Capitulo. 18. Capítulo Especial

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Corria. Corria bajo la lluvia. Sus heridas sangraban pero no se podia dar el lujo de detenerse. No podia morir. Por ella. Por su familia. Corria y sabia que alguien la seguia. Pero herida como estaba sus pies no resistieron más y cayeron en el asfalto. Debia ponerse en pie. Tenia que hacerlo pero su cuerpo se lo impedia.

-¡Hermana! ¡Resiste!

-Nishiki...-Como pudo menciono su nombre. Tenia tantas cosas que decirle. Pero las palabras apenas lograba formularlas y darles salida. Sus ojos perdian brillo. No podia ver nada. La luz se desvanecia. -Nishiki...Vive por mi.

Eso fue todo. La oscuridad la rodeo. No sintio nada más, o eso creyo. Penso que habia muerto. Creyo que era todo. Se habia ido dejando a su tesoro y a su hermano. Pero...¿acaso la muerte te permite seguir razonando? Bueno eso nadie lo sabia. Pero. Esos murmullos que oia. ¿Qué eran? ¿Y ese llanto? ¿Es acaso un niño? ¿Entre tanta oscuridad habia un niño?

Los llantos de un bebe le hicieron despertar. Todo era blanco. Poco a poco pudo distinguir los claro oscuros. ¿Era un hospital? Estaba atada. Se sentia adormilada pero...

-¿La ponemos en la encubadora?-Esos llantos venian de esa bebe. Esa bebe, ¿acaso era su hija? ¿Cuánto tiempo habia pasado?

-¿Qué hacemos con la madre?

-Eliminenla antes que despierte.

Si. Era su bebe. Su tesoro. Penso que habia muerto junto a ella. Miro a la bebe sin disimular. Sin dudas acababa de nacer. Queria sostenerla. Queria verle su rostro.

-¡¡Ha despertado!!-Escucho la voz de un adulto y todas sus alarmas se activaron.

Su bebe estuvo a punto de morir antes de nacer. No la dejaria alli. A merced de vaya saber que. No necesito muchas pistas para saber que estaba en un laboratorio secreto del CCG. Acabaria con todos ellos y sacaria a su hija de alli. Aunque fuera lo ultimo que hiciera.

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-¿Qué haces Himiko?-Preguntó mi esposo cuando me vio tomar a la bebe en brazos.

La meci un poco logrando que se durmiera. Le di una ultima mirada a aquella pobre mujer. Ella protegió a su hija. Murio haciendolo. Me senti identificada con ella. Por eso, prometo cuidar de su pequeña como si fuera mia.

- ¿En serio nos la quedaremos?-Pregunto mi esposo.

Por un momento me habia olvidado de él y que nos habiamos perdido en este barrio. Continuamos caminando, buscamos la salida y por suerte la encontramos sin más percances.

-Ella esta sola. No sobrevivirá sino la cuidamos.

-Pero.¿no tendra familia? ¿Viste su ojo derecho? ¿Y que haremos para sacarla de aqui? No tenemos documentos de ella, ni nada.-Si es cierto y no tenemos mucho tiempo para improvisar nada. Pero no desistiria.

- No la dejare. ¡Es mi ultima palabra!

Después de unos minutos de caminata encontramos la salida del callejon. Acurruque bien a la bebita con una manta. Tomamos un taxi y llegamos justo para el despegue a casa. Que sorpresa se llevara Hana cuando vea a su hermanita.

-No lo tomes a mal pequeña. Pero podia ser un riesgo.-Hablaba James con la bebita en brazos sentado en el avion esperando a que termine de acomodar algunas malestas. Por suerte nadie pregunto nada. En unas horas estaremos en casa.-Te da gracia.-Le dice al ver como la niña reia abiertamente.- Al parecer pronto seras una Castillo.

-Abigail Castillo. ¿Qué te parece?-Pregunte sentandome, mientras la pequeña no paraba de reir. Tenia una sonrisa muy bonita y contagiosa.

-Pense que te gustaria un nombre japones.

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