Creo que te extraño,
profundamente,
porque me abrazaste demasiado fuerte.
Creo que te extraño,
más de lo que debería,
porque me besaste las mejillas,
con más amor de lo común,
y me hablaste,
con excesiva dulzura.
No somos conscientes,
del verdadero poder de nuestros sentimientos,
y de las consecuencias,
que estos provocan.
Tal vez,
a causa de esa ignorancia,
es que ahora nos encontramos rotos,
tan rotos que parece imposible,
lograr juntar las piezas,
de lo que éramos antes.
Creo que te extraño,
dolorosamente,
porque añoro tus abrazos,
demasiado fuertes.
Tus besos con más amor del normal,
tu excesiva dulzura,
cuando me hablabas.
Tu té,
de la mañana y de la noche,
tu forma de mirarme,
que me decía que me querías,
aunque me cuesta quererme a mi misma.
Creo que te extraño,
eternamente,
porque cada vez que nos despediamos,
tus ojos gritaban que me quedara,
y al final,
yo me marchaba.
