"Patán"
JeonGguk ya no sabía qué hacer para contentar a su bebé. Él no era el mejor en esas cosas y, la mayor parte del tiempo, le daba vergüenza tener que estarle mimando.
— Tae, bebé. — llamó, sonriendo con pena. Su mano aún acariciaba la coronilla del susodicho, aunque esté seguía escondido bajo sus sábanas.
— Está ocupado. Deja tu mensaje después del tono — silencio — Biip
— ¿Cómo haces para ser tan tierno aún cuando estás triste? — negó.
JeonGguk levantó sin demasiado esfuerzo las sábanas, destapando el rostro de su acanelado novio y se metió junto a él, pasando sus brazos por el cuerpo de castaño y acobijándole con su calor.
— Escúchame, ¿Sí? — Taehyung asintió — Jimin estaba enojado contigo y no digo que esté bien, pero es normal. — los dedos del azabache acariciaron con parsimonia la suave piel de la espalda de su bebé — Tal vez estaba celoso porque tú sí lograste lo que querías. Y, Tae, no está mal. Todos sentimos envidia en algún punto. — arrugó su nariz — Aún, no estuvo bien cómo actuó, pero con tanto alcohol en su anatomía, era de esperarse.
— Lo sé... Es que, Kookie, Jimin jamás se había quejado de cómo soy. De hecho, él siempre me felicitaba por mi optimismo.
— Lo entiendo, pero también necesitas entender que él estaba dolido. No solo por ti, sino por lo que le pasó con... Eh, Yoongi.
— ¡Es tan injusto! — chilló, achicándose en el pecho de su novio — ¡Por culpa de ese tonto Yoongi, me peleé con mi rayito de sol!
— Enserio, ¿Cómo es que eres tan tierno?
— ¡Gguk!
— Lo siento, lo siento... ~
— ¿Crees que Jimin y yo volvamos a hablar?
— Creo que si ambos aprenden a aceptar sus diferencias, sí.
— Sabes... Siempre me sentí celoso de él — se sinceró el castaño — Los chicos y las chicas iban tras él todo el tiempo. No importaba lo que hiciera, tendría un club de fans... Yo era su fuente de información, pero jamás les llamé la atención. — poco a poco, sus ojos comenzaron a pesar — Hasta el chico que me parecía atractivo estuvo detrás de él y yo no podía hacer más que sentarme y mirar, esperar a que alguien se fijara en mí — sonrió — y entonces noté que Jimin era el único que apartaría todo por mí... Soy optimista porque él es realista, y necesitamos estar balanceados... Jamás supuse que le molestaría.
Poco después y hundido en un silencio agradable, Taehyung cayó dormido entre los brazos de su adorado novio; aún con su cabecita repleta de pensamientos que, tal vez, no debieron estar ahí.
Él quería a su mejor amigo de vuelta, pero no estaba seguro de cómo recuperarlo y menos de cómo cambiar para hacerlo. Él no era falso, era infantil y bastante despistado... No era capaz de mentir sobre su forma de ser; sería un chico optimista sin importar qué.
☁️☁️☁️
— Taehyung, ábrele la puerta — pidió por enésima vez el azabache, enderezándose en el sillón del departamento de su pequeño.
— P-Pero — comenzó nuevamente.
JeonGguk, ya cansado, se levantó y tras agacharse justo frente al castaño, lo alzó en su hombro cual saco de papas, para luego caminar a la puerta y abrirla. Jimin, quien había estado esperando afuera, saltó del susto al encontrarse con el rostro aniñado del mayor y el redondito trasero de su amigo dándole la bienvenida.
— Pasa, por favor. — el rubio parpadeó ante la gruesa voz del novio del muchachito que, en ese momento, lloriqueaba de cabeza — siéntate donde quieras. Voy a dejar a Tae aquí, si necesitas hablar con él, deberías sostenerle o va a salir corriendo. Yo iré a hacer café.
Y tal y como dijo, el azabache dejó sentado en el sillón a su novio, que fue rápidamente abrazado por el rubio. JeonGguk, sonriendo, abandonó la sala.
Pronto, la sala se hundió en un incómodo silencio; haciendo que ambos presentes se inquietaran. Jimin soltó suavemente al castañito, mientras que este se preparaba mentalmente para lo que viniese y tomaba valentía para quedarse ahí sentado: Realmente quería huir.
— Pues... — comenzó el rubio, suspirando y tamborileando con sus dedos sus rodillas. No podía evitar estar algo nervioso — Taehyung, yo — negó, casi como debatiéndose qué hacía ahí, hasta que se rindió — Lo siento, actué como un completo patán aún cuando estabas cuidando de mí. Lamento no haberte dicho la verdad antes y por tenerte envidia. Te adoro, Tae y estos días me he sentido terrible, culpable porque le hice mal a mi bebé. — sus manos temblaban en sus piernas y era incapaz de mirar al menor a los ojos — Lo siento tanto...
— Minie — su voz, quebradiza hizo que el rubio volteara a mirarle con velocidad — Lo siento — murmuró, con una de sus manos en su pecho y la otra apartando sus lágrimas — Lamento haberte hecho enojar y-y por haberte hablado mal — jadeó por el llanto — ¡Minie, te extraño tanto!
— Ah, Tae...
El mayor de ambos no tardó en abrazar a su tembloroso amigo, susurrándole cuánto le quería y que le perdonase, mientras que el castañito solo intentaba calmarse y aferrarse con fuerza al cuerpo impropio. Ambos soltaron suaves suspiros de alivio mientras sentían al contrario relajarse contra su toque, sonriendo luego.
— Vaya, eso fue rápido — una tercera voz los hizo voltear, aunque el abrazo no se rompió en ningún momento — Creo que ahora sí podemos presentarnos, ¿Huh, Jimin?
— oh, claro — rió dejando un dulce beso en la frente de su amigo para levantarse y acercarse al azabache, quien tras colocar las tazas en la mesa, extendió su mano con respeto, siendo aceptada por el rubio — Park Jimin
— Jeon Jeongguk — sonrió y ambos de inclinaron en un saludo amable,
— ¡Y yo soy Kim Taehyung, préstenme atención!
— Eres un bebé
☁️☁️☁️
¡That's all! So, yeah. Hasta aquí llega Hariku.
Espero les haya gustado la historia y, si es así, házmelo saber.
Si tienes alguna idea para otra historia y estás dispuesto a dármela, mi chat siempre está abierto y quiero escucharte. ¡Que no te avergüence!
Vale, eso es todo amigos. ¡Adiós!