(25-6-2016)

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(Pensamiento)

Se fue, sin decir nada, no se despidió, al día siguiente era una persona totalmente distinta, ya no eran sus ojos los que me miraban.

(Recuerdo)

Empezó a reír ante mi rostro cubierto de lágrimas; le conocía, sabía que ese era su modo de ocultar sus verdaderos sentimientos, Detrás de la risa o del llantos esconde una forma de ocultar las certezas estoy harta de esa frase, por mucho que le persona que la diga intente ayudarme. Una vez se marchó, yo me desmayé y mi cabeza cayó haciendo un sonido sordo contra el suelo, un extraño zumbido se había hecho con el control de mis oídos, más tarde desperté en el hospital, mi madre me abrazó y lloró de alegría pensando que ya estaba bien, yo lloré porque no me sentía bien en absoluto.

Parecía como si no tuviese corazón, el problema era que también se había llevado el mío por delante.

(25-6-2016)

-Bueno, la verdad es que el pelo poni ese que te has puesto no está tan mal-Bromea Lucía mientras caminamos hacia la parada del bus-¿Te has fijado en el chaval de la mesa de detrás?, no paraba de mirarnos, fijo que le pone el azul.

Efectivamente, me había teñido de azul, porque había aprobado matemáticas, y también había consegido, después de mucho insistir, hacerme los pendientes, En la oreja derecha tres y en la izquierda uno.

Sin darme cuenta había hecho lo que años atrás hizo mi madre, me sorprendo de la facilidad que tengo para copiar cosas que me resultan familiares, como al llevar viendolo toda la vida, sin darme cuenta me acabé copiando, cuatro pendientes, en las mismas orejas, la misma colocación.Porque por mucho que nos peleemos, por mucho que nos gritemos y existan momentos en los que quería simplemente irme, la necesito y ella a mí tambien, y en ocasiones es mi modelo a seguir, quise esos pendientes y ahora me doy cuenta, en parte, por mi madre.

No me teñí por nada en especial, simplemente me hacía ilusión, pero, como todo en mi vida tampoco duraría mucho, al cabo de un mes cambio a un amarillo-verdoso asqueroso y mi madre, después de pedirla que me cortase las puntas, lo cortaría a traición.

Fue descuidarme un momento, yzas!

Como siempre, sin preguntarme a mi primero.

Llevaba una media melena de lo más simple, unos meses después y gracias al tijeretazo mal dado de mi madre, se convertiría en cuatro mechones de pelo que se rizaban sobre si mismos y que apenas me rozaban las orejas.

Esto tampoco es un dato muy importante sobre mi vida, si te pones a pensar; la única información que nos ofrece es que soy una persona bastante impulsiva que no se piensa como debería las cosas.

A lo que iba.

Lucía es muy buena amiga, sobretodo porque me aguanta más que nadie y siempre me deja hablar.

Le gusta leer tanto como a mi, por ello, en aquel instante a mediados del verano estábamos volviendo de la biblioteca a eso de las cinco de la tarde.

-Gracias, hombre, ya lo sé que soy fabulosa.

Doy un giro sobre mi misma y me tropiezo, haciéndola reír.

El 155 llega en seguida y subimos.

Algo no cuadraba, incluso Lucía , pudo notarlo solo con mirarme.

Fue echar un vistazo rápido por los asientos y toparme con su mirada, vestía completamente de negro, e igual que yo, se había teñido el pelo, rojo.

Cuando nuestros ojos se encontraron puede distinguir una mira cálida de reconocimiento segundos después sus ojos volvían a ser fríos.

Me daba igual estar con Lucía, porque ya había pasado a segundo plano, a pesar de que luego serían sus brazos los que me protegerían.

-Necesito hablarle-No tuve que dar más explicaciones, porque, como siempre, me entendió a la primera.

Tarde varios latidos en decidirme, nada más comenzar a andar en su dirección, el autobús paró, el bajó y entro a un edificio.

El edificio que se encontraba frente a nuestro instituto.

Era cierto.

Los rumores eran ciertos.

Si que se había mudado

Me quedé mirando el portal hasta que desapareció a nuestras espaldas, con el rostro escondido en el hombro de mi amiga.

Borrosa realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora