CAPITULO III

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Un año antes

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Un año antes...

Siempre que se encontraba en una disyuntiva, acudía a su razonamiento objetivo, pero nunca antes algo le había superado tanto. La pregunta no tenía una respuesta y definitivamente le estaba carcomiendo el alma... claro, además de todo lo que ya cargaba encima con la desaparición de la mitad de habitantes en el universo.

Pero ella solo podía enfocarse en SU universo.

—¿Steve?— Nat llamó la atención del rubio, que veía sin gana el sándwich frente a él— ¿Crees que serías capaz de amar a alguien más, además de Peggy?

Steve levantó la vista sorprendido, algo aterrado de que la pelirroja pudiera haberlo descubierto.

—Me refiero a que si crees que se pueda sentir exactamente lo mismo por dos personas, al mismo tiempo— terminó su pensamiento mientras removía la pasta en su plato. Pensó en comer un bocado, pero últimamente nada tenía sabor, todo había perdido el sentido.

—Yo... no lo sé, Nat— Respondió finalmente.

—¿Sabes? Estoy cansada de tener que guardar la compostura siempre, vivir guardando todos tus sentimientos eventualmente se convierte en una bomba de tiempo— Se recargó en el respaldo de su silla giratoria y cerró los ojos, para evitar la penetrante mirada azul ante lo que estaba a punto de revelar— Y probablemente esto que voy a decir te suene como la estupidez más grande del mundo. O tal vez no quieras volver a verme, ¿pero qué más da? Día con día perdemos un poco más y pronto no habrá nada de nosotros para ofrecer. Todos estos años he tenido estos sentimientos que ignoré en el pasado...

Se detuvo un momento y arrugando la nariz, aún con los ojos cerrados.

—La primera vez que vi a Tony Stark en ese ring aproximadamente por el 2010, fue la primera vez que sentí este tonto sentimiento en la boca del estómago... lo había visto antes, ¿Quién no lo conocía? Estaba en la boca de todos, en todas las revistas, periódicos y publicaciones. Cómo sabes, fui asignada para hacer de su niñera... por aquel tiempo era aún más inmaduro que la primera vez que lo conociste. Tuve la oportunidad de conocerlo de primera mano y muchos mitos sobre él se disolvieron con el paso del tiempo... Me enamoré tan profundamente que para mi era suficiente con verlo a lo lejos, siendo feliz con Pepper. Y ahora que es imposible verlo, siento que en cualquier momento mi corazón se saldrá por mi boca. Me mata la idea de no saber si aún existe en algún lugar remoto de la galaxia... o si se habrá desvanecido en el aire, como los demás... Y si es así, se que voy a amarlo por el resto de mis días, por eso entiendo exactamente lo que sientes al ver la brújula con la foto de Peggy, cuando te sientes abrumado.

Steve no sabía que Natasha era consiente de ese hábito suyo. Pero quizá no lo entendía al cien por ciento, había algo de cierto en ese razonamiento, pero no era todo. Pero quería que lo viera a los ojos, cuando le confesara la otra parte de la historia.

Under the SheetsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora