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Salí de la cama y de la habitación de forma lenta y temeraria, no quería despertar a Mía y, además, sentía mis músculos agarrotados y adormecidos.

Para cuando logré salir de la habitación tuve que apoyarme en la pared del pasillo, las voces de mis hermanos eran más susurros que otra cosa.

Con paso lento y el cuerpo adolorido conseguí entrar en el salón, recibiendo enseguida las seis miradas de sorpresa de mis hermanos, Jimin Y HoSeok en seguida se levantaron del sofá y se acercaron a mí para ayudarme a caminar hasta donde estaban ellos sentados. Me dejé caer en el mueble y suspiré.

—Explicadme por qué me encuentro así, por favor.— fui directo a la hora de hablar, no quería dar vueltas con el tema ni esperar a que alguno de ellos se decidiera a contármelo.

—La primera vez que tomamos nuestra forma humana recordamos una pequeña parte de nuestra vida humana.— Nam fue el único que habló.— A veces son recuerdos dolorosos y otras son simplemente momentos insignificativos que no nos afectan demasiado; al despertar normalmente nos sentimos agitados, como si hubiésemos tenido una pesadilla, pero nunca antes hemos visto a nadie que se enfermase como tú lo has hecho. 

Suelto un pequeño bufido, lo único claro que he sacado de mi pregunta ha sido que todos tienen esos sueños al volverse humanos por primera vez, nada que me explicase por qué me sentía tan enfermo y dolorido.




(***)




Escuché pequeños y suaves pasos por el pasillo. Estaba junto a Jin y Nam en la cocina, realmente no estábamos cocinando nada, sólo estaba escuchándoles hablar, perdiendo el tiempo un poco.

Mis demás hermanos habían salido una media hora antes, sé que dijeron lo que iban a hacer, pero tampoco había prestado atención, yo seguía con las mismas dudas en la cabeza.

—Buenos días.— el suave susurro de Mía me devolvió un poco a la realidad, mis hermanos le respondieron, pero yo sólo me quedé mirándola.

Recordaba el sueño con demasiada vividez y, a quién quería mentir, Mía era exactamente igual a la chica con la que había soñado. Eso me tensó un poco.

—T-tengo que llamar a mi hermano... ¿podríais dejarme un teléfono?— su timidez había vuelto a salir a la luz, suspiré y la entregué mi teléfono.—G-gracias.— el sonrojo que siempre la acompañaba cuando hablaba conmigo apareció una vez más.

Se sentó en una de las sillas que teníamos en la cocina, Nam y Jin me miraban de forma demasiado insistente, rodé los ojos, ya no quería ni saber lo que estaban pensando. 

—Hola...— Mía se mantuvo en silencio durante unos ssegundos.— Sí, soy yo...— incluso desde aquí podía escuchar los gritos que estaba dando su hermano, aunque era entendible. 

Seguramente llegó a casa hace unas horas y al no verla en su habitación se asustó. 

—Estoy en casa de JungKook.— sus brillantes ojos grises si fijaron en mí durante unos segundos, no perdí detalle de su rostro, su pequeña nariz y sus gruesos labios, sus dientes perlados que atraparon el labio inferior.

Tragué con dificultad, estaba teniendo unos pensamientos demasiado extraños e impropios de mí.

—Jun-JungKook, mi hermano quiere hablar contigo.— tenía su brazo extendido hacia a mí. Agarré el teléfono procurando no tocar su mano, estaba... nervioso.

—Sí, — dije poniendo el teléfono cerca de mi oreja.— dime.

—Hola, me gustaría saber que hace mi hermanita en tu casa y porqué no ha pasado la noche en casa.— sonaba frustrado y caberado, suspiré con cansancio, tenía ganas de mandar a la mierda a Luhan sólo por su tono al hablarme, miré a mi niña de ojos grises y me forcé a relajarme.

—Al parecer tuvo un problema en casa, no ha querido decirme nada, — aunque ya lo sabía a la perfección.— de todas formas, ella se quedará aquí una temporada, llegó bastante mal anoche.

—¡¿Estás loco?!, ¡a penas te conocemos!— bufé ya con cansancio, quería salir a dar una vuelta.

—Te mandaré la dirección de mi casa, puedes venir cuando quieras, también llevaré y recogeré a Mía de clases durante este tiempo. Tengo que hacer algunas cosas, adiós.

No me molesté en escuchar la respuesta del chico, terminé la llamada y, unos segundos después le mandé la dirección por mensaje.

Mía me miraba con los ojos como platos y un bonito sonrojo en sus mejillas.


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Hola personitas!

¿Cómo estáis?, espero que muy bien.

La verdad es que estoy flipando un poco, hemos llegado a 756 personitas!, estoy que no me lo creo.

Además "El Aroma de los Dioses" ha llegado a las 175k visitas. 

No puedo agradeceros lo suficiente, de verdad <3.

Black.

El Ángel De La Muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora