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Los chicos habían estado organizando una salida a La Push, la playa que se encuentra en la Reserva, su cuerpo estaba demasiado molido como para siquiera pensar en ir a surfear a la playa.

Todo lo que quería hacer es un Maratón de Disney y comer toda la comida chatarra que pudiera.

El maratón lo haría con su padre, pero ya que le surgió una emergencia en el hospital tuvo que irse, por lo que le mandé mensaje a Edward invitándolo a verme comer mientras vemos películas, que muy probablemente ya ha visto.

No pensaba arreglarme para una reunión de amigos, por que eso es lo que es. Sólo una salida de amigos.

Llevaba puesta un pijama de dinosaurios, y cuando tocaron el timbre simplemente corrió a abrir, pensando que era el repartidor de Pizza.

—Ah, sólo eres tú. —Dije decepcionada de que la Pizza tardará tanto.

—Sólo soy yo, y comida china. —Edward mostró una enorme bolsa con el logo de algún restaurante chino.

—¡¿Cómo supiste?! —Sonreí y di unos cuantos saltitos mientras le dejaba entrar. —No se si quiera el porque me molesto en preguntar.

Edward dejó la bolsa en la barra de la cocina, por suerte ya tenia todo listo para ver las películas en la sala de estar de la casa, había puesto cobertores y un montón de almohadas por todos lados y ya tenia algunas cuantas golosinas en una mesita.

Le indiqué a Edward que podía sentarse en mi pequeño nido de cobertores y almohadas.

—En Nueva York hay un restaurante de comida china, donde la comida es completamente deliciosa, te lo juro. —Le dije mientras me llevaba un poco de arroz a la boca. —Algún día te llevaré.

Olvidando por completo el hecho que no comía.—Perdón, no...

—No te preocupes Letha, algún día iremos a Nueva York. —Me sonrojé por completo al darme cuenta de lo que había dicho.

—Lo dije como plan de amigos, aun hay un largo camino que tienes que recorrer Edward Cullen. —Le apunté con mis palillos.

—Y no me importaría recorrerlo, ni aunque me tome más de cien años.

—Todavía no sabes cuál es mi película favorita. —Le repliqué alzando una ceja.

—Dirty Dancing. —Contesto sin titubeos.

—¡No es justo! ¡Siempre lees mi mente!

—Esta vez no lo hice, se puede ver que es tu favorita por que es la primera que tienes en tu estantería.

Me cruce de brazos sin tener algún argumento por el cual acusarlo. —¿Entonces cuál es la tuya?

—No tengo ninguna, soy más de música. —Se encogió de hombros. Yo simplemente le miré con los ojos abiertos.

Teen Spirit (Edward Cullen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora