CAPÍTULO 9.
(XXX)
Candy volvió a gemir mientras era empujada contra la pared. Desde que Terry había abandonado la embarcación la habían llevado de nuevo al camarote del capitán. Durante las primeras horas no le habían hecho mucho caso, se había limitado a permanecer sentada contra la pared, atada de manos y temblando de miedo. Después habían comenzado a molestarla. ODonell se arrodilló ante ella y pasó una mano por su mechón ondulado de cabello rubio, tocándolo, lo llevó hasta su nariz y lo olió mientras una sonrisa invadía su rostro. Ella hizo un gesto brusco para intentar apartarse pero el hombre la cogió del cuello ahogándola.
—Más te vale que tu capitán traiga las armas que le hemos pedido —susurró hacia ella—. Porque si no pienso divertirme contigo a lo grande. El compañero del capitán, el cual se encontraba también en el camarote, se acercó con una sonrisa maliciosa, a la espalda de su capitán. Finalmente ODonell la soltó dejando que ella volviese a respirar con desesperación, pero igualmente no se apartó de ella.
—GrandChester debe de estar muy interesado en la muchacha —pronunció a su espalda. El capitán se giró un segundo y luego volvió su rostro hacia ella sonriente.
—¿Y quién no lo estaría? —Llevó la mano hacia el vestido y lo subió a la altura de la rodilla—. Es todo suavidad. Candy lo miró fijamente y golpeó su mano, ni loca iba a dejar que la violasen, pero ODonell alzó su mano y abofeteó con fuerza su mejilla haciendo que cayese hacia un lado.
—Quieta —dijo con voz relajada mientras Candy comenzaba a llorar y se llevaba la mano a su mejilla, notando el sabor de la sangre en su boca. Aquellos hombres eran unos desalmados. Se quedó quieta mientras intentaba concentrarse en otros pensamientos. Cuando era pequeña y corría hacia el parque con su hermano, las fiestas de Navidad que había pasado con sus padres, y luego se vio sorprendida por la imagen de Terry, cuando sonreía, cuando la había atendido porque se encontraba mal, cuando la había acompañado al lago para que se bañase y se había puesto ante ella con la espada en la mano para protegerla, cuando había mirado sus labios… Se dio cuenta del error que había cometido. Pese a que era un pirata y aunque hubiese tenido muchas peleas con él, Terry jamás le había puesto una mano encima, es más, había sido atento con ella. En ese momento se dio cuenta de que el único pensamiento que la calmaba no era el de sus padres, ni el de su hermano, ni siquiera el de Bastian, lo único que lograba calmarla era aquella última mirada de Terry cuando le había dicho que volvería a por ella. Solo esperaba que no fuera mentira, que no fuese una estrategia y que realmente volviese a buscarla. Lloró más fuerte al ser consciente de cómo la mano de ODonell volvía a subir lentamente por su pantorrilla. Esta vez decidió quedarse quieta, sabía que seguirían golpeándola si se movía.
—Quizá debería haber pedido algo más por ti —pronunció ODonell pasando una mano por su mejilla y apartando unos mechones de cabello de su rostro—. Eres realmente exquisita. —Pasó una mano por su mejilla y bajó por su cuello hasta llegar a su pecho. Candy cerró los ojos con fuerza, intentando abstraerse.
—Pero sabemos que tampoco es bueno abusar. La verdad, niña, has hecho que mi estancia en Nassau haya valido la pena. Estuvo a punto de replicarle pero se quedó callada y brincó del susto cuando la puerta del camarote se abrió de golpe.
—Capitán, está amaneciendo. Hay hombres en la playa. —ODonell sonrió y se volvió hacia ella.
—Parece que GrandChester viene a buscarte. Acto seguido la agarró del cabello mientras ella gritaba, poniéndola en pie. Se aseguró de que tuviese la soga bien atada a la muñeca y tiró de ella hacia cubierta. Sí, estaba amaneciendo, una franja naranja se intuía en el horizonte. Los colores del día comenzaban a revivir tras una oscura noche. A duras penas podía intuir las siluetas en la playa, pero ODonell cogió el catalejo que uno de sus marineros le ofrecía y observó a través de él. Tenían que estar en la playa, porque el capitán miró hacia uno de los marineros y aceptó.

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UN OCÉANO PARA AMARTE
Fiksi UmumCandy es una joven feliz y dichoso, Tiene un futuro prometedor y esta apunto de terminar su master en historia de los siglos XVII. Candy y el profesor y amigo William, se ven atrapados en una tormenta, que arrastra a Candy a una increíble y...