Te busco
Te busco en el viento helado que me congela la nariz y en la calidez de principios de primavera.
Te busco en el Sol que sale en invierno y descongela el aire; y en las hojas que se quiebran bajo mis pies en pleno otoño.
Te busco en los jazmines que florecían en el fondo del jardín y en los juegos de rayuela sobre las baldosas de la entrada.
Te busco en los ruidos de la tarde, y en el silencio pulcro de la madrugada.
Te busco en las olas del mar que vienen y se van y me mojan los pies como invitándome a formar parte de él.
En los movimientos de la ciudad que son tan masivos que a veces parezco no percibirlos.
Te busco en los sonidos de la naturaleza, que me llaman y pronuncian tu nombre y el mío, una y otra vez, sin parar.
Te busco en los colores más vivos y profundos, que parecen absorber el universo siempre que los veo.
Te busco como si una parte de vos se hubiera quedado pegada a la mía. Como si hubieses robado un pedazo de mi alma y me viese enroscada inevitablemente en una travesía para recuperar aquello que te llevaste.
Te busco en mis recuerdos, alojados en lo más recóndito de mi mente; de esos que me cuestan arrastrar de nuevo a la vida pero en verdad nunca desaparecen por completo.
Te busco en tus abrazos, tus besos, tus caricias que quedaron impregnados por siempre en mi piel y mi ropa.
Te busco en mis sentimientos, desordenados y caóticos la mayor parte del tiempo, anestesiados solo cuando estoy durmiendo.
Te busco en otras personas para verte de nuevo de manera tangible.
Te busco en todas partes y te encuentro, casi invisible, e imperceptible, pero te encuentro al fin.
-Lucía Gallero