Nostos

37 4 2
                                    

Anoche me visitaste en mis sueños;
no recuerdo que hablamos,
pero estabas sentada a mi lado,
y me sonreías.

Lo único que recuerdo,
es el esfuerzo que hacía para no llorar.
A pesar de que no sabía,
que era posible llorar dormido.

Anoche irrumpiste en mis sueños,
derribando la fortaleza que los contenía, rompiendo con el único momento,
en dónde no te recuerdo.

Vos me sonreías como siempre,
por qué nunca no me sonreías.

Me dijiste que tenías cosas planeadas.
Eso me llenó de tristeza,
los planes inacabados y las promesas sin cumplir,
pareciera que me empobrecen,
un poquito más el alma.

Anoche me visitaste en mis sueños,
me pregunto si fue una despedida.
Me pregunto por dónde vaga tu alma.
Me preguntó si querías decirme algo.

Anoche me visitaste en mis sueños;
pero aunque en ellos se pierde el control,
era consciente de que te habías ido.

Pero no quería decírtelo,
porque decirlo implicaba aceptar,
que me habías dejado.

Anoche me visitaste en mis sueños;
no recuerdo sobre qué hablamos,
pero estaba el olor de tu casa,
siempre a dulce y a hojas de té.

Anoche me visitaste en mis sueños;
y temo que algún día,
ese sueño sea todo lo que me quede.

Anoche me visitaste en mis sueños;
me pregunto si te hice feliz,
porque cómo saber si lo eras.

Anoche me sonreíste en mis sueños,
y no estoy segura de haberte devuelto la sonrisa,
pero me hubiese gustado.

Lucía

Time LapseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora