[1] Los Descendientes | Carlos De Vil.

019.

Carlos.

Busqué a Allison en todos los lugares que pensaba que podría estar; la biblioteca de la escuela, el campo de tourney, la entrada principal, todos los lugares menos...su habitación. Y es que había un problema con eso.

Yo no sabía cual era su habitación.

Tenía aproximadamente 10 minutos caminando por los pasillos donde estaban las habitaciones de todos, y no podía encontrarla. Hasta que a lo lejos pude ver a una chica pelirroja pasar por ahí, y la reconocía porque la he visto con Allison algunas veces, quizá ella pueda decirme cual es la habitación de la castaña.

---Hola...---quería saludarla por su nombre, pero no me lo sabía.

Todo estaba en mi contra el día de hoy.

---Felicity.--- se presentó la chica con una sonrisa.

---Hola Felicity.--- la saludé algo penoso.--- Soy...

---Carlos.--- completó ella.--- Lo sé, te conozco.

Eso me extrañaba en verdad, nunca había tratado con la chica antes como para que ella me conociera, pero bueno, al ser los únicos hijos de villanos en Auradon, no me sorprende tanto que todos sepan nuestros nombres.

---Si bueno...he buscado a Allison por toda la escuela, y no la encuentro...

---De seguro debe estar en su habitación.--- me respondió la chica, haciendo una expresión como si estuviera pensando.

---Ese es el problema.--- le mencioné mientras rascaba mi nuca.--- No sé cual sea su habitación.

---Oh fácill.--- respondió la chica mientras volteaba a otro lado.--- Al terminar el pasillo, dobla a mano derecha y la tercera puerta del lado izquierdo, esa es su habitación, bueno... nuestra habitación.

---Gracias en verdad Felicity.--- le agradecí, mientras comenzaba a caminar por donde me había indicado.

---¡Oye Carlos!--- me volvió a llamar la pelirroja, mientras volteaba a verla nuevamente.--- Espero tengas buenas intenciones con mi mejor amiga, cuídala, o te haré daño.--- me amenazó la chica mientras me apuntaba con su dedo.

Solo le correspondí con una sonrisa, mientras asentía en su dirección, mientras que ella también asentía para darse vuelta y seguir con el camino que llevaba desde un principio antes de que la interrumpiera, por lo que ahora yo seguí mi camino hacía la habitación de Allison.

Me encontraba frente a la puerta de la habitación de la castaña, mirándola con nerviosismo e indeciso si tocar o no, vamos Carlos, es solo una puerta, nada malo puede pasar. Pasaba mis manos algo sudorosas por mi pantalón, y en un arrebato de valentía, di suaves toquidos a la puerta, arrepintiéndome en el momento.

---Esta es una mala idea.--- murmuré para mí en voz baja.

Y antes de que pudiera dar media vuelta he irme, escuche como la puerta era abierta.

---Oh, hola Carlos, ¿qué haces por aquí?

Dirigí mi vista de nuevo a la castaña, y diablos...parecía que estaba viendo a un ángel. La luz del sol que entraba por sus ventanas le daba un lindo aspecto, haciendo que su cabello se viera un poco más oscuro a como en verdad lo tenía, ya no tenía su vestuario de porrista, si no una ropa más casual, y aún así se veía preciosa.

¿Qué esta pasando contigo Carlos?

---Yo, ya sabes...solo pasaba por aquí.--- respondí aún con nerviosismo, mientras veía a la chica reír levemente.

---¿Y decidiste tocar una puerta al azar?--- me preguntó la castaña con su ceja alzada y sus brazos cruzado a la altura de su pecho, bromeando un poco.

---Sí, justamente eso, me pregunté "¿qué es lo peor que podría pasar al tocar una puerta al azar?"--- le seguí el juego, un poco más tranquilo ahora.

---Lamento que te hayas tenido que encontrar conmigo.--- habló Allison.

---Creo que he tenido demasiada suerte de hecho.--- le interrumpí rápidamente.

Noté como Allison se sonrojaba levemente ante mis palabras, y se veía más linda de lo normal, si tan solo supiera todo el efecto que tiene en mí.

---Ya en serio.--- mencioné mientras dejaba salir una risa.--- He venido porque...quiero hablar contigo.

---¿Paso algo?--- me preguntó preocupada.

---Sí, bueno no...no es nada malo.--- le respondí mientras me trababa en el camino.--- ¿Te gustaría ir allá afuera? 

---Claro, solo deja le pongo una nota a mi compañera.--- me comentó la castaña mientras se volvía a adentrar a su habitación.

Si supiera que había hablado con su compañera para saber cual era su habitación.

Allison.

Caminaba junto a Carlos por el patio de la escuela, no sabía que era lo que quería hablar conmigo, pero me sentía nerviosa, y más porque desde que salimos de mi habitación ninguno de los 2 hemos mencionado alguna palabra, pero no era algo que me incomodará, me sentía tranquila yendo con él.

---¿De qué...querías hablar?--- le pregunté nerviosamente, mientras tomábamos asiento en una pequeña banca.

---Solo...quería que habláramos sobre...ya sabes.--- comenzó a hablar el chico mientras pasaba su mano por su nuca, me doy cuenta que hace eso cada que esta nervioso.--- De lo que paso...o estuvo a punto de pasar en el campo.

Cuando terminó de decir eso, sentí como mi corazón comenzó a latir de una manera más desesperada, de todas las posibles pláticas que podríamos haber tenido y que me había imaginado, nunca paso por mi mente esa opción.

---¿A qué te refieres?--- le pregunté tratando de desviar el tema. 

---¡Ya me cansé!--- soltó un grito el chico de manera desesperada, logrando hacerme saltar en mi lugar por el susto.--- Desde que llegué aquí, y te vi...diablos, he sentido cosas que nunca antes en la Isla me habían pasado, es algo que desconozco completamente, y no se como sentirme al respecto...--- mencionó el chico mientras soltaba un suspiro, y miraba al suelo.--- Haz puesto mi mundo de cabeza desde que llegue a Auradon, y lo digo en el buen sentido, pero tenía miedo...miedo a saber que quizá no sintieras lo mismo que yo siento por ti, aunque ni siquiera sabía exactamente que era lo que sentía, pero lo que estuvo a punto de pasar hoy...creo que me ha aclarado muchas cosas, y puedo ahora casi arriesgarme a decir que tu sientes lo mismo...

Tragué en seco.--- ¿A qué quieres llegar con todo esto?--- le pregunté finalmente al peliblanco, viendo como el chico seguía sin mirarme ya que mientras me decía todo miraba fijamente al suelo, hasta que por fin me miro a los ojos.

---Creo que...creo que me gustas Ally.