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► ¿AHORA QUÉ? ◄

       ◊ El silencio continuaba inundando a ambos individuos, el ambiente se había vuelto tenso desde que lo vio, ese sello que marcaba el destino de cada persona, aquel que solo algunos son capaces de verlo. Tan caprichoso es el destino, dos personas pueden verlo y tenían que encontrarse el uno al otro en algún punto de su vida. Ese punto llegó, estaban cara a cara, sabiendo la existencia del contrario con más significado, que el que tomaron en la reunión donde coincidieron por primera vez. Compartiendo su vida poco a poco entre anécdotas, miradas cómplices, malos chistes, risas y regaños.

Sin embargo, había una duda que nació al descubrir aquella comodidad entre ambos, a pesar del poco tiempo de encontrarse, ¿Qué se supone que sucede ahora? Conoces a tu pareja destinada, aquella con la que has compartido más de una vida por el gran amor que se relatan en tantas versiones distintas, se llevan bien, se sienten cómodos el uno con el otro, deben ser felices ahora. ¿Qué tenían que decir? ¿Qué tienen que hacer? ¿Cuál es el siguiente paso?

⸺ ... Timba. ⸺ La voz insegura del menor llamó la atención del mencionado, quién lo observaba en silencio, bajándole importancia el estar desnudo de la cintura para arriba. Se dedicó a ver aquellos ojos que parecían estar ligeramente más brillantes que en cualquier otra ocasión.

⸺ ¿Si? ⸺ Respondió con una pregunta, inquieto por cualquier cosa que pudiera decir el albino, saliendo poco a poco de sus pensamientos, controlando aquellas sensaciones de nerviosismo, inquietud e inseguridad.

⸺ ¿Ahora qué? ⸺ Preguntó de vuelta Rius, tomando asiento en aquel sofá, desviando la mirada de Timba. No quería verlo, se sentía perdido, sin consejo. Tanto deseaba conocer a la persona correcta, desde que conoció el significado de aquella flor marcada en su piel, ahora que la tenía a menos de un metro de distancia, quería escapar.

La vida de ambos no es un cuento de hadas, no es una historia que pudieran modificar cuando no recibían el resultado deseado. Después de tomar una decisión, por más pequeña que sea, les traía una consecuencia. La consecuencia de Timba es no saber qué hacer, después de confirmar su sospecha: Rius está buscando a su destinado. Lo confirmó. Descubriendo más que solo aquello, él era quién buscaba su amigo.

⸺ ... No lo sé. ⸺ Contestó casi en un murmullo, seguido de una ligera queja hacía el mismo por ello, por desconocer tantas cosas, por ser tan impulsivo, por buscar la felicidad de sus amigos con algo que nunca tuvo la decencia de entenderlo.

Trollino tenía un destinado, se habían encontrado, ¿Tenía que decirle o dejarlo seguir con Ela? ¿Él debía intentar algo con Rius? ¿Ignorar todo y seguir como siempre era algo válido para el destino? ¿Podía ignorar a lo que ya está establecido por más de una vida? Tantas preguntas le causaban dolor de cabeza, irritándose al punto de terminar por romper otro adorno de la sala de estar, sorprendiendo al albino quién se asustó por el ruido.

Frustración. Aquello donde la felicidad, el gozo y el cariño debía reinar, era todo reemplazado por la frustración. Ambos estaban sin conocimiento, no hacían nada más que repasar aquella situación una y otra vez en la cabeza, dejando el tiempo aún lado, dejando su realidad de lado.

⸺ Es mejor que me retire. Ya nos veremos mañana, tal vez. ⸺ Anunció Rius, levantándose del sofá, dispuesto a olvidar lo sucedido por un par de horas como mínimo, ordenar sus pensamientos, ordenar sus sentimientos, ignorar el calor de la cercanía vivida hace tan solo un rato. Deshacerse del deseo que sintió por un instante.

⸺ Espera, Rius. ⸺ Pidió el mayor, sosteniendo la mano ajena, con cuidado, casi con miedo. Mordió su mejilla por dentro, buscando aquellas palabras que su mente desechó al sentir la piel del albino, perdiéndose en los ojos de este. Buscando algo.

⸺ ... Dilo mañana, Timba. ⸺ El menor se soltó del agarre sin mayor esfuerzo, parecía una despedida, no era así, pero así lo sentían. Rius no quería escucharlo, no ahora que todo era un completo caos, Timba solo podía aceptarlo, sintiendo como todo se le escapaba como arena entre los dedos.

No hubo más. Todo terminó en cuanto la puerta principal fue cerrada, sin permitir la vista de aquel chico que conoció por casualidad.

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Todo el aire que había estado conteniendo salió en un suspiro, sintiendo el cansancio recorrer por la extensión de su espalda, ambos brazos le dolían por esa última petición por parte de su jefe. Tuvo que haberse retirado antes de que Víctor lo mandara a la bodega a ordenar. Arrastraba los pies hasta llegar al borde de un sofá doble, dejándose caer en este para poder hundir el rostro en los cojines más incómodos. Debían cambiar ese sofá.

⸺ ¡Mike! Qué bueno que llegas... ¿Ahora por qué estás muerto? ⸺ La risa escandalosa del moreno se hizo escuchar en la casa, llamando la atención del nombrado y otro de los huéspedes del lugar.

⸺ Cállate, Flex. ⸺ Murmuró con molestia el de cabellos castaño claro, alzando por un momento el brazo para hacer algún tipo de ademán, pero falló en el intento, solo maldiciendo contra el mueble.

⸺ Que grosero, por eso te quedas sin sorpresa. ⸺ Anunció Flex con molestia fingida, llamando claramente la atención del contrario, reflejándose en el hecho de que alzó el rostro para mirarlo con cierta confusión.

⸺ ¿Sorpresa? ⸺ Preguntó con curiosidad, intentando adivinar de que se trataba aquello, tomando como opción que fuera una mentira por parte de este. Adoraba gastarle bromas muy pesadas a Mike.

⸺ Si. Pero como ahora estás como perro rabioso, lo sabrás mañana. ¡Buena noches! ⸺ Comentó con una sonrisa, lanzándole un beso al contrario antes de retirarse a su habitación, molestando al mayor quién solo gritó el nombre de su compañero y amigo.

⸺ ¡Ya cállense los dos! ¡No me dejan ver mi serie en paz! ⸺ Gritó molesto otro castaño de tonalidades más oscuras, tirándole un bote de sopa instantánea al último que gritó antes de él, por interrumpir su tiempo sagrado para ver a sus personajes favoritos.

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