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No sé si estoy dormida, cansada o atontada con los ojos cerrados, la verdad. Solo sé que por unos momentos, he olvidado todo, sin exagerar, solamente resuena "Come As You Are" de Nirvana en mi cabeza y me pierdo. No pienso en que mi habitación sea frustrante, ni en lo cansada que estoy, ni en que pinto allí, ni en que voy a hacer, ni en por qué nada.

Oigo un portazo y abro los ojos como si nunca lo huviera hecho, incorporandome poco a poco, frotándomelos con los puños y manchándome a la vez las manos del rímel azul.

Mi padre está apoyado en la puerta con los brazos cruzados.

Sonrío irónicamente intentando ocultar mis ganas de pegarle con la puerta en la cara y lanzar los unicornios, las mariposas y el color rosa por la ventana.

-¿Te he despertado cielo?

-No, solo has interrumpido mi ensallo de clarinete invisible.-Digo lanzándole el primer peluche que encuentro.

Se agacha intentando esquivarlo, cosa que obviamente consigue ya que me han faltado metros para tocarlo siquiera.

-¿Te dejo?

-¡Me dejas..!

En estos momentos parezco una niña repelente, a la que todo el mundo habla, nadie sabe porque, y luego obedecen por no sé que.

Ni nunca lo he sido, ni nunca lo entenderé.

Vuelvo la mirada fija e incrédula hacia mi padre.

-Por favor...- Alzo las cejas y muevo la cabeza hacia los lados.

Cierra la puerta lentamente mientras me incorporo en la cama.

De verdad iba a intentar adaptarme a eso...Pero el rosa y los unicornios no entraban en el trato, los postres de ACDC y mis discos de vinilo sí.

Me levanté y abrí las sábanas para taparme. Sábanas de Hello Kitty, obviamente. Me metí dentro de ellas sin pesar en el gato con un lazo que me cubría el culo y cogí mi teléfono.

Las 8:30. Intente hacer cálculos, si me había levantado a las 4, y subido en el coche a las... ¿5:30? No lo sé, la verdad. ¿Cuánto tiempo había pasado en el coche?

Parecía ser que no me interesara mucho, ya que me dormí sin saber la respuesta a cuánto tiempo había pasado en el claustrofóbico todoterreno con mi padre.

Un estridente sonido me despertó, apreté los ojos con fuerza, como para intentar volver a la vida. Por las mañanas soy medio zombie, la verdad, así que "volver a la vida" lo máximo posible. Pase mi mano nerviosa por las sábana hasta encontrar el móvil y lanzarlo al suelo ansiosa por dejar de oír el estridente e irritante ruido que yo misma había programado.

Fui abriendo los ojos y sintiendo como se me había apegado el rímel, (el cual no debí comprarlo en la gasolinera), y estirandome mientras andaba hacia la gran ventana perdiendome en el cielo de la mañana. Observaba el rosa y el naranja, que al juntarse formaban el más bonito de los colores, indefinible. Me podría haber pasado horas mirándolo y preguntándome el color de este.

Me rasqué tras el brazo y me vestí sin ganas. Me puse una sudadera; que me venía bastante grande ya que era de mi amigo Luke, de Sydney, donde vivía con mi madre; me la regaló para que me acordara de él mientras estaba con mi padre. También me puse unos pantalones cortos y unas Converse rojas, a las cual tenía mucho cariño ni yo se por qué.

Never Be - Calum HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora