Me dirigí a la puerta.
La abrí y...
-TRUCO A TRATO! -gritaron un par de niños disfrazados levantando sus cestas.
-Esperad, ahora os traigo caramelos -dije amablemente.
Fui a la cocina de nuevo, cogí un puñado de chuches y volví hasta la puerta.
-Niños aquí ten... -yo misma me interrumpí cuando me di cuenta que los niños no estaban.
Era raro, no he tardado ni un minuto en bajar, ¿y se han ido así sin más?
Mientras volvía a la cocina, oí algo de cristal romperse.
Aceleré el paso y al llegar a la cocina vi tres tenedores y un vaso hecho pedazos en el suelo.
Se me hizo aún más raro.
Fui a por el recogedor y la escoba y barrí todo lo que encontraba a mi paso.
20:45, en quince minutos Sanguis estaría aquí.
Terminé de hacer la cena y me dejé caer en el sofá.
Aproveché los 10 minutos que me quedaban para ver algo en la televisión.
En uno de mis canales de películas favoritos salió una de vampiros.
Decidí verla por curiosidad.
-¿Te dejas morder bella doncella? -preguntó el vampiro, masajeando el cuello de la chica.
-Si, señor -dijo ella con algo de temor.
-No temas, no es doloroso -advirtió.
La chica asintió, era lo único que su cuerpo le dejaba hacer, ya que estaba atada de manos y pies.
El vampiro prosiguió con acercarse lentamente hasta el cuello de la chica sonriendo como un psicópata con los dientes algo separados.
El abrió la boca por completo y le clavó los colmillos.
Ella se retorció a la vez que gemía, no se si de dolor o placer.
Justo allí tocan al timbre.
Me dirigí de nuevo a la puerta y la abrí.
-Señor Timor! Pase -dije haciéndome a un lado.
-Una casa muy bonita -dijo al entrar.
-No es gran cosa, pero me gusta.
Serví el Fideuá en dos platos y nos sentamos a cenar mientras charlábamos de cualquier tontería.
-Dime, tienes pareja? -me preguntó.
-No, todo esto del amor me parece una chorrada -respondí segura.
-Ya somos dos.
-Quieres vino? -pregunté levantándome de la silla.
-Si por favor, gracias.
Fui a por un par de copas y las dejé en la mesa para después ir a la vitrina a coger Vino Tinto.
-Hasta la mitad -dijo el mientras vertía vino en su copa.
Vertí hasta la mitad de la copa al igual que hice con la mía.
Elevamos las copas chocando las y las dirigimos a nuestros labios para darle un buen trago al vino.
-No esta mal -comentó Sanguis sobre el vino.
-A usted le suelen llamar con algún tipo de apodo? -pregunté curiosa.

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Vampiro Secuestrador
Vampir-Candy Pulchram, tan hermosa, tal y como lo dice tu apellido -dijo Timor acercándose a su cuello con deseo reflejado en sus ojos rojos. -¡Suéltame! -gritó Candy intentando soltarse de la cadenas.