú los dejas, pero era imposible no enamorarme de ti si eres tan tierno, tan preocupado conmigo...-él me dio una sonrisa y besó mis labios sin importarle que estuviéramos a la vista de todos y en verdad a mí tampoco me importaba... ya todo me daba lo mismo, si ya me había dado cuenta que el Erick no era para mí...

Mi mamá será la más feliz cuando sepa que ya no estoy con el Erick, si nunca le gustó, pero no creo que se ponga feliz cuando sepa que ahora ando con el Charles, pero no es tiempo de preocuparse de eso, les contaré cuando se acabe la Copa América, no quiero armar conflictos ahora, ya tuve suficiente con lo del Arturo...

-Oye bebecita acuéstate-me dijo el Charles. Sonreí. Después del incidente con el Arturo volvimos al hotel, donde pasé un rato con mi familia, salimos a comer y después me junté con el Charles en mi habitación quién insistió que no me dejaría sola por nada en el mundo.

-Ya voy, es que me estoy sacando el maquillaje. Espera un poco.

-¿Qué te parece si después de la Copa te vas a Chile conmigo y te presento a mi familia? -sonreí.

-Chanta la moto Charles-dije mientras me sacaba el maquillaje del ojo derecho-vamos paso a paso ¿Ya? Esto aún es nuevo y además es un poco extraño.

-¿Extraño por qué? -preguntó. Apareció detrás de mí en el espejo y me rodeó la cintura. Echó mi cabello hacia un lado y besó mi cuello-Yo no lo encuentro extraño-otro beso.

Culpables || Charles Aránguiz || Erick PulgarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora