Ya habían transcurrido cuatro días desde qué los aventureros y el dios, habían salido de Orario, tuvieron que tomar un transporte marino, ya que según Hermes, el último hogar qué tuvo Hércules junto a Iole mientras ella esperaba a Bell, fue bastante lejos de lo pensado, hasta territorios Orientales, en una aldea por la montaña de las Flores y la fruta, pero a punto de nacer el joven, ambos regresaron a estos territorios, donde se desencadenó su lamentable final...
Bell:-apoyado en la borda viendo al mar- Adoró esta vista, el viento en mi cara.... Aquí olvido mis problemas...-decía feliz el chico con los brazos abiertos, mientras Welf estaba recargado en el barandal-
Welf: Te entiendo amigo, un viaje así, nunca está de más, se la gravedad del asunto, y la importancia de encontrar los tesoros de tú papá pero-viendo al horizonte-el mar es bellísimo-
Bell sonrío, pero al observar alrededor vio a dos sujetos algo extraños, les restó importancia por qué, se había percatado, qué desde hace 2 días qué subieron al barco, Ais no había salido de su habitación, compartía está con Asfi, y el, Welf y Hermes compartían otra, el barco no era de lujo, era un tamaño promedio, no gastaron mucho en un barco privado, pero esté qué es de transporte para comerciantes y algunos viajeros, estaba bastante bien.
Entonces, se le vino a la mente, Riveria le había dicho que Ais no puede sumergirse, ¿no sabrá nadar? ¿Qué habrá ocurrido para qué no supiera sumergirse? Púes, aún estaba a 3 días hasta llegar cerca de la aldea destino, así que aprovecharía para conocer más a la rubia, el joven se dirigió a la cocina, tenía un plan para iniciar una conversación, en el trayecto, cruzó con un hombre pelirrojo, y con solo ver a los ojos, sintió desconfianza, pero dejaría eso para después.
Mientras tanto, Ais, se encontraba en la cama abrazando sus pies descalzos, la chica se sentía atormentada la sensación de mecerse en el barco, ¿En qué momento se le ocurrió ir con Bell? Pensó qué caminarían, pero cuando Hermes les notificó qué tenían qué tomar un barco para llegar hasta la última ubicación de los aposentos de Hércules, Ais quería regresar, pero al ver al joven motivado, supo qué no debía, no debía abandonar al chico, fue la última petición de Hestia, y con lo que habló con su madre suplente.
Pero en ese momento, la chica estaba aterrada, los últimos 4 días la atormentaban, solo se levantaba de la cama para ir al baño, no salía a comer, tenía miedo de qué lo peor ocurriera, qué el barco se hundiera y ella por el trauma qué le provocó Riviera como castigo, la dejará mal parada ante el chico peliblanco, lo mejor qué se le ocurría, era permanecer en su cuarto, y rezarle a su diosa, qué el barco siguiera a flote, y qué los 3 días restantes transcurrieran con rapidez, pero un golpe en la puerta la sacó de sus pensamientos.
Bell: ¿Ais-san puedo pasar?-preguntaba el joven-
Ais: Hmm ¿Bell?... Claro-
El chico entró a la habitación de la rubia, con sus brazos en la espalda, cosa que la chica no tomó importancia, pero un olor que conocía le llamó la atención.
Ais: Son...-quería preguntar la chica, pero el joven se adelantó con su respuesta, mostrando los bocadillos favoritos de la chica en una canasta-
Bell-Con los brazos extendidos- Jagamarukun, te los prometí, y estos días no tuve oportunidad de cumplir con mi promesa-hablaba el joven sentándose en la cama de la chica- me percaté qué no has salido en estos 3 días Ais-san, así que me imaginó qué tienes hambre-dijo el chico dándole una sonrisa cálida-
Ais solo tragaba saliva al ver su comida favorita en manos del chico, así que asintió con la cabeza, por la acción afirmativa, el joven tomó uno, lo envolvió en una servilleta y lo extendió a la chica, la cual, no lo dudo, no sabía si era por el hambre, pero le arrebato el bocadillo al chico, y lo devoró en un instante, algo en sus papilas estallo ¡Estaba delicioso!.
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Hijo de un dios.
Pertualanganla historia presente, retoma la aventura de Bell Cranel, luego de derrotar al Black Goliath en el piso 18 de la Dungeon, un evento cambiara su vida y algo de su pasado será revelado. Los invito a leer la historia.