U N O

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Advertencia: Es M-preng, contenido homosexual, TinCan, contenido sensible, lenguaje fuerte.

[M O K S H A]

La familia de Can podía ser considerada una familia "amorosa" a la vista de todos, pero cuando nadie veía las cosas cambiaban.

Can era el "hijo del medio" siendo el único varón y con dos hermanas demasiado hermosas era un problema para él destacar, no importaba cuanto se esfuerce en arreglarse y vestirse bien, si él estaba al lado de sus hermanas simplemente pasaba de ser percibido.

Pero un corazón bondadoso no era fácil de apagar y malograr, a pesar de todas las veces que fue ignorado y hecho un lado él siempre sonreía y se mostraba positivo.

Leyendo esos libros cargados de romance, incitando a su corazón por un amor así, siempre llevaba consigo una pequeña muñeca de trapo, estaba vieja pero era valiosa en valor sentimental, su abuela, la única que siempre le había querido en esa familia, se la había obsequiado y desde entonces la conservaba.

Can no conocía un caricia de amor, no conocía que era sentirse orgulloso de sus padres, no conocía lo que era tener un abrazo, no conocía el verdadero amor de una familia, nunca pudo conocer el amor de verdad.

La hermana mayor, Tiffany, estaba casada en un matrimonio sin amor y por conveniencia de ambas empresas, aunque a las cámaras y ojos de todos eran el matrimonio perfecto era solo una fachada para ocultar su desamor y descontento.

La familia de Can era anticuada y costumbrista, a pesar del matrimonio arreglado de su hermana sabían que aquel matrimonio no simplemente era laboral, también servía para mantener el linaje de su familia.

Can a sus cortos dieciocho años adoraba la simple idea de amar y ser amado, suplicaba constantemente que alguien llegara y le demostrará que el amor es bueno, que le demostrará que se sentía ser amado.

La hermana menor, Nadia, nunca jamás le había dirigido una palabra a Can a menos que sea necesario, jamás se dedicó a entablar conversación o mostrar interés en conocer a su hermano.

Pero ese día era la oportunidad perfecta para Can para hacerse notar y tal vez, solo tal vez, conocer el amor en todas sus fauces.

Solo fue capaz de conocer la amistad desinteresada, limpia y hermosa, Pond fue el mejor amigo de Can, cuando ambos se conocieron apenas tenían nueve años, desde entonces fueron inseparables. Sus padres buscaban malograr esa amistad con comentarios llenos de maldad, diciendo que el muchacho solo era su amigo por interés. Ni aún así lograron alejar a ambos muchachos.

Esa tarde un importante empresario iría a la casa donde habitaba y se quedaría unas cuantas semanas para poder cortejar a alguien de la familia. Y Can deseaba ser él a quien elija.

Can se había vestido con su mejor esfuerzo, se había dedicado a verse bien y presentable para que a la hora que el invitado llegara, lo notara.

—Joven, su madre mando llamar, el invitado acaba de llegar — una de las tantas empleadas que trabaja ahí llamó a la puerta, sacando a Can de su ensoñación.

—Enseguida bajo — se apresuro a responder.

Terminó por colocarse perfume y bajar a la sala, encontró a su hermana en las escaleras, fue cuando ambos bajaron y se encontraron con el invitado quien se encontraba al lado de sus padres hablando animadamente.

Era apuesto a simple vista, su piel blanca resaltaba en ese traje que llevaba puesto, su cabello castaño contrastaba perfectamente con su piel, su figura alta e impotente, pero al momento de mirarlo a los ojos las cosas cambiaban, no había nada más que frialdad en ellos, te miraban sin expresión alguna y eso llegaba a ser atemorizante.

—Ella es Nadia, la menor de nuestros hijos, esta estudiando derecho — dijo su padre, Can miró a sus padres pidiendo con la mirada que no lo menospreciaran, que él también estaba ahí, que él también era parte de la familia.

—Can acaba de terminar sus estudios, esta dedicándose al arte — término por decir su madre haciendo obvio el desprecio que ella le sentía al pelinegro —. Como sabrán nuestro invitado se llama Tin Metthanan y se quedara tres semanas exactamente, espero que lo traten como es debido.

Can lo había mirado, ambos conectaron sus miradas y sintió un escalofrío recorrerlo de pies a cabeza, pero solo pudo sonreír, cuando Tin puso la mirada en su hermana, supo que ya no tenía oportunidad. Su sonrisa flaqueó pero aún la mantuvo sintiéndose devastado por dentro.

"¿Qué tengo yo para competir contra mi hermana?" pensó con resignación y dolor.

Su hermana era. . . Perfecta, con las curvas que ocultaba y que solo mostraba cuando era necesario, con su piel lechosa y sus hermosos ojos avellanas, eran como dos orbes que te miraban y te transportaban a otro lado.

[M O K S H A]

De buenas a primeras su hermana había rechazado a su pretendiente sin pudor alguno alegando que no estaba interesada, ya había pasado una semana desde aquello y Can no sabía como sentirse exactamente.

Se sentía confundido, por una parte por su hermana, quería saber porque se había negado a su cortejo, y por otra parte porque Tin aún no había tratado de cortejarlo a él.

Si bien a penas cruzaban palabras a la hora de la comida, no tenía porqué ser tan grosero como para no cortejarlo, además no se consideraba tan feo, sin su hermana compitiendo contra él podía sentirse menos pesado, pero eso no quitaba el hecho de que aún no había hablado demás con el "invitado" en cuestión.

Abatido por todos esos sentimientos salió de su habitación para dirigirse a la cocina, su sistema ansiaba agua, ya no tenía fuerzas para seguir dibujando si estaba muriendo de sed.

Bajando las escaleras fue cuando se encontró con Tin y su intimidante mirada, éste traía puesto un abrigo y parecía estar listo para salir a algún lado.

El corazón de Can bombeo con rapidez cuando el castaño le dedico una sonrisa, una sonrisa que le parecía encantadora; pero en el fondo le parecía falsa, forzada.

—¿Quieres salir a beber algo? — era la primera vez que hablaban directamente, sin necesidad de una comida de por medio para dirigirse la palabra.

Aquello lo tomó por sorpresa, aún tenía en mente que el huésped en cuestión nunca lo pretendería, suficiente tenía con el rechazó de sus padres y de toda su familia en general.

—Yo. . . Sí, claro que sí — con pasos rápidos y temblorosos se dirigió al perchero para recoger un abrigo, agradeció no haber estado pintado porque seguramente tendría toda su ropa ensuciada en pintura.

Cuando ambos salieron de la casa él castaño lo dirigió hacia una cafetería cerca del hogar de Can, mientras caminaban hacía ese lugar se mantuvieron en silencio, ninguno de los dos se atrevía a hablar para romper la poca tensión entre ellos.

Can tenía miedo pero estaba eufórico a la vez, era la primera vez que salía con alguien que no era Pond, era la primera vez que sentía que tenía esperanza y no quería arruinarlo diciendo algo que molestase a Tin. Él solo debía mantenerse callado y responder solo si Tin se lo pedía, quizás así tendría una oportunidad con el castaño.

Tin realmente no le veía nada de bueno al muchacho que se encontraba a su lado, más sin embargo debía tratar de llevarse bien, porque así se lo habían ordenado sus padres, o volvía a tomar la compañía estando casado o se olvidaba de todo con lo que algún día había soñado. Al no tener oportunidad con la más menor tuvo que tirar por la última opción.

[M O K S H A]

N/A: Espero les guste, gracias por darle una oportunidad al libro, nos leemos, un abrazo y un beso <3

Moksha (TinCan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora