te espero

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(27-4-2017)

-Vamos a ver, tía-Continuo andando, sin hacer caso a las suplicas de Lucía porque aminore el paso, hasta que me agarra de la manga-¿Estas segura de que hablar con él es lo mejor?

No ha terminado de formular la pregunta cuando de entre mis labios ya se escapa un firme:

-Sí

-¿Por qué?-Estaba claro que estaba preocupada por mi, no quería que saliese mal parada de aquella situación.

-Se ha mudado, Lucía; frente a nuestro instituto. Muchas cosas pueden o no ser casuales, todo depende de la importancia que nosotros les demos, y para mí esto es verdaderamente importante, lo malo es que no podía haber escogido un peor momento para volver a mi vida, yo estoy con Alex.

-¿Me estás diciendo entonces que te arrepientes de haberle visto?

-No-Niego-Solo quiero cerrar esta historia, estoy cansada de los puntos suspensivos.

(5-2-2017; Dos horas antes)

-No soy feliz y eso no es culpa de la mala suerte, es suya

-No dejes correr las cosas por cobardía –aconseja –esto no puede continuar así, no puedes depender de alguien.

-Voy a hablar con él-anuncio

Voy a conseguir que contemos arboles.

Voy a conseguir que una charla de niños se convierta en una realidad de adultos.

-Muy bien, Paula- la señora-tortuga me sonríe.

(29-4-2017)

Por la noche, los muertos subían las escaleras de la cuidad, llamándome, incitándome a irme con ellos, para contarme las complejas historias de sus vidas

En cuanto he terminado de redactarlo Lucía me quita en cuaderno, y comprende el significado oculto entre aquellas palabras.

-NO-Articula, ya que nos encontramos en mitad de una lección de matemáticas, materia para la cual, he de admitir, soy una negada.

(29-4-2017; A la salida)

Pero porque cojones le había gritado aquellas cuatro palabras:

Sigo enamorada de ti

No pensé en Alex ni en nuestra creciente relación, fui una estúpida egoísta y simplemente se lo solté, como si nada.

Ocurrió a la salida del instituto.

Se encontraba en la acera de enfrente y ambos teníamos que cruzar, era inevitable que nos encontrásemos.

En cuanto estuvimos frente a frente las palabras escaparon de mis labios.

Ni siquiera tuvo la decencia de mirarme.

Se me da bastante bien eso de ocultar mis emociones, a si que puede aguantarme el llanto hasta que llegué a casa, no me entendáis mal, llorar delante de Lucía no me importaba, era solamente que a veces no me salía de manera natural.

Supongo que una de las partes más importantes de crecer es aprender a convivir con las emociones y a saber sobrellevarlas, el problema de esto es que nadie puede enseñarte.

Tus padres o tus amigos pueden intentar ayudarte, aconsejándote o simplemente estado ahí cuando los necesites, pero es algo que tienes que aprender a hacer tu solo.

Yo lidio con ellas como puedo, y casi nunca suele ser de la mejor manera.

Es por eso que si alguien cotillease mi historial de navegación se asustaría bastante, dado que, básicamente se compone de relatos sobre suicidios, páginas en las que aseguran que encuentran el significado de los sueños, y los conciertos de piano más tristes de la historia; era extraño, pero de alguna manera me hacían sentir menos sola.

Borrosa realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora