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¡Ay!.- se quejó por cuarta vez la ojiverde.-Ya van cuatro veces que me picoteas la cabeza.-le entregó una mirada enojada a su acompañante volador.

¡CAWW!,¡Te dije que tenías que partir de inmediato! ¡CAWW!, ¡pero no!, ¡tenías que desviarte a entregar unas cartas! ¡CAWW!.-tras regañarla volvió a picotear su cabeza.

¡Ay!, ¡lo siento!.-durante los 20 minutos que llevaba caminando lo más rápido que podía el ave no había parado ni un solo minuto de gritarle.-¿Estamos cerca del pueblo?

¡CAWW! ¡Falta bastante!, ¡apresúrate! ¡apresúrate! ¡CAWW!.

Al escuchar al ave empezó a correr, quería llegar antes del anochecer al lugar.

Ah...-respiró profundo para lograr recuperar el aliento y descansar un poco de la gran corrida.-¿Falta mucho?.

¡CAWW!, ¡estamos cerca!, ¡estamos cerca!.

Luego de prestar atención a las palabras del cuervo la castaña se dio cuenta que faltaban alrededor de 2 horas para el atardecer.-Bien, alcanzaré a preguntarle a la gente del pueblo sobre las desapariciones de los niños.-se estiró un poco y continuó con su caminata.

Al llegar al pueblo lo primero que observó fue a una madre desesperada gritando el nombre de un niño.

¡Hikaru!, ¡Hikaru por favor vuelve a casa!.-la mujer miraba en todas direcciones buscando al pequeño.

Al ver a la recién llegada Nao se le acercó y tomó sus manos con las de ella.-pequeña, ¿has visto a un niño de cabello corto, negro y ojos azules, que con una pequeña cicatriz en el dorso de la mano?.-la mujer miró a la contraria con la esperanza de obtener una respuesta afirmativa.

Lo lamento señora, no he visto a su hijo.-deshizo el agarre de sus manos y la tomó de los hombros.-Pero la ayudaré y haré todo lo posible para encontrar a su pequeño.

Ante este gesto la mujer se conmocionó.- mi nombre es Akane y se lo agradezco mucho señorita...

Naomi.-le sonrió.-¿me podría decir dónde y cuándo fue la última vez que lo vió?.

La última vez que lo vi fue ayer en nuestra casa, pero Hikaru se comportó extraño durante el día.-entrecerró sus ojos al intentar recordar todo lo ocurrido.

¿Extraño?.-cuestionó Naomi, para invitarla a proseguir con su relato.

Si, no paraba ni un segundo de hablar sobre un lugar mágico, decía que era un bosque lleno de felicidad y con mucha diversión, al principio pensé que solo era un cuento de niños, de modo que le pregunté dónde se encontraba ese lugar y me respondió "no te lo puedo decir, porque mi nuevo amigo se molestaría mucho conmigo", con eso que me dijo me entró la curiosidad sobre ese amigo, pero cada vez que le preguntaba sobre el, me evitaba.-la voz de la mujer se quebró.- y en la noche cuando fui a su habitación a sacar unas cosas, ahí me percaté de que ya no estaba.-la señora rompió en llanto.

Naomi la abrazó y se dió cuenta de que ya estaba anocheciendo.-Akane-san está atardeciendo, por favor vaya a su hogar y trate de calmarse dentro de lo posible, yo buscaré al pequeño Hikaru durante la noche.

Naomi, estoy desesperada, por favor, a pesar de que seas una desconocida te lo ruego, por favor encuentra a mi hijito, debe estar muy asustado.-miró a la ojiverde con unos ojos que reflejaban la angustia que sentía de no poder encontrar a su pequeño.

Le doy mi palabra Akane-san, traeré de vuelta al pequeño Hikaru.-la determinación se sentía en cada una de sus palabras.

『Cartas Anónimas』≪Kyoujurou Rengoku≫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora