016.

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Carlos.

Hoy después de las clases Jay y yo tendríamos nuestro primer juego oficial de tourney, las gradas del campo estaban repletas tanto por nuestra escuela como por la escuela rival, y nuestras animadoras estaban bailando y animando a la gente, entre ellas Allison, ya que ambos entrenadores habían pedido un tiempo fuera para idear una nueva estrategia. 

Les había contado a los chicos que quién había comido de la galleta fue Allison, y al principio se molestaron, pero cuando les mencioné que ella no había tenido un efecto como Ben, se tranquilizaron, aunque les extraño ya que era una poción de amor muy poderosa, pero Mal me tranquilizó al decirme que quizá porque había sido una porción pequeña lo que había comido, el hechizo no hizo efecto. Por lo que decidimos no hacer nada.

---Que suspenso amigos.--- escuché que habló el narrador del juego por las bocinas del campo.--- Tan solo quedan 47 segundos en el reloj y están empatados; Los Halcones de Sherwood 2 y Los Caballeros 2, ¡qué partido entre los mayores rivales de Auradon!

---¡Vamos, Chad!--- escuché que lo animó Jay al hijo de Cenicienta, mientras este entraba a la cancha después de agradecer a mi amigo.

---Tu turno.--- habló el entrenador mirando a Jay.

Yo le di un leve apretón al chico en su hombro, tratando de demostrarle mi apoyo mediante eso, mientras seguía con mi vista en el campo viendo como el resto de los integrantes del equipo comenzaban a tomar sus posiciones.

---Entrenador.--- habló Jay mientras se levantaba de la banca.--- ¿Qué tal mi amigo aquí?

Jay tomo el cuello trasero de mi playera y lo jaló haciendo que me levantara consigo, mientras pasaba su brazo alrededor de mis hombros.

---No, no.--- mencioné nerviosamente mientras volvía a sentarme en la banca.

---No estoy seguro amigo.--- mencionó el entrenador.

---Entrenador, estuvo practicando.--- mencionó mi amigo mientras me volvía a levantar.--- Usted dijo que un equipo esta formado por muchas partes...

---Jay, no soy tan bueno.--- le recordé tratando de que dejara de insistir.

---Él es como mi cerebro.--- le aseguró finalmente Jay al entrenador, quién aún nos veía con algo de duda.

---¡Tú, ven!--- gritó el entrenador mientras señalaba a un chico que ya estaba en el campo.--- Ya lo oíste.

El entrenador lanzó levemente hacía mí un palo con los que jugaban al tourney, y el escudo ya lo llevaba conmigo, jugaría y ya era un hecho.

---No te preocupes, te cubro la espalda.--- me aseguró Jay con una sonrisa de lado.

---¿Qué te parece al frente?--- le respondí con nervios.

Allison.

---Cierto chico peliblanco no deja de mirarte.--- escuché el tono cantadito de Felicity.

Dirigí mi vista a donde estaba Carlos, quién en esos momentos iba ingresando a la cancha siendo acompañado por Jay, al parecer finalmente ambos jugarían. Carlos y yo compartimos miradas por un momento, y aproveche la oportunidad para levantar mis dedos pulgares en su dirección, mientras él me sonreía levemente, en verdad se veía nervioso.

---Es lindo.--- me aseguró mi pelirroja amiga.

---Deja de mirarlo.--- le comenté mientras reía levemente.

---Tranquila tigre, es todo tuyo.--- aclaró Felicity mientras levantaba sus manos en señal de "paz".--- Aunque su amigo...él es más de mis gustos.

---Tú no cambias.--- le aseguré mientras reía.

Felicity siempre había sido la más...descarada de las 2, a ella no le importaba lo que opinara la gente respecto a algo y siempre hacía lo que quería, "es malo quedarse con las ganas de algo" era una frase que muy a menudo decía ella, mientras que yo siempre había sido más tímida en todo, por eso aveces la gente se sorprendía mucho al ver la amistad que ambas teníamos.

