Comienza el primer acto. Se abre el telón, caras sonrientes me miran ansiosas.
Estiro las esquinas de mis mejillas y todxs aplauden.
Así de sencillo
Nadie nota las gotas de sudor en mi frente. O el temblor de mis rodillas.
Casi invisible.
Un conjunto de defectos todos unidos para formarme a mi.
Comienza el segundo acto
Entono las consabidas palabras, unas tan sencillas pero que estrangulan todas mis neuronas.
-Estoy bien!
Y aquí está la gracia de esta comedia para el público y una tragedia para mi. Sólo tengo que tenerlos contentos. Y fingir una y otra vez.
Hasta que se cierra el telón de nuevo, y sola puedo ser yo.
Borra la sonrisa que me encargué y no vivir de los aplausos de los demás.
