El timbre sonó, y me miré por última vez en el espejo antes de bajar corriendo las escaleras. Suspiré antes de abrir la puerta y encontrar a Chris, que instantáneamente me sonrió.
-Hola- Le devolví la sonrisa y se acercó a mí para besarme. Colocó sus manos en mi cintura y rodeé su cuello con mis brazos, mientras hacía puntitas de pie.
-Feliz cumpleaños hermosa- Acarició mi mejilla con la parte dorsal de su mano mientras su sonrisa no se desvanecía.
-Hola linda- Jenny y Leonardo ingresaron a casa, interrumpiéndonos -Feliz cumpleaños.
-Gracias- Los saludé con un beso en la mejilla.
-Toma, Chris sabe tus gustos, nos ayudó un poco- Leonardo me tendió una pequeña caja y miré a Chris que me guiñó un ojo.
-No era necesario- Sonreí agradecida y abrí la cajita.
-Oh, claro que era necesario querida, has sido tan buena con nosotros y con Chris que no podíamos venir con las manos vacías- Jenny se encogió de hombros -¿Tus padres están en la cocina?- Asentí y hacia allí se dirigieron.
-Chris, en serio esto no era necesario- Saqué la delicada cadena con un pequeño corazón plateado.
-Ya la has escuchado amor, te lo mereces- Tomó la cadena y me di la vuelta mientras corría mi pelo hacia un costado. Me puso la cadena y besó mi nuca repartiendo escalofríos por todo mi cuerpo -De todos modos, ese regalo es de ellos, yo tengo otra cosa para darte luego- Me guiñó un ojo y sonreí mordiendo mi labio inferior.
Caminamos hacia la cocina de la mano y Chris saludó a mamá con un beso en la mejilla, y a papá con un apretón de manos.
Luego de hablar un par de minutos, nos sentamos a comer. Jenny y Leonardo en un lado de la mesa, Chris y yo en el otro lado, y mamá y papá en cada punta de la mesa.
-¿Cómo te sientan los veinte Sof?- Preguntó Jenny y sonreí.
-Por lo visto nada mal- Susurró Chris y golpeé su brazo más divertida que contrariada por el percance.
-Hoy se había levantado quejándose de su dolor de espalda- Mamá rodó los ojos -Yo le advertí que estaba yendo demasiadas veces al gimnasio por semana.
-¿Al gimnasio o a mi cama?- Chris susurró en mi oído, y le guiñé un ojo haciendo que me dedicara una media sonrisa. Deslizó una mano por mi muslo y acarició esa zona.
-¿No puedes estar tan solo un segundo sin pensar en sexo?- Metió su mano rápidamente debajo de mi ropa interior y comenzó a tocarme. Entreabrí mi boca y mi respiración comenzó a agitarse -Juro que voy a matarte...
-Luego de que tengas tu orgasmo- Dijo y jadeé. Cerré mi boca al instante, pero los adultos estaban riendo, por lo que no me escucharon.
-Christopher Bryant Velez Muñoz, si no te detienes ahora voy a...
-No digas mi nombre completo- Susurró y cerré mis ojos. Introdujo dos dedos en mí y abrí un poco más mis piernas como reflejo.
Llevé mi mano a su mano y la apreté un poco señalándole que se detuviera, pero aceleró disimuladamente sus movimientos.
-Chris...- Gemí suavemente, por lo que nadie se dio cuenta. De reojo noté el bulto que tenía, así que llevé una mano a este. Lo acaricié por sobre el pantalón unos segundos, haciendo que Chris hiciera sus movimientos más profundos, por lo que cerré fuertemente mis ojos. Los dos sacamos nuestras manos en cuanto los adultos se levantaron al mismo tiempo.
-Iremos a recorrer la ciudad, la noche es perfecta para eso- Habló Jenny.
-Muchacho, sé que nunca te lo he permitido, pero entiendo que ella ya no es una niña- Papá palmeó el hombro de Chris -Dejaré que duermas con ella por esta noche, solo si la cuidas... Con lo que está pasando últimamente aquí en Ecuador, quiero que la protejas- Le sonrió y se fue.
Nos quedamos unos minutos en silencio sin siquiera mirarnos hasta que escuchamos el ruido del motor del carro alejándose rápidamente.
Tomé a Chris del cuello de la campera y lo atraje hacia mí para besarlo salvajemente. Tomó mis muslos y enrolló mis piernas en su cintura, para subir las escaleras conmigo a cuestas, con dirección a mi habitación.
Soltó mis muslos para abrir la puerta, por lo que tuve que mantener el equilibrio. Sin separarme de él, saqué su campera y la dejé en el piso, al igual que Chris hizo con mi sudadera, que en realidad le pertenecía a él. Me dejó suavemente en la cama, sacó mi camiseta y miró mi brasier de color negro. Besó todo lo que este no cubría, y bajó sus besos por mi ombligo hasta llegar a mi pantalón corto. Me lo sacó y lo tiró al suelo. Tomó mis bragas entre sus dientes y las fue bajando lentamente.
-Rápido...- Susurré sacándole una sonrisa. Bajó su bóxer junto con su pantalón, sacó un preservativo del bolsillo de este y se lo puso lentamente, sabiendo que lo estaba mirando -Chris voy a desmayarme...
Rió y me acomodó en la cama, dejándome en cuatro. Me penetró sin preocuparse en hacerlo lento, y gemí su nombre.
-Quiero que todos los vecinos se enteren quién es el que te hace sentir eso pequeña- Susurró besando de forma suave mi espalda baja.
Comenzó a moverse de forma rápida. Su miembro era demasiado grande para mí, lo que me hacía dar más placer. Sus embestidas eran profundas y salvajes, me hacían sentir definitivamente en el cielo, pero también traía dolor consigo.
-¡Chris!- Puse una mano en su pierna y se detuvo.
-¿No te gusta esta posición?- Preguntó y negué haciendo que riera.
Me dio vuelta nuevamente, dejó un casto beso en mis labios y terminamos nuestro trabajo con el bendito orgasmo.
-Feliz cumpleaños- Susurró contra mis labios antes de besarme.
Se acostó a mi lado luego de tirar el preservativo en el cubo de basura de la habitación. Me acosté en su pecho, y minutos después debido al cansancio, nos quedamos dormidos.