Pero ese tema era algo que a ninguna de las 2 nos importaba demasiado.

El juego había vuelto a iniciar ya cuando Jay y Carlos se habían posicionado en sus lugares, entre ellos 2 y Ben formaban un buen equipo; Jay y Ben se lanzaban la pequeña pelotita entre ellos mientras que Carlos bloqueaba a los jugadores del otro equipo, y podía ver como el peliblanco festejaba cuando lograba derribar a un jugador, cosa que me hacía reír.

La gente en las gradas los apoyaban con gritos, vitoreos, aplausos, y las animadoras bailábamos y gritábamos de igual manera para apoyar a los chicos. En una de esas oportunidades, por poco Jay lograba anotar un punto pero el portero del otro equipo logro detener la pelotita.

Quedaban tan solo 23 segundos para que el juego terminara y seguían 2-2, por lo que todos rápidamente volvieron a sus posiciones. Y uno de los chicos del otro equipo logró derribar a Carlos mientras que se burlaba de él en el suelo.

---¡Vamos Carlos!--- grité, tratando de animar a mi peliblanco amigo.

Jay ayudo a Carlos a levantarse del suelo, mientras continuaban con el partido, pero estaban en la zona de riesgo sin haberse dado cuenta, por lo que los chicos del otro equipo comenzaron a lanzar pelotas contra ellos, pero ambos se pudieron complementar bien mientras las esquivaban.

Al salir de la zona de riesgo, note como Carlos lanzaba la pelotita que Jay le había mandado hacía arriba gracias a su escudo, mientras se agachaba para que el moreno pudiera pasar, pero en ese momento Ben llegó para golpear la pelotita directo a la portería, logrando el último punto del juego, haciéndonos ganadores.

---¡Si!--- grité de la emoción mientras me abrazaba con Felicity.

La gente en las gradas exploto en emoción, mientras los chicos del equipo festejaban entre ellos. Las animadoras y yo corrimos al campo para festejar con los chicos del equipo, por lo que sin pensar me lancé hacía el primero que vi, quién era alguien ahora muy conocido para mí.

---¡Lo hiciste genial, Carlos!--- hablé en alto mientras lo abrazaba fuertemente por la emoción.

---¡Ganamos!--- gritó el chico mientras correspondía al abrazo.

---¡Felicidades, De Vil!

Al separarme un poco, note como habíamos quedado demasiado cerca, y sí, no pude evitar mirar su rostro en esos valiosos segundos; su cara llena de incontables pecas, sus ojos cafés que tenían un brillo que nunca antes había visto, sus largas pestañas, sus labios carnosos, todo él era precioso.

Y sentía como su respiración y la mía comenzaban a mezclarse, por un momento deje de escuchar todo el bullicio de la gente a nuestro alrededor, solo eramos él y yo, y al parecer él estaba igual de perdido en nuestro pequeño mundo tanto como yo, claro hasta que una mano me tomo del brazo y me aparto rápidamente del peliblanco chico.

---¡Hemos ganado, Ally!--- distinguí la voz de Ben, regresandome a la realidad, mientras este me atrapaba entre sus brazos.

---Han jugado increíble, Ben.--- le aseguré correspondiendo su abrazo.

El castaño después de aquel abrazo volvió a correr en dirección al tumulto de gente que seguía celebrando y gritando ante la victoria, mientras que yo trataba de buscar a Carlos pero ya no lo veía cerca. 

Maldita sea Ben.

El que era el narrador del juego seguía haciendo menciones del increíble partido que habían llevado a cabo nuestro equipo, claro hasta que Ben llego a su lado y le arrebato el micrófono, dejando a un narrador muy confundido por su acto.

---Disculpen, disculpen.--- habló mi mejor amigo por el micrófono, haciéndose escuchar en todo el campo.--- Su atención por favor.

Oh no, ¿ahora que harás Ben?

[1] Los Descendientes | Carlos De Vil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora