Dioses Oscuros De Malibu (Terminada)

Regreso a la Tierra

Actualidad

Liam

Cuando Luis bajo fue lo más increíble que he visto en toda mi vida.

Verlo tan cambiado, tan feliz, tan hermoso, tan diferente me hizo querer ir corriendo a donde él.

Fui corriendo hacia él y corrió igual ambos caímos al piso.

Nos besamos como locos, solo quería llevarlo a la cama y no dejarlo salir.

El amor de vida está vivo me lo decía una y otra vez en mi cabeza.

Esta vez nadie me lo va a tocar es solo mío y de nadie más.

Nos estábamos riendo y a la vez nos besábamos.

Los demás estaban llorando por el regreso de Luis.

Mi chico revivió de la muerte y es un Ángel.

Este es el mejor día de mi vida.

Nos levantamos del suelo y le pregunte:

—¿Dónde estabas? ¿Por qué nunca bajaste a la tierra? ¿Tienes novio o esposo allá arriba?

¿Alguien te lastimo? —Pregunte mientras él me acariciaba la cara con sus manos.

—Tranquilo, te lo contare luego, pero tú también tienes que contarme muchas cosas. —Dijo de manera muy seriedad.

Conozco esa mirada y cuando hace esa mirada de querer matarme es porque saber porque nunca le conté que soy un lobo.

Siempre me voy arrepentir por nunca contarle la verdad de mis secretos.

Yo lo amo demasiado que no quería lastimarlo de esa forma.

Él es todo para mí.

El comenzó a abrazar a sus hermanas primero y después a Dylan, Tomas y Jeremy.

Minutos Después todos fueron a sus vehículos y nos fuimos a la casa.

Cuando llegamos Luis fue corriendo a la casa.

Nunca lo había visto tan emocionado por llegar a casa.

Eso me hace cada vez más feliz.

Cuando subo a la habitación, Luis se queda todas las fotos de nosotros y comienza a llorar.

Yo lo abrazo para que sintiera más cómodo, pero él no paraba de llorar.

—¿Cariño, alguien te lastimo? —Le pregunte yo estando aterrorizado por él.

—No estoy bien, hay muchas cosas que me perdí, se suponía que íbamos a crear nuestras vidas juntos y no de esta manera. —Dijo llorando.

—Mírame estas aquí conmigo, vamos a establecer nuestra vida aquí en la tierra y recuerda esto nunca te voy a dejar ir, eres mi Ángel. —Dije mientras él me acariciaba la barba.

—¿Me puedes llevar a la cama? —Pregunto el estando muy cansado para poder subir por sí mismo.

—Claro, cariño. —Dije mientras lo cargaba hacia la cama.

Me acosté al lado de él y estaba haciéndole costillas para hacerlo reír.

El solo decía basta, pero yo seguía.

Me gusta verlo feliz, le di un beso de buenas noches y nos dormimos.