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Después de la presentación de los chicos, regresaron a la casa todos juntos. _____ se dio cuenta que no arreglaba nada haciendo un berrinche en contra de la felicidad de sus amigos, lo mejor seria aceptar la realidad e irse de Francia para que sus amigos fueran felices.

Todos se encontraban tomando fotos muy alegres, en la casa de la azabache, mientras la castaña  aprovecharía los últimos días con su familia y amigos.

-¡Ahora solo los ganadores!- grito el padre de _____ .

-_____, ven hija, vamos- le decía su madre mientras esta miraba a la pareja de una manera melancólica.

Mientras que la nueva pareja posaba muy sonriente y abrazados.

-Dime otra vez que me amas- dijo el rubio mientras les tomaban las fotos.

-¿Otra vez?- dijo la azabache mientras trataba de no quitar la sonrisa de su rostro

-Si Marinette, por favor, me encanta escucharlo de tus labios- se acerco discretamente a ella.

-Pues que pena- le entrego el trofeo e intento irse pero Adrien la tomo de la mano.

-Di otra vez que me amas- la miro suplicante.

La azabache no lo miro en ningún momento, mientras el rubio sentía una presencia detrás de el, volteando y mirando qué aquella presencia era su padre quien lo miraba con una cara pícara.

Adrien nervioso, giro y nuevamente volvió a seguir tomándose fotos con Marinette.

-Ahora una con _____- hablo el padre de la castaña.

-Si _____, ven- estiró su brazo para poder abrazar a la castaña.

_____ solo se dirigía con la cabeza agachada, siempre había sido muy introvertida y no era de tomarse muchas fotos, y su timidez aumentaba si el rubio estaba cerca.

Llegó a lado de ellos y en su rostro se asomó la sonrisa más forzada que había hecho en su vida, no estaba para nada feliz, solo esperaba que llegará mañana para planear su viaje a un lugar lejos de ellos.

-Dime que me amas- le susurró Adrien a Marinette de nueva cuenta.

La castaña lo escucho y los miro sorprendida, mientras en su vista periférica aparecía el flash de la camara; ese hecho reforzaba más su idea de que lo mejor era irse de Francia.

-Lo mejor será que me vaya a casa a dormir- se separó del rubio- Buenas noches- y corrió hacia la salida.

La azabache y el rubio decidieron terminar con la sesión de fotos y fueron a sentarse a la sala.

Adrien no dejaba de mirar a Marinette y eso no paso desapercibido para los ojos de su padre.

-Creo que yo iré adelantandome a casa- dijo mientras se levantaba del sillón un tanto apenado.

Gabriel se acercó a la azabache y la tomo por lo hombros.

-Tom, tal parece que además de ese trofeo- señaló a la vitrina dónde ya hacía el premio del concurso- mi hijo gano otro trofeo- miro a la azabache.

Apareció un leve sonrojo en las mejillas de la oji-azul, mientras solo agachaba la cabeza.

-Marinette es la verdadera victoria para mí hijo.

Los padres de la castaña, Emilie y Tom se habían quedado sorprendidos, no habían notado durante estas dos semanas el amor que ambos jóvenes sentían.

Después de aquel momento los adultos decidieron celebrar la unión entre familias que se había creado por la nueva relación, mientras la azabache se preparaba para dormir.

-¿Qué me está pasando? Hasta ahora nada me había hecho avergonzar- hablo con la foto de su madre entre las manos- Jamás sentí esto por alguien, pero ahora, cuando sea que Adrien..., bueno tú ya sabes que intento decir.

-Pero yo no lo sé ¿Qué es lo que intentas decir?- apareció en el marco de la puerta.

-¡Adrien!- gritó mientras se levantaba de su cama.

-No sabía que hablabas sola- soltó una risita.

-No hablaba sola, era con la foto de mi madre- agachó la cabeza.

-¿Aun la extrañas?

La azabache no respondió y el rubio tomo su silencio como una afirmación.

-Pensé que sabía muchas cosas de ti, pero parece que me has ocultado muchas cosas- se sentó en la orilla de la cama.

-Adrien, nadie sabe de esto- se sentó junto a él.

-Si pero, hablabas de mi- la miro con una sonrisa.

-¡Hey "Señor América"! ¿Que crees?- lo miro de forma burlona- ¿Qué solo pienso en ti todo el tiempo?.

-Quizás todo el tiempo no, pero si cuando estás despierta- la miro directo a los ojos.

-¿Por qué? ¿No podría soñar contigo en las noches?.

-Parece que ahí nos veremos la próxima vez.

La oji-azul hizo una mueca y mostró una cara confundida.

-¿Por qué?.

-Debo volver mañana a Inglaterra- juntó sus labios formando una línea.

-¿Mañana? ¿Tan pronto?- se volteó a verlo de manera rápida.

-Te escribí que solo venía por dos semanas.

-¿Escribiste?- hablo confundida, desviando la mirada- ¡Oh, tus cartas!- volvió a mirarlo- Adrien ¿No puedes quedarte unos días más?.

-No es posible, necesito arreglar unas cosas de la escuela para poder graduarme y...- no termino cuando la azabache ya se había levantado de la cama.

-¿Qué pasa?- pregunto confundido

-Tú eres el que se va ¿Y me preguntas que me pasa?- dijo mientras le daba la espalda.

-Se que me voy lejos- se levantó y se colocó a su lado- Pero volveré, te lo prometo.

Marinette se quedó en silencio aún con una cara enojada, cuando derrepente, el rubio  se colocó detrás de su oreja.

-Aún no lo he escuchado ¿No lo dirás una vez antes de que me vaya?.

-Vete- se cruzó de brazos- no lo diré hasta que vuelvas- sonrió de una manera triunfante.

-Entonces tendré que volver.

Colocó su mano en la barbilla de la azabache y giro su rostro haciendo que lo viera justo en los ojos.

Extrañaría esos ojos azules que lo volvían loco, y con ese pensamiento deposito un suave beso en sus labios, para después salir corriendo con una sonrisa de la habitación.

La azabache corrió hacia su cama en dónde estaba el retrato de su madre.

-Debes traerlo de vuelta y pronto- hablo mientras se tiraba en la cama abrazando la foto.

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Atte. Leela

¿Quieres ser mi amiga? [Adrien Agreste & Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora