☁️9☁️

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A pesar de haber dormido unas pocas horas durante el transcurso de la noche, la castaña se despertó con una gran sonrisa y con los ánimos renovados.

Luego de frotar sus ojos y estirar un poco los brazos, una serie de recuerdos de lo ocurrido anoche llegaron a su mente.

Realmente no me creo lo que pasó anoche.-aún podía sentir aquellos brazos del pilar rodeándola.-pero ahora dejando de fantasear, espero que kyojuro se encuentre mejor.-pensó mientras miraba por la ventana de su habitación, acción que se vio interrumpida por la llegada de un pequeño de ojos obsidiana.

¡Nao!¡Nao!.-llegó corriendo hasta el costado de la camilla de la cazadora y se apoyó en esta, para recuperar el aire.-¡Buenos días!.-exclamó con una amplia sonrisa.

Ante el expresivo saludo del menor soltó una risita y acarició su cabeza.-buenos días Hito-kun, por lo que veo dormiste muy bien, ¿me equivoco?.-le enternecía el corazón ver al pequeño tan contento por la mañana.

¡Sip!, el futon en el que dormí era muy cómodo, ¿tu también dormiste bien?.-preguntó este mientras se sentaba en la silla que se encontraba al lado de la cama de la castaña.

Si, realmente dormí muy bien.-la imagen del pilar se asomó por su mente provocando un leve sonrojo en sus mejillas.

Los dos continuaron conversando sobre lo bien que habían descansado hasta que otra persona llegó a la habitación.

¡Buenos días!.-exclamó el enérgico pilar de las llamas al cruzar la puerta.

Ante la imponente figura del Rengoku el pequeño Hitoshi se puso nervioso y le tomó la mano a Naomi, gesto que ella respondió con una suave caricia en el dorso de esta amen de tranquilizar al menor.

¡Oh!, Buenos días Rengo- digo Kyojuro-san.-tratando de esconder todos sus nervios le dedicó una leve sonrisa al recién llegado.

Naomi no es necesario que ocupes el sufijo, ¡puedes llamarme por mi nombre solamente!.-le dijo sin abandonar su característica sonrisa.

Oh, está bien Kyojuro.- respondió con las mejillas teñidas de un ahora más marcado rojo carmín.

Tras recibir la respuesta de la ojiverde, su vista se dirigió al pequeño de orbes color obsidiana que se encontraba a su lado.

¡Hola!, mucho gusto pequeño, soy Rengoku Kyojuro, el pilar de las flamas, ¿Cuál es tu nombre mi chico?.-se acercó al menor extendiéndole la mano para saludarlo.

Saludo que el contrario recibió un poco tímido debido a la expresividad del rubio.- Hi-Hitoshi, Mizushima Hitoshi se-señor.

Luego de las presentaciones, conversaron de diversos temas, tales como sus misiones, como iba mejorando sus estados de salud, entre otras variedades.

Oh, entonces... ¿te darán el alta pronto Kyojuro?.-preguntó curiosa la ojiverde.

Mmm, debido a que durante estos días no se han presentado efectos secundarios, me darán el alta durante el mediodía de mañana.-comentó sin dejar de observar los vendajes que cubrían la piel de su brazo.

Ya veo.-ante estas palabras la fémina sonrió suavemente.-oh y Kyojuro , ¿Te encuentras mejor?.-interrogó borrando cualquier señal de una sonrisa, para solo dejar en su lugar una expresión de calma en la que se podían apreciar unos ojos que delataban su preocupación ante la posible respuesta del contrario.

Al escuchar esto el pilar frunció el ceño debido a la extrañeza que le generó la pregunta, pero luego de observar la mirada que poseía la cazadora lo entendió.

『Cartas Anónimas』≪Kyoujurou Rengoku≫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora