No tengo la más remota idea de lo que es del promedio de la gente que habita este planeta de masa azul y verde, pero en lo que respecta a mi persona me considero una persona particularmente miedosa.
Mis mayores temores parecen estar cotidianamente a la vuelta de la esquina.
A veces pienso que eso se debe a que poseo tantos miedos en mi interior, que automáticamente mis posibilidades de sufrir se duplican.
Es que hay tanto por temer en esta vida.
Temor al Universo.
Temor a la incertidumbre.
Temor a la soledad.
Temor a la familia.
Temor a los amigos.
Temor a la profundidad del mar.
Temor al vacío del espacio.
Temor a los sueños sin cumplir.
Temor al éxito y al fracaso (si, los dos al mismo tiempo).
Temor a quedarme sin aire.
Temor a que me duela todo el cuerpo.
Temor a la perdida.
Temor a temer.
Al fin y al cabo, temer a ser solo un miedo andante.
Para mi sorpresa, hay una única cosa en esta vida a la cual no le tengo miedo.
A la muerte.
Para mi la muerte es segura.
Es exacta.
Es el fin.
Yo estoy segura de lo que podría llegar a pasar luego.
Para mi la muerta no se encuentra en ningún tipo de limbo.
El temor únicamente aparece cuando me pongo a pensar.
"¿Que tipo de inicio nos aguarda luego del fin?