CAPÍTULO 1.
Hacía casi dos meses que Candy White había llegado a Nassau. Se había instalado en esa calurosa ciudad y había comenzado a redactar su tesis. A sus veintiséis años era Licenciada en Historia por la Universidad de Salamanca, con un Máster Universitario en Estudios avanzados e investigación en Historia, sociedades, poderes e identidades y ahora, estaba a punto de terminar su Doctorado sobre La España del Siglo XVIII. Su doctorado se había basado en el estudio del Imperio español, en el comercio de esclavos, en cómo todo ello había influido en la Guerra de Sucesión Española y el sistema de Utrecht, en el cambio dinástico que se había dado en ese siglo y las reformas internas que se habían realizado, en la política borbónica que se había aplicado. ¿Y qué mejor lugar que las Bahamas para acabar su doctorado? Había solicitado la beca y, gracias a su imponente expediente y a la fluidez de los idiomas que hablaba, se la habían concedido. Allí podría visitar lugares concretos, museos e incluso ver algún barco hundido en un naufragio. Gracias a los museos y a la documentación que databa de aquella época, podría hacer una tesis brillante y, seguramente, conseguir aquella plaza tan ansiada como profesora de Historia en la Universidad de Salamanca. Entró en la Facultad, notando aquel intenso calor. Al menos, mientras el sol no siguiese rozando su piel, sería más llevadero. El profesor William había sido su mentor allí. Si de algo podía estar agradecida es que además tenía a uno de los mejores historiadores a su lado, un hombre que había impartido Historia en la Universidad de Columbia durante veinte años y que ahora, desde hacía poco más de dos años, era el Decano de la Universidad de Nassau. No podría haber tenido un tutor mejor que ese. William era un verdadero encanto. Poco después de saber que le habían concedido la beca, recibió un email de él diciendo que se encargaría de todo para su llegada, incluso le pidió información sobre su tesis para comenzar a adelantar trabajo y ayudarla. No era solo eso, había cenado con él y su esposa infinidad de veces en aquellos dos últimos meses en su casa, incluso se había quedado a dormir con ellos.
—¿Se te han enganchado las sábanas? —preguntó William con una sonrisa mientras le tendía un buen tazón de café. Candy forzó una sonrisa mientras depositaba la carpeta sobre la mesa y cogía el café que le ofrecía, realmente agradecida.
—Este calor es horrible —dijo de mala gana—. No puedo dormir por la noche.
—Todo es acostumbrarse —pronunció sentándose a su lado—. Bien —dijo sin más dilaciones—, ¿tienes preparado lo que te pedí ayer? Candy abrió la carpeta y sacó unos documentos.
—Aquí está —explicó mientras le mostraba el mapa—. Estuve mirando las cartas navales tal y como me dijiste, y creo que he trazado la ruta que seguían los buques españoles entre las islas para comerciar con los esclavos. William observó el mapa atentamente.
—Es interesante. ¿Has incluido a los franceses también?
—No, solo los españoles. He pensado hacer otro mapa con las rutas francesas. Él la miró de reojo.
—Puede que sean las mismas. No lo olvides, eran aliados.
—Ya, pero el gobierno era diferente —pronunció divertida—. Puede que tuviesen otras directrices. Tengo que conseguir las cartas de navegación de algún buque francés —pronunció pensativa. William sonrió ante la emoción que transmitía su voz. Tras varios segundos de observarla adoptó una posición despreocupada.
—Tengo una sorpresa para ti. Ella se volvió para mirarlo con una ceja enarcada.
—No serán cuatro libros más de ochocientas páginas, ¿no? —bromeó—. Porque de verdad que te lo agradezco pero…

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UN OCÉANO PARA AMARTE
General FictionCandy es una joven feliz y dichoso, Tiene un futuro prometedor y esta apunto de terminar su master en historia de los siglos XVII. Candy y el profesor y amigo William, se ven atrapados en una tormenta, que arrastra a Candy a una increíble y...