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Aparecí en la azotea de un edificio, el clima era diferente, hacía bastante más calor, las vistas eran muy diferentes a las que estaba acostumbrado.

—JeonGguk...— el tono de reproche en la voz de Jin me hizo encogerme un poco en mi lugar.— Hermanito, ¿por qué no has venido a saciar tus dudas?— bufé, Nam Joon le había contado a Jin lo que me había pasado.—Esperaba que vinieses, pero como han pasado dos semanas y ni si quiera me has llamado... pensé que lo mejor sería traerte aquí.— me di media vuelta para poder mirarle de frente.

—Lo siento, he estado ocupado.— Jin borró la sonrisa, su rostro volviéndose completamente serio.

—Sí, ocupado hablando con una humana, siendo un cotilla con unas ancianas y la madre de dos niños, ¿me equivoco?— tragué con fuerza, ¿cómo demonios se había enterado? ¡Si eso acababa de pasar!

—No, no te equivocas.— me encogí de hombros.

—Has roto la primera regla.— me regañó.— Deberías haberme preguntado antes de relacionarte con un humano sano.— alcé una de mis cejas.

—¿A caso tienes una respuesta?, ¿sabes porqué esa niña puede verme y oírme si no está moribunda?— Jin negó con la cabeza, volví a encogerme de hombros.— Si hablo con nuestros padres no sé lo que podrán hacerle a Mía.

—Oh, ¡no me jodas Kook!— odiaba ese puto apodo, sonaba a galleta.— ¿¡Conoces el nombre de la niña!?— asentí, acababa de decirlo.— ¿Qué tienes en la cabeza?, esa niña es mortal, las reglas están por algo.

—Sólo he roto una, el nombre lo sé por accidente, yo no se lo pregunté.— me senté en el suelo, cansado de estar de pie y sin ganas de extender mis alas.— Y sé perfectamente que es mortal, es humana, imbécil.— gruñí.

—JeonGguk...— su tono se volvió más apacible, más calmado. — Hay un dicho humano que deberías aplicarte. — le miré, nosotros no creíamos en los refranes humanos, eran demasiado... estúpidos.— La curiosidad mató al gato, y esa niña te está dando demasiada curiosidad.— asentí a sus palabras, sólo quería que se callase.— Aún así aquí me tienes para todo, intentaré descubrir porqué esa niña puede verte.

—Gracias.— me quedé sentado en el suelo.— Por cierto, ¿cómo te has enterado de lo que he hecho si ha pasado hoy?— pregunté, con la duda y el nerviosismo bailando en mis venas.

—TaeHyung fue a verte y te pilló. — suspiré, por lo menos sé que él sólo se lo diría a nuestros hermanos, a ningún otro Ángel de la Muerte.— Deberías hablar con él... y con los demás, es raro que te veamos.

—Normal, cada uno estáis en una punta del mundo, el único que tengo cerca es a Tae.— me levanté del suelo y estiré los brazos.— Será mejor que vaya volviendo, me queda un largo vuelo por delante.— Jin asintió.

Se acercó a mí y me dio un abrazo que correspondí con rapidez, no era muy fan del contacto físico y... debía conseguir algo para dar calor a los dos pequeños.



(----)



Llegué de noche al lugar en el que encontré a los dos niños aquella mañana, ellos no estaban allí y tanto las puertas como las ventanas estaban cerradas, aunque podía escuchar los gritos y el ruido que había dentro de la casa.

Atravesé la puerta y, cuando estuve al otro lado, un escalofrío me recorrió de pies a cabeza. Como odiaba atravesar cosas. 

Camine por el angosto pasillo, la pintura de las paredes estaba descascarillada, se caía a pedazos, el techo estaba lleno de manchas oscuras por la humedad. las puertas estaban todas abiertas y, a pesar de que la casa estaba cerrada a cal y canto, hacía mucho frío.

Entré al salón, dónde pude ver a los dos pequeños frente a su madre, la mujer gritaba desvaríos sobre un hombre que iría a vivir con ellos en un par de días, el niño gritaba que no era justo, negándose, mientras la niña se escondía detrás de él, temblando.

No supe si temblaba del frío o del llanto. Sus ojos no me miraron en ningún momento hasta que la mujer salió de la habitación hecha una furia, gritando y desvariando aún incluso cuando cerró una puerta con un golpe.

—T-tengo frío...— la niña suspiró y una bola de vaho brilló en el aire, el pequeño se dio media vuelta y la abrazó, intentaba darle de su propio calor.

Salí al pasillo, consciente de que Mía aún no me había visto, revisé todas las habitaciones, pero no pude encontrar ni una sola manta.

Era desesperante que los niños estuviesen viviendo de aquella manera.

Volví al salón, para al menos poder vigilarles, pero me encontré con la imagen de los dos niños abrazados en el suelo, durmiendo mientras los dos temblaban. No debía acercarme más a ellos, lo sabía, pero no pude evitarlo.

Me tumbé boca abajo y cubrí a ambos niños con una de mis alas, las plumas parecieron hacerle cosquillas a la niña, pero no se despertó. Ambos hermanos dejaron de temblar y yo... me quedé observando a los dos pequeños dormir hasta que llegó la mañana y fui convocado.


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Hola personitas!

¿Cómo lleváis la cuarentena? Espero que no muy mal.

A mi me ha empezado a salir como ronchones en las costillas y no puedo ir a urgencias a ver que coño es :/, a ver si esto del corona termina pronto.

Aunque he visto que pretenden alargarlo hasta semana santa :(

Cuidáos mucho y nos leemos <3.

Black. 

El Ángel De La Muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora