LAS HERMANAS BLAIR (editando)

6-Beso

Narra Nat

Me despierto por culpa de que el pelo de Ash no me deja respirar, ¿desde cuando se ha puesto a dormir apoyada en mi?
Intento levantarme sin despertarla, le cojo la cabeza lentamente y apoyo un pie al suelo. Intento levantarme pero el hecho de que Ash se mueva mientras duerme no ayuda ya que eso me ha hecho perder el equilibrio y caigo de cara contra mesita de café.

Mierda, ¿porque siempre me pasan estas cosas a mi?

Ash se ha despertado y se agacha alarmada a mi lado. Mi nariz duele horrores, mierda me ha vuelto a sangrar, ya es la segunda vez en este pueblo.

–¿Estas bien? – dice Ash.

– Si, tranquila, estoy bien– intento tranquilizarla. La que se pone nerviosa con la sangre soy yo no Ash.

Ash me ayuda a levantarme y justo llegan Gis y Eric.

–Madre mia Natasha, ¿Estas bien? –pregunta Eric acercándose.

Asiento– ¿el baño?

–Oh si sube arriba la puerta azul es mi habitación allí tengo el botiquín. Espera allí mientras llevo tus hermanas a la habitación de invitados.

Asiento y empiezo a subir las escaleras, abro la puerta y el aroma de Eric inunda mis fosas nasales. Abro la luz y veo dos puertas, una supongo que es el baño así que me dirijo a abrir una, el vestidor. Abro la otra y bingo el baño. Enciendo la luz y lavo la sangre de mi nariz y veo que tengo una herida en la frente.

Llega Eric y cierra la puerta tras él. Yo cojo papel y lo pongo en mi nariz para no gotear sangre en todo el baño.

–Siéntate, voy a curarte esa herida en la frente. –me siento.

– Ahora eres enfermero ¿o que?– digo burlona.

–Pues me gustaría.

–¿Quieres ser enfermero?– digo sorprendida, él ríe.

–¿Que es lo que te sorprende?– dice sonriendo de lado. Y se acerca lentamente a mi cara.

–Nada, nada – digo negando. Él sonríe.

–Terminé. –Se levanta y tira el algodón en la basura del baño. Yo también me levanto haciendo que quedemos muy pero que muy cerca. Él se acerca más y me besa. Le sigo el beso pero me separo rápidamente.

Le aparto y me dirijo a la puerta, pero el me coge del brazo haciéndome girar.

–Nat y-yo, no queria incomodarte, lo siento no se en que estaba pensando fue algo del momen...– no le dejo terminar porque le vuelvo a besar apasionadamente.

Paso las manos por su nuca para atraelo mas a mi, él pone sus manos en mi culo. Vamos caminando hacia atras, sin dejarnos de besar. Llegamos a su cama y le doy un empujón para que se siente y subirme a su regazo.

Cuando me subo,noto un gran bulto en sus pantalones,Eric, al notar lo que estoy mirando me coje las caderas y me aprieta más haciéndome soltar un pequeño gemido. Cosa que hace que me sonria de manera seductora.

Me quita el jersei mientras me tumba a la cama. Empieza a besar y a morder mi cuello, y empieza a bajar hacia mis pechos. Me quita el sujetador y me los empieza a besar y estrujar.

Me despespero un poco y cambio de posiciones, yo encima de él. Le quito el jersey y los pantalones, y me da una gran vista sobre su bulto.

Me quito yo también los pabtalones y veo como sus ojos brillan de deseo mientras me coge del cuello y me empieza a besar de nuevo.

Esta vez va más allá y mete sus dedos dentro de la unica prenda de vestir que me queda. Empieza a moverlos y me vuelvo loca.

–Levántate –Me dice con la respiración acelerada y con la voz ronca. Por una vez en la vida hago lo que me dicen.

Me levanto y él hace lo mismo, se quita los boxers  y enseguida entiendo a donde quiere llegar. Yo le sonrío pícara mientras me agacho. Miro con lujuria su amigo. Lo cojo con las manos y me la meto a la boca mientras veo la cara de placer que pone Eric. Me encanta esto de sentirme la causante de todos sus jadeos, me hace sentir poderosa.

Él pone las manos entre mi pelo para acelerar el ritmo y yo lo sigo.

Veo que acelera mas el ritmo y me empiezo a cabrear, piensa meterme a su amigo hasta el estomago ¡¿o que?!

Siento cuando se corre en mi boca para luego salir de ella. Nunca me a gustado tragar eso asi que voy al baño, lo escupo y me enjuago la boca.

Cuando vulevo a la habitacion, con la idea de que termine lo que antes estábamos haciendo me lo encuento con los pantalones puestos, eso me desconcierta y le pregunto.

–Pero ¿que haces? No vamos a seguir ¿o que?

–Yo ya tengo lo que quería, ¿por qué tendríamos que continuar? – Me dice como su fuera tonta.

Con un cabreo de los demonios me visto con la  velocidad de un relámpago y salgo de la habitación, no sin antes dar un portazo que se oyó por toda la casa.

A mi nadie me usa Eric, y eso te va a quedar muy claro.

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Nota autora: Gis en multimedia.