Capítulo 8 "Despertar"

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ETERNAL

Capítulo 8 "Despertar"

—Y que lo digas... yo la admiraba muchísimo, era prácticamente perfecta. Tan hermosa y fuerte... de cierta manera me sentía segura en que ella y Kirito iban a ser parte de los jugadores que alcanzarían el piso 100.

Estaba por salir del pequeño cuarto de uno de los cuantos retretes de la sección de señoritas, cuando las palabras de quienes venían entrando al sanitario, la detuvieron.

—Eso es verdad... pero si la miras ahora...

—Uy... le tenía mucho respeto cuando era miembro del gremio de la hermandad de sangre... pero ahora más parece un fantasma andante. Es cierto que Kirito estaba muy guapo, pero... ¿Te imaginas cómo se encontrará ahora?... No creo que valga la pena el sacrificio... perder su propia vida a causa de cuidar una causa perdida.

Ante lo que escuchó, salió de su escondite y sin dirigirles la palabra, llegó al lavamanos.

—¡A!

—¡Asuna—san! —se miraron entre sí, esperando las palabras devastadoras de la ex vicecomandante, pero no recibieron más que su silencio. Pétrea barrera invisible que las separaba de su mundo; En su rostro no había molestia, ira o rabia, simplemente quietud y la mirada vacía que la caracterizaba desde meses atrás. Para entonces suspirar y pasarlas de largo.

Estaba cansada de eso... la gente hablando a sus espaldas, opinando de asuntos que a nadie le concernía más que a ella misma. ¿Qué si va al hospital a diario? ¿Acaso les importa? ¿Qué Kirito no es el mismo? ¡¿Y qué?!

¿Por qué tenían que entrometerse?... ¿Por qué no podían solo respetar?... ¿Acaso su dolor no era ya suficiente carga?... ¿O quizás?... En verdad estaba enloqueciendo, esperando que con aquellas señales que recientemente sentía provenir de su amado, pensaba que se repondría... Si hasta su madre se lo había advertido ya...

—Ya fue suficiente, Asuna... lo hablé con tu padre y hasta él estuvo de acuerdo... Si había accedido a que fueras a visitar a ese niño, fue porque era parte de tu terapia psicológica posterior al trauma de S.A.O... pero esto ya es anormal... Llevas visitándolo ya casi dos años, a pesar de que se encuentra en coma... ¿Tiene una enfermedad terminal, no?... Ya es hora que te despidas.

—¿Qué estás diciendo?... —pudo sentir la falta de aire inmediata con tales palabras. ¿Había perdido hasta el apoyo de sus padres?...

—Lo que escuchaste... lo de ese niño, se acabó. —Irás esta tarde, luego de la escuela, agradecerás a todo el personal que te conoció y volverás a casa temprano, que mañana a primera hora, sales en un viaje de negocios con tu padre.

—No madre... —negó varias veces con la cabeza, mientras las lágrimas acudieron rápidas al llamado de sus sentimientos. —No puedo hacer eso... ¡No puedo irme! ¡Kirito-kun me necesita!

—¿Kirito-kun?... Y aún continúas llamándolo de esa manera... dijo el psicólogo que debes esforzarte en referirte a él como Kirigaya-kun, para desprenderte de eso... que fue...

—¿Eso?... ¿Mi amor por él?...

—Ya se te explicó que eso no es amor... solo es aferrarse a algo... la tabla de salvación.

—¡No! —se limpió las lágrimas, pasándose el dorso de la mano por ambos ojos, para al abrirlos, observar un extraño fenómeno, estaba oscuro... cual se tratara de una sombra, parada tras de su madre, por lo que se frotó los ojos una vez más, al ver de nuevo, ya no estaba. —Pero lo logró seguir hablando, al ver a su progenitora, cruzada de brazos frente a ella. Se limitó a darse la vuelta y correr lejos de ella.

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