Capitulo 20

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Estiró su brazo derecho para tratar de tomar la mano del chico, pero sintió ese lugar vacío.

—¿Alec?— siguió agitando su brazo, mientras abría lentamente sus ojos. —¿Alec?— alzó un poco más la voz, intentando llamar la atención del chico, si es que todavía seguía en el apartamento.

Echó un vistazo rápido a la habitación y ya no estaban las prendas del chico y la puerta estaba abierta.

Se incorporó en la cama, bostezando con pereza y estirando sus extremidades un poco adoloridas. Tobby entró corriendo con energía.

—Hola amigo.— Magnus palmeó el colchón, invitando a Tobby a subirse a su lado. —Alec se ha ido, ¿cierto?— acarició el cráneo de la mascota y como respuesta recibió un ladrido. —La noche de ayer fue muy extraño todo, Tobby. Él lloraba por todo y yo realmente no sabía po-

Sus palabras se esfumaron al ver un recado junto a la lámpara de noche que estaba sobre el buró. Frunció el ceño y se acercó a ella. El oxígeno se atoró en sus pulmones en cuanto se dio cuenta que también habia un arma sobre el buró.

Ahora tenía miedo de lo que fuera que había escrito en esa hoja. La tomó con una mano temblorosa, mientras Tobby la olía.

La leyó.

"Si a mí me hubieran dicho semanas atrás que yo me iba a enamorar por primera vez en mi vida, jamás lo hubiera creído.

Si la gente se hubiera enterado de nuestra breve historia se hubieran reído en nuestra cara, Magnus. Tú decidiste contarme gran parte de tu historia, sin embargo yo no fui del todo sincero en este tiempo.

Es hora de irme, Magnus, y no lo digo de forma simbólica, es hora de desaparecer de tu vida, de lo contrario te causaría graves daños, y sí, entre ellos la muerte. Pero, ¿qué no es el amor la forma más hermosa de morir?

Recuerda a quien te amo por primera vez. Recuerda a quien lograste atrapar entre tus redes.

Con amor y siempre tuyo, Alec."

—¿Por qué?— Magnus comenzó a derramar lágrimas saladas. Su corazón era lo único que funcionaba, porque su mente estaba completamente bloqueada. —Esto hace que lo que pasó ayer cobre sentido.

Pequeños recuerdos de Alec llorando llegaron a la memoria del chico. Él necesitaba más que una notita en el buró, el tenía demasiadas preguntas y tenia muy pocas respuestas.

Tomó su móvil y comenzó a buscar entre sus contactos, sólo para recordar que nunca le había pedido el número a Alec. Trató de recordar alguna dirección que fuera pieza clave para encontrar a algún familiar del chico, pero nada llegó a él.

Lloró con dolor, porque se había dado cuenta de que en efecto, Alec nunca le había mencionado ni un gramo de su historia.

«Lo que fácil llega, fácil se va.»

Se colocó ropa limpia y salió de su apartamento, tocó insistentemente la puerta del que se suponía era el apartamento de Alec. Era de esperárselo, nadie atendió.

El recepcionista se acercó a él con inquietud y un poco avergonzado, pues aún no sabía porque el chico lloraba.

—¿Le puedo ayudar en algo, señor Bane?— el recepcionista tocó un hombro del chico, mientras observaba que en las manos tenía una hoja maltratada; la nota.

—El chico...

El recepcionista frunció el ceño y se acercó más.

—¿Cuál chico, señor?— trató de impedir que Magnus siguiera tocando la puerta, pues se lastimaría si seguía haciéndolo.

Estupid in love (Malec) (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora