𝐃𝐎𝐌𝐈𝐍𝐆𝐎 ⸺ 𝐂.𝐑.𝐎 [𝐓𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐝𝐚]

veintiuno.

Tomas.

Entro a la casa de Alejo y ahí estaban todos murmurando pero al verme a mi se me tiran encima.

- ¡Cenfe la concha de tu madre!- grita Duki pero le tapo la boca

- Callate imbecil- susurro riendo y los demás copian mi acción

- ¿Que haces acá?- pregunta Alejo impresionado bajando por las escaleras

- Mauro me contó lo de Isi, quise venir a verla y de paso a cagar a piñas a Ecko- suspiro soltando mi valija en el piso

- ¿Que mierda te pasa con Isidora?- su cara cambia rotundamente y me empuja, haciéndome tambalear

- ¿Que me pasa? Es una amiga y quiero verla bien- levanto los hombros e intento pasar por al lado de el pero me frena

- No Tomas, no te creo una chota- niega con la cabeza- y si intentas levantartela sacatelo de la cabeza pero ya, tiene diecisiete y no quiero que caiga con más personas como vos- me señala con el dedo en mi pecho y lo miro mal

- Bien que con Ecko no te jodio nada y mira como termino- señaló arriba y el le pega una piña a la pared

- ¡No quise Tomas! ¡No tengo la culpa de que ella esté así!- amaga con pegarme pero le agarro la mano y la freno

- Yo tampoco tengo la culpa, solo quiero verla bien y si querés después me vuelvo a Neuquén, pero bien que cuando no estoy yo las cosas se salen de control- les doy una mirada a todos y subo las escaleras con cuidado

Abro la puerta y al fin, después de casi dos o tres meses puedo verla de nuevo.

Estaba dormida, con su boca entreabierta y abrazada a una almohada, la cual quisiera ser yo.

Me recuesto al otro lado y ella al sentir movimiento se levanta exaltada y me mira asustada.

- ¿T-Tomas?- pregunta dormida pero la envuelvo en mis brazos

- Volve a dormir reina, cuando te levantes hablamos- susurro en su pelo y veo como se aferra a mi pecho

- Perdón- solloza y yo ya entraba a desesperarme, no sabia como actuar ante esta situación

- ¿Por qué gorda?- agarro sus mejillas y prendo el velador, iluminandome su moretón en el ojo y eso que yo ni quería ver su cuello porque sino no controlaría mi enojo

- Tuviste razón todo el tiempo- me abraza del cuello y posa su cara sobre el hueco que quedaba entre el hombro y el cuello.

- No te culpes Isi, no es tu culpa, nada de esto es por tu culpa- acaricio su espalda con cuidado, como si un mal movimiento hiciera que se rompiera

- Es mi culpa To- quiebra de vuelta- si solo te hubiera escuchado nada de esto estaría pasando- sentía como mi remera se iba humedeciendo debido a sus lágrimas pero eso en realidad era lo último que me importaba ahora

- Olvidate de todo lo que te dije ese día, hagamos como que nunca discutimos, como que nunca te dije eso y ahora concentrémonos en vos ¿si?- sonrio de costado acunando su cara entre mis manos

- Voy a intentar- suelta una risa entre lágrimas y beso su nariz

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Ya era hora de que estén bien