『Cartas Anónimas』≪Kyoujurou Rengoku≫

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Naomi se encontraba sentada en su habitación enfrentando un dilema, que tiene como pregunta : ¿Cómo empezar la carta?

Haber, haber piensa, piensa.-se decía mientras golpeaba levemente su labio inferior con la punta del lápiz.-Tsk.-chasqueó la lengua al sentir un dolor agudo en sus pantorrillas.

Fue una mala idea el correr cuando aún no sanan del todo mis piernas.-pensó mientras suspiraba.

Mientras se encontraba frotando la zona adolorida una ola de inspiración llegó a la mente de la chica.

Muy bien, manos a la obra.-se motivó y dio inicio a su ansiada carta.

Tras el pasar de las horas al fin la castaña había terminado, a la par que sonreía orgullosa de su trabajo, revisaba los últimos detalles y finalmente procedió a guardarla en un sobre.

Ahora solo falta entregarla.-aún sonriente se decidió por realizar el paso faltante a primera hora de la mañana.-A Shinobu-san le diré que necesitaba tomar aire y estirar las piernas.

Todo saldrá a la perfección.-pensó Naomi segundos antes de caer en la tierra de los sueños.

A primera hora de la mañana se encontraba la espadachín preparándose para salir a entregar su preciada carta.

Oh, hola Naomi-san, te veo muy animada y en mejor estado, ¿Ocurrió algo bueno?.-la pilar insecto detuvo a la nombrada segundos antes de que esta saliera.

¡Oh! hola Shinobu-san, pues algo así, desde mi ventana vi que estaba muy linda la mañana y sentí la necesidad de salir a caminar un rato.-le respondió sonriente rogando por que le creyera y no le hiciera más preguntas.

Está bien.-le sonrió.-Pero... ¿No quieres que te acompañe? Aún no te mejoras del todo y no quiero que te hagas más daño.-Shinobu la miró con preocupación aunque sin quitar la sonrisa de su rostro.

No se preocupe, ¡Estaré bien!.-la castaña se acomodó el uniforme mientras se dirigía a la salida.- ¡Adiós Shinobu-san!, ¡volveré en unos minutos!.-gritó a la par que se alejaba de la residencia.

Ten cuidado Naomi-san.-la despidió con la mano para luego volver al interior de la finca.

Luego de 20 minutos de caminata la joven se encontraba a dos metros de su destino.

Ahí está.-sentía como los nervios la invadían y se extendían por todo su cuerpo.-solo es dejarla en el buzón y ya.-se animaba.

Debo apurarme, ya que no sé cuando volverá.

Se apresuró a colocarse la manta negra sobre su cabeza, para así evitar ser reconocida por otra persona, una vez hecho esto, tomó aire y corrió al buzón, dejó el sobre, miró a todos lados verificando que nadie la hubiese visto y se fue corriendo hasta llegar a un callejón.

Listo, ahora solo queda.-respiró profundo-irme de vuelta a la finca y preparar la segunda carta.-sonrió y emprendió el viaje de vuelta.

Luego de unas 4 horas Kyoujurou venía llegando a su hogar tras terminar una agotadora misión, al minuto de traspasar la puerta de la casa fue recibido por un Senjurou sonriente.

¿Cómo estuvo la misión?, ¿Estás herido?, ¿Tienes hambre?.- el menor estaba sumamente preocupado de su hermano, puesto que en esta misión se había tardado mucho tiempo en regresar.

¡Fue una tarea bastante larga!, ¡Pero todo salió bien y estoy en perfectas condiciones!.- respondió el mayor con su típica sonrisa.- y ¿Cómo ha estado todo por aquí?.- le preguntó al menor sin quitar su sonrisa.

Todo sigue igual que siempre.-suspiró.- Oh, hermano hace unos minutos fui a recoger las cartas y hay una que es para ti.-dijo este mientras se levantaba a buscar el dichoso sobre.

Kyoujurou lo miraba sonriendo con una curiosidad creciente, ya que muy rara vez recibía cartas.

Aquí está, toma.-se la tendió para que este la recibiera.

¡Muchas gracias Senjurou!.-dijo tras recibir el sobre y dirigirse a su habitación para así poder saciar en privado su curiosidad sobre el contenido de la carta.

Muy bien, ahora veamos de qué se trata esto.-pensó una vez que terminó de abrir el sobre.

El pilar de la llama procedió a leer cada una de las palabras contenidas en el papel.

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¡Hola! Siendo muy sincera nunca he sabido cómo comenzar a escribir una carta, pero lo que sí sé es como partió todo, desde aquel momento en que presencié aquella batalla contra ese demonio, algo creció dentro de mi corazón,un sentimiento acogedor, cálido, al principio lo ignoré, ya que pensé que era admiración, tras ver su increíble manejo de la katana, pero me di cuenta que con el pasar de los días esta sensación fue aumentando y aún no cesa de crecer, día que pasa, día que lo veo, día que aumenta este sentimiento cálido al interior de mi corazón, por lo que finalmente me di cuenta de que en realidad es amor lo que siento por usted.

Se estará preguntando quién soy, pero lamentablemente esa es una pregunta que no puedo resolver.

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El espadachín con un notable sonrojo en sus mejillas terminó de leer la breve carta, el no esperaba para nada que este fuera el contenido de esta. Dentro de su sorpresa empezó a buscar rápidamente el nombre del remitente, pero no lo encontró, no había ningún nombre escrito, solo había un pequeño dibujo de un ciervo.

¿Será una broma?.-se preguntaba rogando que no fuera así, puesto que el recibir ese papel y el leer cada una de esas palabras, alegró su corazón y alimentó su curiosidad.-¿Quién es el ciervo?.-se cuestionaba mientras admiraba el dibujito del animal.

Por ahora solo sé que es mujer.-Se dijo mientras tenía en mente la primera línea de la carta "siendo muy sincera".- Y que tiene conocimiento sobre los demonios... ¿Quién podrá ser?.-desde ese momento Kyoujurou hacia el esfuerzo de recordar cada encuentro que ha tenido hasta la fecha.

Hermano, ¿Estás bien?.-El pequeño Senjurou se asomó por la puerta de la habitación.

En un movimiento rápido el mayor tapó con su mano la carta que tanta curiosidad le trajo.-¡Si! ¡Todo está bien!.-Le brindó una de sus características sonrisas afín de tratar de disimular su sonrojo.

Oh, está bien.-le sonrió un confundido Senjurou para luego retirarse.

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Hola! Trataré que los capítulos se así o más largos uwu
Eso hasta la próxima!