Son las tres de la mañana y aqui estoy.
Mirando en Instagram de manera posesiva, como si fuese a ver algo diferente de las últimas 6 horas.
Fuera está oscuro, pero eso a mí me da igual. No recuerdo la última vez que salí de aquí.
Tampoco nadie se ha dado cuenta de que no salgo desde hace...lo he olvidado.
Las nuevas tecnologías hacen posible que no tenga que salir de casa para pedir comida. O cualquier otra cosa. Por otra parte, para qué iba a querer salir?
El mundo fuera era hostil, desconocido para mí, un conjunto de historias y rostros que no queria conocer. En la red todo es más fácil. Puedes ser quien tú quieras.
Hay quienes lo llaman vida falsa, una vida de mentiras. Yo lo llamo posibilidad.
En la red puedo elegir mi edad, mi apariencia física, y mis gustos. Puedo ser una intrépida trotamundos o una escritora bohemia.
Pero bueno, quizá eso se acabó. Me di cuenta de que estaba completamente sola, nadie se dio cuenta...todo fue...rápido. Hace semanas que veo como mi cadaver se descompone delante de mí y yo estoy aquí atascada.
Por primera vez en mucho tiempo quiero salir.