🍓 - Please, stay with me

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El moreno ahora se encontraba manejando bajo nubes grises, sus lagrimas resbalandose por sus mejillas sin deternerse, sollozaba fuertemente mientras su respiración se cortaba una y otra vez, no importaba sí hacía ruido, estaba ahí, sin nadie más, solo.

¡Maldita sea! ─golpeó con fuerza el volante ─mierda... ─su rostro estaba mojado, hinchado, su nariz tenía un tenue tono rojizo.

Ahora había una llamada entrante, no quería contestar pero supo que tal vez eso era lo mejor, no para hablar, sólo para decir que lo dejaran en paz.

¿Calum? ¿dónde estás? ─la voz de aquel rubio fue la que habló, no sabía como sentirse, sólo quería deshacerse de él lo más rápido posible ─Calum escucha... lo lamentamos ¿sí? no queríamos hacerte sentir menos, tú eres muy importante para nosotros y lo sabes.

─¿Más que ellas? ¿más que Sierra? ─no podía evitar decirlo, las odiaba, las odiaba por quitarle a quienes más amaba.

Cal... ─sabía que no era así, le dolió, le dolió como el infierno.

Sólo cállate, deja de hablar y no me llamen, les hablaré cuando me sienta mejor.

Hey, Ashton quiere hablarte, dice que lo sien... ─con quién menos tenía ganas de hablar era con él, con el chico de ojos color miel y de risa hermosa, así que cortó la llamada, sin poder evitar que cayeran más lágrimas.

Después de conducir un rato más llegó a su departamento, encendió las luces, fue a limpiarse la cara y regreso a su sala para lanzarse a su sofá, no iba a mentir, no se sentía bien pero al menos ahora podía dejar de llorar.
Encendió la televisión para buscar algo que ver y se decidió por una película infantil, la única cosa que jamás lo había decepcionado. No se dio cuenta cuando sus ojos comenzaron a cerrarse y sin aviso alguno se quedó dormido, cayendo en un profundo sueño.

Ahora estaba de nuevo ahí, junto con los otros tres chicos, jugaban videojuegos, tranquilamente acurrucados, de pronto la puerta comenzó a ser golpeada violentamente, tan fuerte que logró que Calum saltara aún dentro del sueño, los golpes no se detenían, el volumen subió repentinamente hasta que la puerta fue tumbada y entonces todo se desvaneció, los demás ya no estaban, se los habían llevado.

Despertó con la respiración agitada y los ojos humedecidos con el fantasma de su presente.

"toc, toc, toc"

Golpes, golpes en su puerta, no sabía quien podía ser y aunque desearía no querer que fuera uno de ellos, de verdad los esperaba, le dolía admitir que necesitaba ese calor a su alrededor, esa sensación de ser querido por varias personas, por sus personas. Se levantó sin mucho ánimo, aproximándose lentamente hacía la puerta y la abrió.

Hola... ─No se equivocó, era él, Michael estaba enfrente de el con una pequeña, linda y realmente honesta sonrisa, casi como un ángel que aparecía justo en el momento adecuado.

¿Michael? ¿Qué haces aquí?

Yo... Sé que no querías que viniera pero no quiero dejarte solo, tú y todos saben que jamás cambiaría mi amistad contigo por Crystal pero si quieres que me vaya dímelo y me iré ahora ─Luchó por no decir algo estúpido, quería que se quedara, de verdad lo necesitaba en ese momento.

No, quédate, por favor quédate conmigo ─Se lanzó hacía el peli teñido envolviéndolo en un abrazo que fue correspondido casi inmediatamente.

Su vista comenzó a nublarse con la aparición de sus lágrimas, se echó a llorar, hacía mucho que no se desahogaba con alguien y extrañaba mucho tener su atención, extrañaba sentirse suyo.

Quiero que nos acostemos juntos ─No lo decía con fines sucios, Calum sólo quería que los dos estuvieran bajo los mismos cobertores, entrelazados, como en los viejos tiempos.

─¿Qué? Cal... Sabes que no podemos.

Mierda Michael no me refiero a eso, deja de ser tan sucio, por dios. Sólo quiero abrazarte para siempre ─No mentía, seguían abrazados aún.

¿Sabes? deberías especificar, creo que cualquiera pensaría mal.

Bien, ¿lo harás o no?

Lo haré.

Lo lanzó al sofá y se sentó en su regazo, recargo su cabeza en su hombro, repartiendo pequeños besitos por su cara y su cuello.

¡Calum! ¡detente! ¡me haces cosquillas! ─el más alto sostuvo sus mejillas en un patético intento de detenerlo, realmente no había cosquillas pero tenía miedo.

Claro que no, no soy estúpido Mike.

Se detuvo, pero se mantuvo en la misma posición, los brazos de Michael se envolvieron alrededor de su cintura mientras que los suyos se aferraron en su cuello, su respiración golpeaba suavemente la piel de él rubio; encontrarse de esa manera era todo lo que ellos necesitaban, esa calidez que no tenían desde hace tiempo se sentía bien, se sentía fantástica pero aún así, la cercanía no era suficiente.


pacify her; calm / ot4 : 5sosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora