Noche tras noche, observaba el claro de luna, aquella luna que me decía que resistiera a todo y no me rindiera. Perdí la noción del tiempo desde que estoy encerrada aquí, soporto tortura tras tortura, analizando cada movimiento para así encontrar una debilidad y liberarme de mi cautiverio, No he accedido a transferir mi magia pero temo por mis hijos, tampoco sé nada de ellos.
Prefiero permanecer consiente, porque cuando logro dormir veo sus labios pronunciando sus últimas palabras antes que su corazón se rindiera y dejara de latir, esas palabras que, se había limitado a decir, desde el día en que por primera vez había aceptado sus labios en aquel viaje a Hong Kong en busca de Shaoran. Sin percatarme, me encontraba en ese momento desolado, manchando con rojo todo el lugar, el cuerpo de Kiyo. Su rostro posaba una sonrisa amplia al pronunciar las palabras TE AMO.
En los ojos de Kiyo unas lágrimas traicioneras se formaron, deslizándose por sus mejillas. Deseaba salvarlo con todas mis fuerzas. Fue él mismo quien lo mató. Ningún enemigo, solo él con su espada manejada por su propio hermano. Se sintió tonto por no notar la trampa que le habían preparado. ¡Todo! ¡Todo pudo haberse evitado!
Apenar de que esa escena apareciera justo antes de cerrar mis ojos, trataba de sustituirlos por momentos hermosos. Justo como ese momento en cuando nuestros labios se acariciaban suavemente, en aquel momento me deje llevar y justo al llegar a Inglaterra de nuevo evite el tema, y no era por el sino por mí, sentía que lo estaba traicionando porque había sido un impulso secuencial después de enfrentar la verdad de Shaoran, si él me hubiera tenido confianza y ambos enfrentáramos todo, hubiera sido diferente la historia, Kiyo lo había perdonado por lo que había vivido en su infancia, había entendido que Shaoran también era una víctima como él. Igual amo a Kiyo y nunca se lo pude decir, porque el amor que siento por él, no es como el amor que siento por Shaoran. Al perecer creo que él se percató de ello y siempre respeto mi decisión.
En eso me di cuenta que no tenía fuerzas, la falta de sangre me estaba afectando. Mi visión se hizo borrosa, y me costaba pensar. A pesar de eso pude agarrar mi Llave para llamar a una carta, y murmurar mi ubicación. Justo antes de que me quedara sin fuerzas para resistir, y cayera con lentitud en un mundo oscuro.
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—¡Es mi culpa! — Touya golpeó la pared de piedra, agrietándola — ¡Si hubiera estado a su lado en ese momento, no se los hubieran llevado!
—¡No te eches toda la culpa encima! —Yukito lo agarró de los hombros, girandolo para que lo mire. Tenían ambos los ojos llorosos — ¡Yo... yo debí prevenir todo esto! ¡Debí protegerla como su guardián que soy Yue no se perdona esto!
—¡Cállense, malditos idiotas! — dijo levantando la voz Kurogane, Un puño golpeó a cada uno en la cabeza. Haciéndolos entrar en razón —¡Kiyokazu está muerto, y Sakura y sus hijos secuestrados! ¡No importa si los dejaron solos o una mierda! ¡Yo estuve a lado de él para asegurarme de regresarlo con vida! ¡Falle! ¡Falle, pero ya no importa! ¡No importa porque mi amigo, mi hermano está muerto! Y ahora por quienes dio su vida se los has llevado, que clase de amigo soy si deje que todo esto ocurriera — Kurogane les gritó con rabia. Mientras que de sus ojos dos ríos de lágrimas se deslizaban por su rostro —¡Y no pude evitarlo! ¡No pudimos evitarlo! ¡Nadie lo pudo hacer!
—Kurorin...— Dijo Fay limpiándole con una mano sus lágrimas. Él intentó tocarle el hombro —...no todo está perdido, aún hay esperanza— él quitó esa mano de su hombro con un movimiento brusco, mirándolo a los ojos ante sus palabras
—¡Ya dejen de culparse a ustedes mismos!— Gritó Tomoyo antes de azotar su mano contra la mesa — ¡¿Acaso no son grandes guerreros?!
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Los Gemelos del Clan Li
FantasíaLos gemelos Shaoran Li y Kiyokazu Li, fueron separados desde niños pero un acontecimiento logra reunirlos de nuevo. Que hará Sakura ante todo esto.