Never Be - Calum Hood

16 Malum

Cerré la puerta detrás mía y apoyél mi espalda en ella, mis ojos se centraron en el suelo. ¿Qué acababa de pasar?

Seguía pensando que Calum no sería cápaz de hacerle nada a Michael, ni biceversa; aunque no conocía a ninguno de los dos desde hace menos de una semana.

¿Ellos se conocerían? Obviamente, se habían llamado por sus nombres y se trataban como ello.

Si Calum le hiciera algo, lo más mínimo, sé que me decepcionaría. Nada seguía sin encajar. Un día era lo más grosero y creído del mundo, esa misma noche era un chico increíble, y a la mañana siguiente volvía a ser un cretino. Ayer por la mañana vuelve a mi memoria; esperaba algo bonito y especial, y lo único que obtuve fue una gran decepcion por ser una tonta.

La puerta se abre, y la figura de Calum caminando hacia mi aparece ante mis ojos. No se sentía tan bien como esperaba, "Calum acudiendo a mi". Aunque cuando me agarró del brazo me perdí en la situación, ¿dónde me estaba arrastrando?

Subió las escaleras, entrando en mi cuarto y arrastrandome detrás de él.

-¿Qué coño haces? ¡No puedes entrar!

Me empujó dentro de la habitación y dió un portazo, acto que no me esperaba. Aunque me esperaba menos que frunciera su ceño y me observara de brazos cruzados.

-¿Qué?-Pregunté cuanto la tensión de sus ojos en mí me invadió.

-Exactamente, ¿qué haces?-Escupió como si me estuviera regañando.

-¿Perdona? Aquí la única que merece explicaciones soy yo. - Me acerqué a él cortando el espacio entre nosotros. -¡Eres un imbécil, y no sé si te has dado cuenta de que no quiero jugar a esta mierda de juego contigo! No sé que cojones haces amenazando a mis amigos, entrando en mi habitación cuándo te la da la gana y utilizandome, ¡¿quién coño te crees Calum?! - Mi dedo se clavaba en su pecho cada vez que remarcaba algo y él apretaba la mandívula.

El silencio ocupó la habitación. Sus ojos negros seguían clavados en los míos con dureza. Me di la vuelta, esta conversación se había acabado, ya había descubierto su "plan".

-Yo no estoy jugando contigo.

Me giré y negué con la cabeza lentamente.

-Dejalo Calum.

-No. - Esta vez su voz era fuerte y él se acerco a mi cerrando la distancia.

-Todo esto es culpa tuya, estás tan centrada en ti que no piensas en nada más. Destiny, Destiny y Destiny. Y me jode tener que decirte que no eres la única en este puto planeta. - Gritó a centímetros de mi rostro.

-Tú no me conoces una mierda, ¿qué haces criticándome?

-¡Te conozco lo suficiente como para saber que no te has fijado una mierda en nada! ¡Es imposible que no te des cuenta de lo que está pasando!

Calum estaba comenzando a gritar y me empezaba a enfadar, estaba a punto de hacer algo de lo que luego me iba a arrepentir.

-Explícate. - Dije cruzando los brazos.-Porque que yo sepa, la que ha sido insultada por ti he sido yo, la que ha caído bajo por tu culpa he sido yo, la que posiblemente pierda al único amigo que había conseguido por tu culpa he sido yo. Explícame por qué soy yo la culpable aquí.

-Yo no he hecho nada de eso Des. - Arqueé una ceja en respuesta. - Vale, quizás sí, pero no era mi intención.

-Calum déjame.

-No. No otra vez. Ayer me fui por esa misma puerta cuándo debería haberla tirado abajo y pedirte perdón por ser un idiota, debería haberte dicho solo "Hola soy Calum" cuándo te conocí en vez de joderla de aquella manera, debería no haberle susurrado cosas a tu padre y luego reírme y no debería haberme enfadado ni gritarle a Michael. Y todo por mis celos de mierda. - Sus gritos se cesaron en un suspiro. - Lo siento Des.

-Vale.

Miré a su rostro por primera vez en toda la conversación y me fijé en su ojo, ¿eso era un moratón?

-¿Eso es un moratón? - Dije rozando con mis dedos un costado de su ojo. ¿Se había pegado con Michael? -¡Eres un puto bruto! ¡No me esperaba eso de ti! ¡Michael es mi amigo! O bueno, lo era antes de que le pegarás..No sé como no me lo esperaba. Eres un...

-Cállate. - Me interrumpió.

-¿Por qué? ¿Por echarte en cara lo que haces?

-Solo estás demostrándote a ti misma que tengo razón, que me ignoras y no me prestas atención.

-¿Cómo?

-¿Has estado tan ocupada antes con Michael que no te has dado cuenta ni de que llevaba un ojo morado? ¿Me conoces tan poco como para saber que yo no soy así?

Solo tenía silencio como respuesta. Tenía razón. No le había prestado atención ni había pensado de forma razonada.

-Yo te podría haber dicho incluso de qué color eran tus calcetines y tú ni siquiera te fijas en que tengo un ojo morado. Y adenás, luego me culpas por algo que nunca haría.

Me quitó un peso de encima saber que no estaba equivocada con Calum, y que no haría daño a alguien; almenos a Michael. Aunque a la vez poco a poco me daba cuenta de que todo lo que decía era verdad.

-Solo te has fijado en lo malo, de lo cuál te he pedido perdón. ¿No te has fijado en lo que me esforcé por ti? Solo tienes ojos para lo malo Des. - Caminó hacia la puerta. - Me entenderías si supieras lo jodido que es hacerse ilusiones con algo. -

-Lo sient..-Intenté disculparme por lo idiota que habí sido y decirle que también sabía lo que se sentía, pero él me interrumpió.

-No, cállate. Ahora el que no quiere saber nada soy yo -Salió tras la puerta dándole otro portazo.

Quise llamarle y pedirle perdón por todo, ya que tenía razón. Él la había jodido unas cuántas veces, pero también lo había intentado. Pero yo no había hecho nada.

Antes de darme cuenta ya estaba marcando el número de Michael para pedirle explicaciones.

-¿Des?-La sorpresa era clara en su voz.

-Hola Michael. - Dije mordiendo mi labio esperando no llorar por la culpabilidad.

-¿Estás bien? ¿Te pasa algo?

-No lo sé. - Susurré.

-¿Vas a llorar?

-No lo sé.

-¿Es Calum?

El silencio se hizo en la línea durante dos eternos segundos.

-Sí.

Escuché su suspiro desde la otra línea.

-Des. - Me reclamó para que dejara de lloriquear. - Creo que ya hemos hablado de esto.

-No Michael.

-Sí Des.

¿Cómo? Solo entonces comencé a encajar las piezas, y cada vez que lo hacía me sentía peor conmigo misma. Él tenía razón en todo, solo me había centrado en mí y en todo lo malo que él hacía sin darle la opción de disculparse. A diferencia de mi, él admitía sus errores; y yo no.