"Optimismo y fracaso"
Un desgarrador grito abandonó su dañada garganta y, seguido de este, una carcajada que descolocó a la persona tras la puerta.
— Por el amor de cristo, ¿Qué te pasa? — la grave voz del castaño hizo que su mejor amigo tras la puerta volviera a reír.
— Y-Yoongi Hyung ~ — Taehyung se preguntó seriamente qué hacía en la entrada de la casa de su amigo. Después de todo, estaba algo enojado con él por no haberle dicho la verdad sobre aquella página/aplicación, no se quejaba del resultado, pero le hubiera gustado saber. Aún así, cuando recibió aquella llamada en la que la voz de su Jimin sonaba tan rota, tuvo que ir a ver qué sucedía — ¡Taehyung!
— Estoy aquí. Abre la puerta, Jimin — el gran pedazo de madera pronto se vio movido y el castaño tuvo que bajar la mirada, pues su amigo yacía tirado en el suelo. Sus ojos estaban inyectados con sangre, sus mejillas rojas cual tomate y su hedor había hecho a Taehyung trastabillar. — Oh, dios mío... — fue lo único que sus labios lograron decir antes de socorrer a su amigo.
Tras entrar, el castaño cerró la puerta a sus espaldas y levantó, como pudo, a su borracho compañero, intentando no vomitar con su olor y sus palabras sin sentido. Fue un camino duro hasta el baño, pero lo lograron al fin.
— Minie... — murmuró el menor de los dos, mientras intentaba mantener sentado al susodicho en el borde de la tina — ¿Qué te pasó?
— ¡Yoongi! — hipó — él... Estaba e-en el bar ~ ¿Sabías qu-e él es muy lindo? — rió ronco, moviendo su cabeza de forma inconexa — Me dio un vaso... Era muy c-colorido
— ¿El vaso?
— Luces... ¡Las luces! — balbuceó.
Taehyung, luego de enterarse de la historia, con dificultades; y tras haber desvestido a su amigo, metiéndole en la tina, se dedicó a verle cabecear mientras reía e hipaba de vez en cuando. Le preocupaba bastante su estado, nunca había le había visto así.
Jimin siempre había sido una persona fiestera, que se emborrachaba seguido; aunque jamás a ese punto. Él sabía cuándo detenerse, cuándo debía decir que no y volver a casa. Algo había pasado.
Una hora y pico más tarde, Jimin descansaba tranquilamente en su cama, ya limpio y acobijado. Al castaño le hubiera gustado poder hablar un poco con él, pero no le culpaba del todo; al fin y al cabo había ido solo para socorrerlo, no para tener una conversación.
Su teléfono vibró en su bolsillo y tras suspirar pesadamente, se levantó de la cama, dejando un casto beso en la mejilla del rubio, para luego abandonar la habitación.
Una vez afuera, atendió la llamada; entendía que su novio estuviera algo preocupado.
— ¿Sí?
— ¿Tae? — la grave y ronca voz de su pareja le hizo estremecer — Hey... ¿Estás bien?
— Sí, Kookie ~ Lo siento, olvidé llamarte — rió bajito, llevando su mano a su cabello, tirándolo hacia atrás.
— ¿Jimin está bien? — Taehyung se había dado la molestia de hablarle sobre su mejor amigo a JeonGguk, explicándole con lujo de detalles toda su amistad; omitiendo algunos secretos que debían quedar entre ellos.