-Iré a buscar a Zabdiel, quédate aquí un momento- Erick besó mi mejilla antes de perderse entre la gente.
Suspiré al quedarme sola entre tantas personas que bailaba o hablaba con otras personas. Las fiestas nunca habían sido lo mío, y Erick lo sabía. Por eso le había pedido que no me dejara sola en ningún momento, pues no sabría como actuar. Pero él se rodeaba contínuamente de gente adicta a las fiestas, por lo que de seguro se olvidó. Suspiré y un chico se acercó a la barra de tragos, colocándose a mi lado.
-Un vodka por favor- Le pidió al hombre y vi de reojo que me miró. Bajé mi vista y alisé mi remera con mis manos para disimular mi incomodidad -Hola hermosa- Tragué saliva y lo miré -Eres muy bella para estar sola, ¿no crees?
-No vine sola- Fue lo único que se me ocurrió decir.
-¿Oh, no?- Negué con la cabeza y miró hacia todos lados, simulando que buscaba algo -¿Y dónde está tu acompañante?
-Se ha ido un momento- Ni siquiera sé por qué seguía contestándole.
-¿Por qué será que no logro creerte completamente?- Se acercó más a mí con el vodka en su mano y me alejé un poco, pero volvió a acercarse.
-Oye, ¿podrías no estar tan cerca? Es que me incomoda- Dije bajando mi vista al estar sonrojada de la vergüenza. Supongo que era muy tímida.
-Yo sé que tú quieres esto tanto como yo- Siguió acercándose a mí y apoyó sus manos en la barra, atrapando mi cuerpo. Puse mis manos en su pecho y corrí mi rostro hacia un costado en cuanto se acercó más de lo debido -Me has estado mirando toda la noche.
-Ni siquiera sabía que estabas aquí hasta que pediste tu trago- Comencé a buscar desesperada entre la gente a alguno de los chicos para que me ayudara, pero no logré ver a nadie -Por favor, solo alejate- Presioné mis manos para alejarlo pero simplemente no podía.
Entre la multitud noté como Chris miraba la escena con sus cejas fruncidas, mientras Richard le hablaba pero él estaba concentrado en decifrar que pasaba. Lo miré con mis ojos llenos de lágrimas, y solo eso bastó para que su mandíbula se tensara y se acercara rápidamente. De un golpe seco, pudo hacer que el chico me soltara. Me puso detrás suyo y el chico lo miró asustado.
-¿Qué estás esperando hermano? Vete antes de recibir otro más fuerte- Habló, se fue luego de guiñarme un ojo, y Chris me abrazó.
...
Días después
-Erick por favor- Tomé su brazo y se soltó rápidamente de mi agarre, pero se volvió hacia mí con su semblante serio.
-¡Estuviste con otro en mis narices Azul!- Exclamó y negué levemente con la cabeza -¿Crees que no notaba como se pegaba a tí y como tú le hablabas?
-Erick no es lo que crees- Quise tomar su brazo pero se alejó nuevamente y un nudo se formó en mi garganta -Chris te lo puede decir...
-¿Christopher? ¿Qué me puede decir Christopher?- Se cruzó de brazos con una sonrisa sarcástica en su rostro.
-La verdad.
-¿La verdad?- Asentí -Ya deja las tonterías Azul- Dijo entrecerrando los ojos y siguió caminando por el pasillo encerrándose en su habitación temporal del hotel con un portazo. Mis lágrimas cayeron y volví a mi habitación.
-No quiere escucharme Chris- Sollocé y me abrazó.
-Déjame ver si puedo hacer algo por tí, seguramente en poco tiempo lo olvide, no te preocupes- Besó mi frente y se fue.
Christopher
-Bro...- Entré a la habitación de Erick.
-Lo que tengas que decir de Azul no quiero escucharlo- Chasqueó la lengua sin levantar la vista de su celular.
-Solo déjame explicarte, todo fue...
-¿Qué me quieres explicar?- Me interrumpió -¿Cómo mi novia me engañó y cómo mi supuesto amigo la defiende?
-Oye, escúchame- Aclaré un poco molesto -Sacaste todas las cosas de contexto.
-¿Ah sí? ¿Yo fui quien vió mal?- Sonrió sarcásticamente -Por favor Chris, vete y déjame solo.
-Sí, has sido tú el que has visto mal- Dije ignorando su pedido -Azul no está mintiendo, ella nunca te engañaría, la conoces hermano- Negué levemente con la cabeza.
-Realmente hace tiempo no lo hago- Volvió la vista a su celular.
-Está bien. Vas a darme esa mierda...- Le saqué el celular -...Y me vas a escuchar- Lo tiré sobre la cama de Richard, que estaba cerca mío pero lejos de Erick y lo miré -Ese chico intentaba hacerle daño a Azul, estaba esperando a que tú te fueras, y si yo no hubiera visto todo, no sé que habría pasado... Nunca te engañó, pregúntale a cualquiera.
-Es que realmente no entienden loco- Rascó su nuca -Ya está Christopher, ya está. Ya se terminó todo, no quiero nada más con ella, me traicionó como nunca pensé que lo haría. No quiero estar con una persona así.
-¡Erick, compadre, entiende!- Exclamé ya cansado de que no cambiara de opinión.
-No Christopher, ya he dicho que no, quiero olvidarme de Azul... Además Jessica ha vuelto a buscarme, creo que voy a darle una oportunidad- Se encogió de hombros y me acerqué a la puerta. Puse mi mano en la perilla y me volví.
-¿Sabes? Eres mi hermano y te amo, pero yo sé que en el fondo sabes que te vas a arrepentir luego.
-Yo no...
-Te conozco Erick, no soy tonto. Mueres por estar con ella, pero como eres tan orgulloso no quieres pedirle perdón- Dije y bajó su vista. Comenzó a jugar con sus dedos y me senté en su cama, como si fuese una típica charla padre e hijo -Escucha, Erick... Eso es lo peor que puedes hacer... Esconder tus sentimientos por un simple orgullo no está bueno loco- Apoyé mi mano en su rodilla y me miró -Porque quiero lo mejor para tí es porque hago esto... Lo hago por los dos, porque tú eres un tonto, y ella no se está mereciendo esto- Le di una suave bofetada y el sonrió -Piénsalo.
Salí de la habitación sintiéndome Cupido.