M O K S H A

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¿Qué carajos había hecho?

No podía recordar nada, toda su mente estaba en blanco, recordando una y otra vez la cara de Can, viendo sus ojos cargados de miedo, viendo su cuerpo temblar.

No, él no podía haber hecho eso ¿verdad? Mierda ni siquiera era capaz de recordar como había despertado.

Sentado en esa sala de espera en el hospital, esperando impaciente alguna noticia de Can, no había sabido nada desde que lo puso en la camilla y se lo llevaron, estaba desesperado.

Escucho unas pisadas resonar demasiado fuerte a través de la sala, no tuvo ni tiempo para alzar la mirada cuando sintió un golpe que lo mando al suelo.

Un golpe que lo trajo a la realidad que estaba afrontando pero se negaba a creerlo, él no era un monstruo, él no era el malo en esta historia, no, no lo era.

—¡Lo sabía!, ¡sabía que malditamente ibas a joder a Can! — no tuvo el valor de alzar la mirada, no podía hacerlo. —¡Eres un monstruo!

—Señor por favor cálmese, o tendré que sacarlo del hospital — claro, demasiado obvio para ser real, un oficial tendría que intervenir, porque no todos en esa sala de espera querían un espectáculo como aquél.

Pond estaba furioso, lo sabía, pero no sabía el porqué exactamente, no recordaba nada, le frustraba.

A lo lejos vio al médico que por años atendió a su familia, se paró pero vio esa mirada que lo recriminaba, y se frustró aún más. 

¿Por qué todos lo juzgaban? Ni siquiera recordaba que carajos había hecho.

—Can está estable; tuvimos que ponerle una transfusión de sangre sí queríamos salvar al bebé. Si Can no te denuncia, ruega porque alguna de las enfermeras no lo haga.

No le dijo nada más, no necesitaba hacerlo, Tin estaba más que perdido.

—¿Un bebé? — no podía creerlo.

—Can tiene tres meses de embarazo.

Un bebé de los dos, un bebé que estuvo a punto de matar. Todo estaba mal, se torcía de una manera enfermiza y dolorosa. Ya no puede entenderlo. ¿Tres meses sin saber nada?

Ay no, ¿qué había hecho?

Las cosas estaban jodidamente mal.

No notó que estaba llorando hasta que sintió el sabor salado de sus lágrimas, temblando marcó un número, aún con la mirada cargada de odio que Pond le dedicaba, necesitaba acabar con esto, por el bien de Can. Porque su conciencia estaba carcomiéndolo.

—Diga — la voz a través de la línea lo hicieron sentirse peor. No quería que las cosas acabaran así, pero sus acciones los llevaron a eso, ahora debía asumir la responsabilidad. 

—Techno, ya no puedo, por favor ayúdame — no pudo reconocer que su voz temblaba por el llanto.

Estaba jodido.

[M O K S H A]

—El departamento quedará a nombre del señor Can, mi cliente se hará cargo de pasar una manutención para el bebé — estaba pasando y no podía procesarlo.

No podía mirar a Can, sabía que estaba llorando por los leves sollozos que soltaba, no podía verlo después de lo que había hecho, ¿cómo fue que todo terminó tan mal? Ver llorar a Can haría más estragos en su conciencia y en su soledad.

—Por favor, firme aquí — repitió el abogado de Can.

En un mes había hecho los trámites para el divorcio, trató de hacer que Can se sintiera cómodo en el hospital, pagando todos los gastos, era lo menos que podía hacer. Claro estaba que sus padres no estuvieron de acuerdo con el divorcio, eso traería demasiado escándalo y todavía pagar una manutención, inaceptable para ellos.

Pero debía hacerlo, por el bien de Can.

Firmó el papel y todo pasó demasiado rápido, los abogados se fueron, dejando a Tin sólo con Can, en esa habitación de hospital.

Tin ahora podía ver el abultado vientre de su -ahora- exesposo, se veía tan tierno, un bebé en su interior, algo que no había pensando. 

—Tin — la voz de Can temblaba y eso produjo escalofríos en Tin.

—¿Puedo. . .? — dejo la pregunta en el aire, alzando su brazo, en señal de querer tocar su vientre.

Can asintió con una sonrisa forzada, tratando de ocultar el miedo en sus ojos, pero ya no podía ocultarlo y eso de alguna manera dolía en Tin.

—¿Cómo te gustaría llamarlo? — balbuceó Can, aún sintió el escalofrío recorrerlo cuando Tin lo tocó.

—Pete es un bonito nombre — Can puso su mano justo encima de la Tin, pudo sentir su calidez y se odio con toda su alma por haberlo dañado de aquella manera.

Can sonrió, pero esta vez no fue falso, no fue forzado, fue una sonrisa sincera y fluida.

—Entonces Pete será.

Cuando Tin estaban yéndose podía jurar que jamás olvidaría la sensación de su bebé pateando donde él y Can pusieron sus manos.

[M O K S H A]

—¿Un brote psicótico? — si no fuera porque Techno era su amigo, ya lo habría golpeado.

—Según mi terapeuta eso fue lo que me pasó, por eso no recuerdo nada. Y es horrible sabes — bebió de un solo golpe la bebida de whisky.

—¿Qué?, ¿no verlos?

—Sentir culpa por algo que no recuerdas.

F I N


Nota:

Acabar esto me dejo devastada y con muchas sensaciones, pero tranquiles que tengo aún él epílogo, haré un capítulo sobre algunos datos curiosos.

Gracias por leer <3

Nina se va. <3

Moksha (TinCan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora