ETERNAL

Capítulo 6 "Despedida"

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ETERNAL

Capítulo 6 "Despedida"

Los mechones lacios de aquel hermoso tono oscuro, se levantaban en cada oleada que aquel abanico brindaba cercano al rostro del joven acostado sobre la cama de aquella habitación hospitalaria.

—¿Se siente bien?... —preguntó la voz dulce, quien se limitó a continuar con aquella función. La tarde se había tornado calurosa, pero por la misma fragilidad del Kirigaya, se había suspendido el uso del aire acondicionado en su cuarto.

No obtuvo respuesta, por lo que hablo consigo misma, para tratar de superar el momento. —Sí... hace mucho calor... —miró por unos instantes hacia la ventana. —Todo indica que es probable que llueva más tarde. ¿No sería lindo que viéramos caer la lluvia desde acá?...

Su amado respiraba tranquilo, bajo aquella máscara de oxígeno, mientras permanecía inconsciente, tras haber sido sedado en el momento de crisis. Por fin le habían permitido entrar a verlo nuevamente.

—¿Quieres que te traiga algo de comer?... —continuó cual él le estuviera prestando atención. —Dime... por favor... —apretó el puño que tenía libre y con él retrajo su cuerpo, sintiendo la culpabilidad de verlo en ese estado, recorrerla por completo.

A pesar que se le habían advertido que duraría alrededor de medio día así, ya pasaba casi el día entero desde que la noche anterior, se encontrara con Eugeo en la entrada del hospital, luego de que perdiera la conexión con su amado y acudiera lo más rápido que pudo al hospital, ya que no atendía ni sus llamadas.

Corrió lo más rápido que pudo al observarlo alejarse cada vez más a la distancia, gritándole, al llamarlo por su nombre, pero no lograba que se detuviera. Hasta que quizás... le dijo lo que el rubio esperaba escuchar.

—¡Fue mi culpa! —gritó con todo su corazón, mientras las lágrimas ya le empapaban las mejillas con toda su entereza.

Había logrado que se detuviera... pero no se movía, ni volteaba.

—Yo... —trató de entablar la conversación, pero fue drásticamente interrumpida por él.

—¡¿Por qué?! Si... estabas ahí... si escuchaste lo que dijo el doctor... ¡¿Por qué lo hiciste?!

—¿Hacer?... —su mirada tembló y decayó a las espaldas de su cuñado. Era de esperarse que él se imaginara lo que los jóvenes amantes, se reunirían a hacer. Por eso su reclamo era tan bruto y fuerte. —Por él...

—¿Cómo dices que por él?... si es precisamente por él... que hay que mantenerlo alejado de todo lo que pueda perjudicarle... aunque sea algo que le guste... porque no todo lo que es bueno para el mundo... lo es en todos los casos...

—Eso lo sé... Pero Kirito-kun...

—Sí... él me explicó sus razones... —exhaló fuertemente, junto a su resignación, para entonces finalmente voltear hacia ella. —Yo... —la miró con el mar verdoso de sus orbes, completamente desbordado. Notándose desesperado y temeroso, por lo que ella sin dudar un segundo, se acercó lo más que pudo para poder comprenderse entre sí.

—Eugeo-kun...

—Asuna... —bajó la mirada ante ella, al apenarse de haberla tratado tan mal, cuando en realidad comprendía que las palabras de su hermano eran reales y representaban su corazón... pero no podía solo aceptar que se pusiera en tal riesgo. —No quiero perderlo... —dejó salir de golpe su dolor, junto a otro par de lágrimas corredizas.